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El obispo Simone Giusti de la diócesis de Livorno en Toscana, Italia, excomulgó ilegalmente al sacerdote Ramón Guidetti. Al hacerlo, el obispo se ganó ipso facto la excomunión latae sententiae por adherirse al hereje manifiesto Jorge Bergoglio. La supuesta culpabilidad del padre Guidetti fue que el 31 de diciembre de 2023 expresó la realidad de que el hereje manifiesto Francisco Bergoglio era un papa ilegítimo. El obispo calificó la afirmación de esta verdad como una manifestación del cisma. Preguntamos: ¿Cómo puede llamarse «cisma» a la separación de un hereje manifiesto que no es papa? Esto es un absurdo.
Jorge Bergoglio, como hereje manifiesto, se ha excomulgado de la Iglesia y por tanto no puede ser su cabeza. Ésta es la enseñanza de los padres y doctores de la Iglesia, así como de la bula dogmática de Pablo IV, y se basa en la naturaleza misma de la Sagrada Escritura y la tradición eclesiástica.
La declaración doctrinal de Bergoglio Fiducia supplicans promueve la bendición eclesiástica del pecado sodomita. Bergoglio ha incurrido ipso facto en el anatema —el castigo de Dios de «sea anatema»— por un antievangelio sodomita (Ga 1, 8-9). Además, Bergoglio se ha consagrado a Satanás bajo la guía de un brujo en Canadá. Separarse de un archihereje que se ha excomulgado a sí mismo de la Iglesia no es un cisma, sino el deber de todo obispo, sacerdote y creyente.
Mons. Giusti cometió un crimen contra Dios y la Iglesia, a saber:
1) abusó de su autoridad episcopal para tachar falsamente a un sacerdote católico de cismático,
2) se adhirió así públicamente al antievangelio sodomita impuesto por el hereje manifiesto Bergoglio.
Entonces ¿quién es el culpable? ¿El padre Guidetti o el obispo Giusti? El sacerdote es inocente; de hecho, es un confesor de la fe. Confesó valientemente la verdad de que el hereje público Bergoglio es un papa inválido y ocupa el papado ilegalmente. Tal afirmación está de acuerdo con la Palabra de Dios y la tradición. El sacerdote hizo esta confesión como reacción al documento herético Fiducia supplicans, que introduce una fe diferente y una antimoral sodomita. ¡Esto ya no tiene nada que ver con la doctrina católica! ¡Ésta ya no es la Iglesia católica! Bergoglio está a la vanguardia de la rebelión contra toda Escritura y toda la tradición eclesiástica.
Fiducia supplicans promueve la bendición de las uniones sodomitas, burlándose así de la advertencia de Dios sobre el fuego temporal (2 P 2, 6) y también boicoteando la amenaza del fuego eterno (Judas 7). Fiducia supplicans es el suicidio espiritual oficial e intensamente impuesto de la Iglesia in radice.
Quienquiera que acepte y sostenga la declaración Fiducia supplicans incurrirá ipso facto en la excomunión latae sententiae. Al mismo tiempo, tal persona atrae sobre sí el castigo de Dios: «sea anatema» (Ga 1, 8-9) por otro evangelio, es decir, el antievangelio sodomita. Quien se somete a un papa ilegítimo, que es un hereje manifiesto, automáticamente acepta el antievangelio sodomita y está igualmente bajo el anatema de la sentencia «sea anatema». Esta pena de anatema se deriva de la esencia misma del Evangelio. Se trata de una renuncia pública al Salvador y al camino de salvación.
Si Mons. Simone Giusti no se arrepiente debidamente y muere en este estado de obstinación en la herejía, será condenado eternamente.
¿Qué puede decirse respecto al llamado cisma hoy en día? Si el obispo en cuestión considera la fidelidad a Cristo y la separación de la herejía y del hereje como motivo de expulsión del ministerio sacerdotal, demuestra una vez más que el castigo le corresponde a él y no al sacerdote. El obispo incluso amenaza a los fieles con la pena de excomunión latae sententiae si asisten a la santa misa oficiada por este sacerdote verdaderamente católico. En el caso del sacerdote no se trata de un cisma, pero en el caso del obispo se trata de una esquizofrenia espiritual.
Mons. Giusti pone patas arriba toda la doctrina de la Iglesia, así como el Código de Derecho Canónico y sus artículos. Se supone que el Código debe proteger la doctrina de la fe y la moral, ¡pero Giusti abusa del Código para castigar el tener la verdadera fe! La condición para que el Código tenga autoridad es que se apoye en un fundamento ortodoxo sólido. Si las herejías destruyen los fundamentos de la fe y la moral, el Código en sí ya no tiene ninguna justificación. Los documentos eclesiásticos también son nulos si la herejía se ha convertido en una nueva fe. Esto también lo subraya la bula dogmática Cum ex apostolatus officio. La declaración Fiducia supplicans de Bergoglio introduce una fe diferente y un pseudoevangelio.
Hacemos un llamamiento a todos los fieles de la diócesis de Livorno a respetar el hecho de que su obispo ha incurrido en la excomunión latae sententiae y al mismo tiempo en el castigo de anatema de Dios, es decir, la maldición de Dios (Ga 1, 8-9).
Queridos creyentes, si os preocupa la salvación de vuestras almas inmortales, debéis separaros del obispo hereje Simone. Ya no podéis asistir a sus misas porque no son válidas. El sacramento del orden conferido por él es nulo y sin efecto. Las misas y ceremonias que celebra no son más que un espectáculo bochornoso y una farsa religiosa. Las bendiciones de este apóstata son un abuso del nombre de Dios. En lugar de la bendición, a través de este hereje Simone viene la maldición de Dios. Es necesario separarse de él; de lo contrario, caerá una maldición sobre todo aquel que le obedezca y se someta a él. Esta posición clara se fundamenta en la Sagrada Escritura y la tradición eclesiástica.