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Siete ayes a los escribas y fariseos Mat 23:1 Entonces Jesús habló tanto para el pueblo como para sus discípulos: Mat 23:2 “Los maestros de la Ley y los fariseos han ocupado el puesto que dejó Moisés. Mat 23:3 Hagan y cumplan todo lo que ellos dicen, pero no los imiten, porque ellos enseñan y no practican. Mat 23:4 Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas. Mat 23:5 Todo lo hacen para ser vistos por los hombres. Miren esas largas citas de la Ley que llevan en la frente y los largos flecos de su manto. Mat 23:6 Les gusta ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos reservados en las sinagogas. Mat 23:7 Les agrada que los saluden en las plazas y que la gente los llame Rabbí. Mat 23:8 Lo que es ustedes, no se dejen llamar Rabbí, porque no tienen más que un Rabbí, y todos ustedes son hermanos. Mat 23:9 No llamen Padre a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre, el que está en el Cielo. Mat 23:10 Tampoco se dejen ustedes llamar Guía, porque ustedes no tienen más Guía que Cristo. Mat 23:11 El más grande entre ustedes se hará el servidor de todos. Mat 23:12 Porque el que se pone por encima, será humillado, y el que se rebaja, será puesto en alto.

Luc 6:36 Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes. Juzgar a los demás Luc 6:37 No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Luc 6:38 Den, y se les dará; se les echará en su delantal una medida colmada, apretada y rebosante. Porque con la medida que ustedes midan serán medidos ustedes.”

La Transfiguración Luc 9:28 Unos ocho días después de estos discursos, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan y subió a un cerro a orar. Luc 9:29 Y mientras estaba orando, su cara cambió de aspecto y su ropa se volvió de una blancura fulgurante. Luc 9:30 Dos hombres, que eran Moisés y Elías, conversaban con él. Luc 9:31 Se veían en un estado de gloria y hablaban de su partida, que debía cumplirse en Jerusalén. Luc 9:32 Un sueño pesado se había apoderado de Pedro y sus compañeros, pero se despertaron de repente y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. Luc 9:33 Como éstos estaban para irse, Pedro dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! Levantemos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.” Pero no sabía lo que decía. Luc 9:34 Estaba todavía hablando, cuando se formó una nube que los cubrió con su sombra, y al quedar envueltos en la nube se atemorizaron. Luc 9:35 Pero de la nube llegó una voz que decía: “Este es mi Hijo, mi Elegido; escúchenlo.” Luc 9:36 Después de oírse estas palabras, Jesús estaba allí solo. Los discípulos guardaron silencio por aquellos días, y no contaron nada a nadie de lo que habían visto.

Amad a vuestros enemigos Mat 5:43 Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y no harás amistad con tu enemigo.” Mat 5:44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, Mat 5:45 para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores. Mat 5:46 Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tiene? También los cobradores de impuestos lo hacen. Mat 5:47 Y si saludan sólo a sus amigos, ¿qué tiene de especial? También los paganos se comportan así. Mat 5:48 Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.

Mat 5:20 Yo se lo digo: si no se proponen algo más perfecto que lo de los fariseos o de los maestros de la Ley, ustedes no pueden entrar en el Reino de los Cielos. Furia Mat 5:21 Ustedes han escuchado lo que se dijo a sus antepasados: “No matarás; el homicida tendrá que enfrentarse a un juicio.” Mat 5:22 Pero yo les digo: Si uno se enoja con su hermano, es cosa que merece juicio. El que ha insultado a su hermano, merece ser llevado ante el Tribunal Supremo; si lo ha tratado de renegado de la fe, merece ser arrojado al fuego de la gehena. Mat 5:23 Por eso, si tú estás para presentar tu ofrenda en el altar, y te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, Mat 5:24 deja allí mismo tu ofrenda ante el altar, y vete antes a hacer las paces con tu hermano; después vuelve y presenta tu ofrenda. Mat 5:25 Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van todavía de camino al juicio. ¿O prefieres que te entregue al juez, y el juez a los guardias, que te encerrarán en la cárcel? Mat 5:26 En verdad te digo: no saldrás de allí hasta que hayas pagado hasta el último centavo.

"Pedid, y se os dará" Mat 7:7 Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta. Mat 7:8 Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama. Mat 7:9 ¿Acaso alguno de ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan? Mat 7:10 ¿O le daría una culebra cuando le pide un pescado? Mat 7:11 Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan! La regla áurea Mat 7:12 Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí está toda la Ley y los Profetas.

