¿Son válidas las penas del CIC impuestas por Bergoglio? ¡No!

4 months ago
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En 1904, el papa Pío X decidió crear un código canónico unificado. En 1917 se promulgó el Código. El siguiente nuevo código se discutió en el Concilio Vaticano II entre 1962 y 1965 y se completó en 1983. Juan Pablo II y Benedicto XVI enmendaron cada uno el Código solo una vez, mientras que Francisco lo hizo 11 veces, cambiando 137 cánones en el proceso. Aquí vemos que el Código y los cánones son cambiables, a diferencia de las verdades divinas, que son inmutables. Sin embargo, hay que saber que si los herejes abusan del Código utilizándolo contra los fundamentos de estas verdades divinas inmutables, o lo interpretan de manera contradictoria, el Código se vuelve nulo y sin valor, como todos los documentos en manos de herejes y apóstatas.
Hoy Bergoglio niega y anula las leyes y los mandamientos de Dios en los que se basa el código canónico. Por lo tanto, incluso en sus manos, el código canónico no es válido.
El hereje manifiesto que ocupa el papado, Jorge Bergoglio, califica de crimen de cisma cuando algún sacerdote u obispo no menciona en la misa su nombre, es decir, el nombre de un hereje declarado. ¿Qué dice al respecto el canon 15 del Concilio de Constantinopla del 861?
El canon establece que quienes dejen de mencionar en la liturgia a un hereje manifiesto y notorio que predica públicamente y enseña abiertamente una herejía condenada por los concilios o por los padres de la Iglesia (o directamente por las Escrituras), y se aparten de la comunión con él antes de que se dicte cualquier sentencia contra él, tales personas no solo no están sujetas a ninguna pena canónica, sino que incluso son dignas de elogio. Es que no condenaron a los obispos, sino a los pseudoobispos y a los pseudopredicadores. Tales sacerdotes no son culpables de cisma, sino que, por el contrario, procuran proteger a la Iglesia del cisma y de la división.
El cisma lo comete un hereje (pseudoobispo y pseudopapa), que induce a la gente a la herejía mediante abuso de la autoridad eclesiástica.
El hereje manifiesto Jorge Bergoglio citó al arzobispo Carlo Maria Viganò ante el tribunal el 20 de junio de 2024 para iniciar el proceso de supuesta «excomunión» por el llamado «delito de cisma».
El arzobispo dejó en claro que no tenía ninguna intención de comparecer ante el tribunal: «No he entregado ningún memorial o documento en mi defensa al Dicasterio, cuya autoridad no reconozco, ni la de su prefecto, ni la de quien lo ha nombrado», es decir, la del hereje manifiesto Bergoglio. En cambio, publicó sus acusaciones contra el papa ilegítimo y el Concilio Vaticano II: «Ante mis hermanos en el episcopado y todo el cuerpo eclesial, acuso a Jorge Mario Bergoglio de herejía y cisma, y pido que sea juzgado como hereje y cismático y apartado del trono que indignamente ocupa desde hace más de once años. Esto no contradice en absoluto el adagio “Prima Sedes a nemine iudicatur” (la sede suprema no puede ser juzgada por nadie), porque es evidente que un hereje, en la medida en que no puede asumir el papado, no está por encima de los prelados que lo juzgan».
En la situación actual, todos los obispos deberían seguir el ejemplo de este ex nuncio estadounidense que se aparta claramente del hereje. De lo contrario, si obedecen a Bergoglio y se someten a él, incurren en el anatema de Dios. Es de conocimiento público que Bergoglio se ha entregado a Satanás en Canadá y ha promulgado la herética declaración Fiducia supplicans, en la que legaliza uno de los pecados más graves ―la sodomía― e incluso bendice este pecado. Con esta declaración, mediante abuso de autoridad, arrastra a toda la Iglesia al suicidio interno, porque bendecir el pecado más grave es una rebelión abierta contra las leyes y los mandamientos de Dios.
Además, se elimina la esencia misma de nuestra salvación, la muerte expiatoria de Cristo por nuestros pecados, y la condición necesaria de la salvación, que es el arrepentimiento. Así pues, Bergoglio ha transformado la Iglesia católica en la anti-Iglesia de la Nueva Era, es decir, la sinagoga de Satanás. En esta situación extraordinaria, los obispos están obligados ante Dios a separarse a sí mismos y a sus diócesis del archihereje declarado que se ha excomulgado de la Iglesia y, por tanto, no es ni puede ser su cabeza. El temor a las penas canónicas según el Código de Derecho Canónico (CIC) no tiene justificación en esta situación.
Monseñor Viganò ha indicado claramente que no reconoce la autoridad del Dicasterio, ni la de su prefecto, ni la de quien lo nombró. Ningún obispo o sacerdote puede estar en unión con un archihereje, y si lo están, incurren en el mismo castigo que el archihereje, a saber, el anatema de Dios, o la maldición de Dios según Ga 1, 8-9. Es una exclusión no solo del organismo externo de la Iglesia, sino también del cuerpo místico de Cristo. En el momento de la muerte, tal obispo o sacerdote será condenado a menos que se separe a tiempo, es decir, a menos que se arrepienta.
La farsa montada contra el arzobispo Viganò consiste en que es castigado por su fidelidad a Cristo y a las enseñanzas de la Iglesia. No reconoce como cabeza de la Iglesia al manifiesto hereje Bergoglio, que se ha excomulgado a sí mismo de la Iglesia.
En resumidas cuentas, las sanciones canónicas en manos de Bergoglio y su secta son nulas y sin valor, y quienes las toman en cuenta se ven obligados a oponerse a Cristo y a su Evangelio y a legalizar el pecado.
El arzobispo verdaderamente católico Carlo Maria Viganò representa la verdadera Iglesia católica y toda la tradición eclesiástica. Está fuera de la estructura apóstata de la Iglesia transformada por Bergoglio. En esta situación, por tanto, puede ordenar obispos y no está limitado por el Código, que no tiene ningún efecto jurídico en manos del manifiesto hereje Bergoglio. Si, debido a su traición y cobardía, muchos obispos permanecen bajo maldición y no se separan del archihereje, Dios puede establecer una nueva estructura episcopal verdaderamente católica en estas diócesis.

+ Elías
Patriarca del Patriarcado católico bizantino

+ Metodio OSBMr + Timoteo OSBMr
obispos secretarios

5 de julio de 2024

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