La señal de Jonás Luc 11:29 Aumentaba la multitud por la gente que llegaba y Jesús empezó a decir: “La gente de este tiempo es gente mala. Piden una señal, pero no tendrán más señal que la señal de Jonás. Luc 11:30 Porque así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, de igual manera el Hijo del Hombre será una señal para esta generación. Luc 11:31 La reina del Sur resucitará en el día del Juicio junto con la gente de hoy y los acusará, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí tienen ustedes mucho más que Salomón. Luc 11:32 Los habitantes de Nínive resucitarán en el día del Juicio junto con la gente de hoy y los acusarán, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí ustedes tienen mucho más que Jonás.

Mat 6:7 Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga. Mat 6:8 No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan. Mat 6:9 Ustedes, pues, recen así: Padre nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu Nombre, Mat 6:10 venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo. Mat 6:11 Danos hoy el pan que nos corresponde; Mat 6:12 y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; Mat 6:13 y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno. Mat 6:14 Porque si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, también el Padre celestial les perdonará a ustedes. Mat 6:15 Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco el Padre les perdonará a ustedes.

El Juicio Final Mat 25:31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de gloria, que es suyo. Mat 25:32 Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor separa las ovejas de los chivos. Mat 25:33 Colocará a las ovejas a su derecha y a los chivos a su izquierda. Mat 25:34 Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: “Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Mat 25:35 Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. Mat 25:36 Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver.” Mat 25:37 Entonces los justos dirán: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber? Mat 25:38 ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos? Mat 25:39 ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Mat 25:40 El Rey responderá: “En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.” Mat 25:41 Dirá después a los que estén a la izquierda: “¡Malditos, aléjense de mí y vayan al fuego eterno, que ha sido preparado para el diablo y para sus ángeles! Mat 25:42 Porque tuve hambre y ustedes no me dieron de comer; tuve sed y no me dieron de beber; Mat 25:43 era forastero y no me recibieron en su casa; estaba sin ropa y no me vistieron; estuve enfermo y encarcelado y no me visitaron.” Mat 25:44 Estos preguntarán también: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, desnudo o forastero, enfermo o encarcelado, y no te ayudamos?” Mat 25:45 El Rey les responderá: “En verdad les digo: siempre que no lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí.” Mat 25:46 Y éstos irán a un suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.”

Curación de un hombre en el día de reposo Luc 14:1 Un sábado Jesús fue a comer a la casa de uno de los fariseos más importantes, y ellos lo observaban. Luc 14:2 Por casualidad había delante de él un hombre que sufría de hinchazón. Luc 14:3 Jesús preguntó a los maestros de la Ley y a los fariseos: “¿Está permitido por la Ley curar en día sábado o no?” Luc 14:4 Pero ninguno respondió. Jesús entonces se acercó al enfermo, lo curó y lo despidió. Luc 14:5 Después les dijo: “Si a uno de ustedes se le cae su burro o su buey en un pozo en día sábado, ¿acaso no va en seguida a sacarlo?” Luc 14:6 Y no pudieron contestarle. La parábola del banquete de bodas Luc 14:7 Jesús notó que los invitados trataban de ocupar los puestos de honor, por lo que les dio esta lección: Luc 14:8 “Cuando alguien te invite a un banquete de bodas, no escojas el mejor lugar. Puede ocurrir que haya sido invitado otro más importante que tú, Luc 14:9 y el que los invitó a los dos venga y te diga: Deja tu lugar a esta persona. Y con gran vergüenza tendrás que ir a ocupar el último lugar. Luc 14:10 Al contrario, cuando te inviten, ponte en el último lugar y así, cuando llegue el que te invitó, te dirá: Amigo, ven más arriba. Esto será un gran honor para ti ante los demás invitados. Luc 14:11 Porque el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado.” La parábola del gran banquete Luc 14:12 Jesús dijo también al que lo había invitado: “Cuando des un almuerzo o una comida, no invites a tus amigos, hermanos, parientes o vecinos ricos, porque ellos a su vez te invitarán a ti y así quedarás compensado. Luc 14:13 Cuando des un banquete, invita más bien a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.

Jesús llama a Leví Luc 5:27 Al salir, Jesús vio a un cobrador de impuestos, llamado Leví, que estaba sentado en el puesto donde cobraba. Jesús le dijo: “Sígueme.” Luc 5:28 Leví se levantó, lo dejó todo y empezó a seguirlo. Luc 5:29 Leví le ofreció un gran banquete en su casa, y con ellos se sentaron a la mesa un buen número de cobradores de impuestos y gente de toda clase. Luc 5:30 Al ver esto, los fariseos y los maestros de la Ley que eran amigos suyos expresaban su descontento en medio de los discípulos de Jesús: “¿Cómo es que ustedes comen y beben con los cobradores de impuestos y con personas malas?” Luc 5:31 Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: “No son las personas sanas las que necesitan médico, sino las enfermas. Luc 5:32 No he venido para llamar a los buenos, sino para invitar a los pecadores a que se arrepientan.”

Una pregunta sobre el ayuno Mat 9:14 Entonces se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron: “Nosotros y los fariseos ayunamos en muchas ocasiones, ¿por qué tus discípulos no ayunan?” Mat 9:15 Jesús les contestó: “¿Quieren ustedes que los compañeros del novio estén de duelo mientras el novio está con ellos? Llegará el tiempo en que el novio les será quitado; entonces ayunarán.

Luc 9:22 Y les decía: “El Hijo del Hombre tiene que sufrir mucho y ser rechazado por las autoridades judías, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la Ley. Lo condenarán a muerte, pero tres días después resucitará.” Toma tu cruz y sígueme Luc 9:23 También Jesús decía a toda la gente: “Si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz de cada día y que me siga. Luc 9:24 Les digo: el que quiera salvarse a sí mismo, se perderá; y el que pierda su vida por causa mía, se salvará. Luc 9:25 ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si se pierde o se disminuye a sí mismo?

Mat 16:16 Pedro contestó: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.” Mat 16:17 Jesús le replicó: “Feliz eres, Simón Bar Iona, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos. Mat 16:18 Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro (o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte (del Hades) jamás la podrán vencer.

Mar 10:28 Entonces Pedro le dijo: “Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte.” Mar 10:29 Y Jesús contestó: “En verdad les digo: Ninguno que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por mi causa y por el Evangelio quedará sin recompensa. Mar 10:30 Pues, aun con persecuciones, recibirá cien veces más en la presente vida en casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, y en el mundo venidero la vida eterna. Mar 10:31 Entonces muchos que ahora son primeros serán últimos, y los que son ahora últimos serán primeros.”

El joven rico Mar 10:17 Jesús estaba a punto de partir, cuando un hombre corrió a su encuentro, se arrodilló delante de él y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?” Mar 10:18 Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios. Mar 10:19 Ya conoces los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas cosas falsas de tu hermano, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.” Mar 10:20 El hombre le contestó: “Maestro, todo eso lo he practicado desde muy joven.” Mar 10:21 Jesús fijó su mirada en él, le tomó cariño y le dijo: “Sólo te falta una cosa: vete, vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme.” Mar 10:22 Al oír esto se desanimó totalmente, pues era un hombre muy rico, y se fue triste. Mar 10:23 Entonces Jesús paseó su mirada sobre sus discípulos y les dijo: “¡Qué difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas!” Mar 10:24 Los discípulos se sorprendieron al oír estas palabras, pero Jesús insistió: “Hijos, ¡qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Mar 10:25 Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de Dios.” Mar 10:26 Ellos se asombraron todavía más y comentaban: “Entonces, ¿quién podrá salvarse?” Mar 10:27 Jesús los miró fijamente y les dijo: “Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible.”

Luc 6:39 Jesús les puso también esta comparación: “¿Puede un ciego guiar a otro ciego? Ciertamente caerán ambos en algún hoyo. Luc 6:40 El discípulo no está por encima de su maestro, pero si se deja formar, se parecerá a su maestro. Luc 6:41 ¿Y por qué te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en un ojo, si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo? Luc 6:42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ''Hermano, deja que te saque la pelusa que tienes en el ojo'', si tú no ves la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo para que veas con claridad, y entonces sacarás la pelusa del ojo de tu hermano. El árbol y su fruto Luc 6:43 No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni tampoco árbol malo que dé frutos buenos. Luc 6:44 Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de los espinos ni se sacan uvas de las zarzas. Luc 6:45 Así, el hombre bueno saca cosas buenas del tesoro que tiene en su corazón, mientras que el malo, de su fondo malo saca cosas malas. La boca habla de lo que está lleno el corazón.

Dejad que los niños vengan a mí Mar 10:13 Algunas personas le presentaban los niños para que los tocara, pero los discípulos les reprendían. Mar 10:14 Jesús, al ver esto, se indignó y les dijo: “Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Mar 10:15 En verdad les digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.” Mar 10:16 Jesús tomaba a los niños en brazos e, imponiéndoles las manos, los bendecía.

La enseñanza sobre el divorcio Mar 10:1 Jesús dejó aquel lugar y se fue a los límites de Judea, al otro lado del Jordán. Otra vez las muchedumbres se congregaron a su alrededor, y de nuevo se puso a enseñarles, como hacía siempre. Mar 10:2 En eso llegaron unos (fariseos que querían ponerle a prueba) y le preguntaron: “¿Puede un marido despedir a su esposa?” Mar 10:3 Les respondió: “¿Qué les ha ordenado Moisés?” Mar 10:4 Contestaron: “Moisés ha permitido firmar un acta de separación y después divorciarse.” Mar 10:5 Jesús les dijo: “Moisés, al escribir esta ley, tomó en cuenta lo tercos que eran ustedes. Mar 10:6 Pero al principio de la creación Dios los hizo hombre y mujer; Mar 10:7 por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse con su esposa, Mar 10:8 y serán los dos una sola carne. De manera que ya no son dos, sino uno solo. Mar 10:9 Pues bien, lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe.” Mar 10:10 Cuando ya estaban en casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo, Mar 10:11 y él les dijo: “El que se separa de su esposa y se casa con otra mujer, comete adulterio contra su esposa; Mar 10:12 y si la esposa abandona a su marido para casarse con otro hombre, también ésta comete adulterio.”

Mar 9:40 El que no está contra nosotros está con nosotros. Mar 9:41 Y cualquiera que les dé de beber un vaso de agua porque son de Cristo, yo les aseguro que no quedará sin recompensa.” Tentaciones al pecado Mar 9:42 “El que haga caer a uno de estos pequeños que creen en mí, sería mejor para él que le ataran al cuello una gran piedra de moler y lo echaran al mar. Mar 9:43 Si tu mano te está haciendo caer, córtatela; pues es mejor para ti entrar con una sola mano en la vida, que ir con las dos a la gehena, al fuego que no se apaga. Mar 9:44 Y si tu pie te está haciendo caer, córtatelo; Mar 9:45 pues es mejor para ti entrar cojo en la vida que ser arrojado con los dos pies a la gehena. Mar 9:46 Y si tu ojo prepara tu caída, sácatelo; Mar 9:47 pues es mejor para ti entrar con un solo ojo en el Reino de Dios que ser arrojado con los dos a la gehena, Mar 9:48 donde su gusano no muere y el fuego no se apaga. Mar 9:49 Pues el mismo fuego los conservará. #dios #biblia #Iglesia

Mar 9:37 “El que recibe a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe, no me recibe a mí, sino al que me ha enviado.” "El que no es contra nosotros, por nosotros es" Mar 9:38 Juan le dijo: “Maestro, hemos visto a uno que hacía uso de tu nombre para expulsar demonios, y hemos tratado de impedírselo porque no anda con nosotros.” Mar 9:39 Jesús contestó: “No se lo prohíban, ya que nadie puede hacer un milagro en mi nombre y luego hablar mal de mí.

Pedro confiesa a Jesús como el Cristo Mat 16:13 Jesús se fue a la región de Cesarea de Filipo. Estando allí, preguntó a sus discípulos: “Según el parecer de la gente, ¿quién es este Hijo del Hombre?” Mat 16:14 Respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista, otros que eres Elías o Jeremías, o alguno de los profetas.” Mat 16:15 Jesús les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Mat 16:16 Pedro contestó: “Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.” Mat 16:17 Jesús le replicó: “Feliz eres, Simón Bar Iona, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos. Mat 16:18 Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro (o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte (del Hades) jamás la podrán vencer. Mat 16:19 Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo.”

Mar 9:13 Yo se lo digo: Elías ya ha venido, e hicieron con él todo lo que quisieron, tal como de él estaba escrito.” Jesús sana a un muchacho con un espíritu inmundo Mar 9:14 Cuando volvieron a donde estaban los otros discípulos, los encontraron con un grupo de gente a su alrededor, y algunos maestros de la Ley discutían con ellos. Mar 9:15 La gente quedó sorprendida al ver a Jesús y corrieron a saludarlo. Mar 9:16 Él les preguntó: “¿Sobre qué discutían ustedes con ellos?” Mar 9:17 Y uno del gentío le respondió: “Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu mudo. Mar 9:18 En cualquier momento el espíritu se apodera de él, lo tira al suelo y el niño echa espuma por la boca, rechina los dientes y se queda rígido. Les pedí a tus discípulos que echaran ese espíritu, pero no pudieron.” Mar 9:19 Les respondió: “¡Qué generación tan incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho.” Mar 9:20 Y se lo llevaron. Apenas vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al muchacho; cayó al suelo y se revolcaba echando espuma por la boca. Mar 9:21 Entonces Jesús preguntó al padre: “¿Desde cuándo le pasa esto?” Mar 9:22 Le contestó: “Desde niño. Y muchas veces el espíritu lo lanza al fuego y al agua para matarlo. Por eso, si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.” Mar 9:23 Jesús le dijo: “¿Por qué dices “si puedes”? Todo es posible para el que cree.” Mar 9:24 Al instante el padre gritó: “Creo, ¡pero ayuda mi poca fe!” Mar 9:25 Cuando Jesús vio que se amontonaba la gente, dijo al espíritu impuro: “Espíritu sordo y mudo, yo te lo ordeno: sal del muchacho y no vuelvas a entrar en él.” Mar 9:26 El espíritu malo gritó y sacudió violentamente al niño; después, dando un terrible chillido, se fue. El muchacho quedó como muerto, tanto que muchos decían que estaba muerto. Mar 9:27 Pero Jesús lo tomó de la mano y le ayudó a levantarse, y el muchacho se puso de pie. Mar 9:28 Ya dentro de casa, sus discípulos le preguntaron en privado: “¿Por qué no pudimos expulsar nosotros a ese espíritu?”

Ama a tus enemigos Luc 6:27 Yo les digo a ustedes que me escuchan: amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, Luc 6:28 bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los maltratan. Luc 6:29 Al que te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Al que te arrebata el manto, entrégale también el vestido. Luc 6:30 Da al que te pide, y al que te quita lo tuyo, no se lo reclames. Luc 6:31 Traten a los demás como quieren que ellos les traten a ustedes. Luc 6:32 Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? Hasta los malos aman a los que los aman. Luc 6:33 Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿qué gracia tiene? También los pecadores obran así. Luc 6:34 Y si prestan algo a los que les pueden retribuir, ¿qué gracia tiene? También los pecadores prestan a pecadores para que éstos correspondan con algo. Luc 6:35 Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores. Luc 6:36 Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes. Juzgar a los demás Luc 6:37 No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Luc 6:38 Den, y se les dará; se les echará en su delantal una medida colmada, apretada y rebosante. Porque con la medida que ustedes midan serán medidos ustedes.”

Mar 9:1 Jesús les dijo: “En verdad se lo digo: algunos de los que están aquí presentes no conocerán la muerte sin que ya hayan visto el Reino de Dios viniendo con poder.” La Transfiguración Mar 9:2 Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan y los llevó a ellos solos a un monte alto. A la vista de ellos su aspecto cambió completamente. Mar 9:3 Incluso sus ropas se volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo sería capaz de blanquearlas. Mar 9:4 Y se les aparecieron Elías y Moisés, que conversaban con Jesús. Mar 9:5 Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: “Rabbí, ¡qué bueno es que estemos aquí! Levantemos tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.” Mar 9:6 En realidad no sabía lo que decía, porque estaban aterrados. Mar 9:7 En eso se formó una nube que los cubrió con su sombra, y desde la nube llegaron estas palabras: “Este es mi Hijo, el Amado, escúchenlo.” Mar 9:8 Y de pronto, mirando a su alrededor, no vieron ya a nadie; sólo Jesús estaba con ellos. Mar 9:9 Cuando bajaban del cerro, les ordenó que no dijeran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos. Mar 9:10 Ellos guardaron el secreto, aunque se preguntaban unos a otros qué querría decir eso de “resucitar de entre los muertos”. Mar 9:11 Entonces le preguntaron: “¿No dicen los maestros de la Ley que Elías ha de venir primero?” Mar 9:12 Jesús les contestó: “Ya lo sabemos: Elías viene primero y deja todo reordenado... Pero, ¿por qué dicen las Escrituras que el Hijo del Hombre sufrirá mucho y será despreciado?