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El PCB El Sínodo sobre la sinodalidad utiliza métodos de lavado de cerebro de sectas destructivas Bergoglio Iglesia Congo Congo (Kinshasa) Besungu ¡Christus vincit! ¡Christus regnat! Cristo imperat! Ambongo Besungu

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Tomado de Vatican News: «El cardenal congoleño (Ambongo Besungu) llamó a luchar con valentía contra el Maligno, utilizando las armas de la sinodalidad, que requieren unidad, caminar juntos, discernir, escucharse unos a otros».
Besungu ya había revelado anteriormente que la escucha en el Sínodo era a la vez un método y un arma.
Estas armas de la sinodalidad, de hecho, no son armas contra el Maligno, sino que son las cuatro armas del Maligno para lograr la autodestrucción de la Iglesia.
Besungu enumera la unidad como la primera arma. Preguntamos: ¿unidad de quién y con qué? Esto no es unidad con Jesús o Sus enseñanzas. Todo lo contrario: se trata de la unidad de las personas que han rechazado los mandamientos de Dios con un espíritu inmundo.
La segunda arma, según Besungu, es caminar juntos. Se trata del camino sinodal LGTBQ de personas impenitentes que caminan juntas hacia la perdición.
La tercera arma es el llamado discernimiento. Esto significa, según la nueva interpretación sinodal, que los mandamientos de Dios no están establecidos con carácter definitivo, sino que cada uno es libre de discernir como le convenga. Dios y Su palabra ya no son la norma suprema, sino el ego y el orgullo humanos.
La cuarta arma es la escucha. Entendamos que éste es un método particularmente poderoso para conseguir un cambio de mentalidad. Es empleado por sectas, engañadores y mentirosos profesionales. Las Escrituras dicen: Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Eva escuchó a la serpiente en el Edén y el resultado fue el desastre. Y así es como terminan las cosas cuando no se escucha a Dios, Su palabra y Sus mandamientos, sino que se escucha a los siervos del Maligno, engañadores profesionales, mentirosos e inmorales.
Al Sínodo acudieron delegados de las conferencias episcopales y partidarios LGTBQ especialmente seleccionados. Los obispos están expuestos a manipulación durante todo el mes como en sectas destructivas. La agenda diaria de un obispo que participa en el Sínodo pero que aún no se ha convertido, según el plan de Bergoglio, en anfitrión del colectivo LGTBQ es —más o menos— la siguiente: desayuna con homosexuales, luego escucha a los homosexuales en grupos en una mesa asignada, almuerza con homosexuales, la siguiente etapa de escuchar a los homosexuales es por la tarde, luego cena con homosexuales y en la mayoría de los casos se ve obligado a entablar conversaciones personales solo con homosexuales; algunas de estas charlas terminan con una invitación a la sauna.
¿Puede un obispo mantenerse firme después de un mes de lavado de cerebro tan intenso y de la presión de un demonio inmundo? Como mínimo, su psique está plagada, su vida espiritual contaminada y las verdades esenciales de la fe y la moral cuestionadas. El método tiene como objetivo hacer que los obispos cambien la forma de pensar y abracen el espíritu de inmoralidad LGTBQ. San Basilio en sus Reglas advierte y explica lo peligroso que es codearse con personas inmorales. Además, señala que si también son herejes, estar en compañía de ellos arruina toda la salud espiritual de una persona. El apóstol Juan advirtió que ni siquiera deberíamos saludar a esas personas, y mucho menos pasar un mes con ellas en unidad forzada y escucharlas.
Hay 11 personas y un facilitador —moderador— sentados en cada mesa del Sínodo. Reunidos en grupos, escuchan, sobre todo, testimonios sugerentes de los homosexuales. Poco a poco se produce un cambio de mentalidad, pasando del pensamiento cristiano al inmoral. Hay tolerancia cero para el Espíritu Santo, el Espíritu de verdad. El moderador supervisa la «conversación en el espíritu», otro método sinodal, según reglas estrictamente definidas. Si alguien todavía reacciona con el Espíritu de verdad y defiende los mandamientos de Dios, se aplica discernimiento inmediato. Un individuo así debe convertirse para no perturbar la unidad y para aprender a contribuir a los debates únicamente en el espíritu de la sinodalidad LGTBQ, es decir, en el espíritu de dar cabida a la legalización de la inmoralidad.
Los miembros de los grupos cambian. Sin embargo, no según su propia elección ni al azar. El moderador, que observa atentamente el grado del cambio en la forma de pensar, los asigna a un grupo adecuado. Se monitorea a los participantes y se controla su manipulación. Este es verdaderamente un método de sectas destructivas, que cambia el pensamiento de acuerdo con un objetivo previamente determinado. El objetivo de este sínodo es conseguir la conversión de los obispos en anfitriones del colectivo LGTBQ, y, eventualmente, su conversión en sodomitas a semejanza de la mayoría de los moderadores de este sínodo sectario LGTBQ de Bergoglio.
El plan para este proceso, tras el regreso de los obispos y delegados del sínodo, es copiar este método y transformar la mentalidad y el espíritu de otros obispos, sacerdotes, religiosos y laicos activos que de esta manera influirán en los demás creyentes. Así es como se completará una transformación práctica de toda la Iglesia de Cristo en la Iglesia del anticristo, es decir, en la anti-Iglesia de la Nueva Era.
En lo que respecta a la aprobación de otros puntos de la agenda del sínodo, como la ordenación de mujeres como diaconisas y sacerdotisas, la eliminación de la Eucaristía mediante la introducción de elementos idolátricos, así como la destrucción del sacramento de la confesión, todo será consecuencia del cambio de forma de pensar, donde el Espíritu Santo, la verdad y las leyes de Dios no tienen cabida.
El diablo, padre de la mentira y de la muerte (cf. Jn 8, 44), afecta nuestra naturaleza corrompida por el pecado original. Da inspiraciones falsas a través de pensamientos o escucha a las personas que actúan como sus médiums. Este espíritu de mentira influye en nuestras emociones y nuestra imaginación. Desde afuera afecta nuestros ojos y oídos mediante la promoción de la inmoralidad, la pornografía, la lectura de libros inmorales, el ver de películas inmorales... Jesús no escuchaba a los espíritus inmundos, sino que los echaba fuera por el poder de Dios. El apóstol Pablo advertiría fuertemente a los obispos contra el sínodo de hoy: «No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien, reprendedlas; porque es vergonzoso aun hablar de las cosas que ellos hacen en secreto» (Ef 5, 11-12).
Uno queda atrapado en las redes del espíritu de mentira, principalmente al escuchar a las personas que ya están bajo el dominio de este ángel de luz. Si un estudiante de teología escucha acríticamente a su profesor, que es hereje, él mismo se convertirá en un hereje. Si un joven escucha a un individuo que es médium de un espíritu inmundo, este espíritu tomará el control de sus pensamientos y emociones, ganará simpatía, y se transferirá a él. El canal más poderoso para recibir un espíritu es escuchar. Cada engañador habla sugestivamente, porque hay un espíritu detrás de él. Es capaz de engañar y seducir con medias verdades, falsa bondad y la visión del éxito.
El salmista lo expresa con las siguientes palabras: «He sido como un odre en medio del humo» (Sal 119, 83). Cuando se saca el odre del humo, sigue oliendo a humo durante mucho tiempo. Un obispo pasó un mes en este ambiente de evangelio sodomita, que cambia el pensamiento y atrae la maldición. Ahora debería renunciar públicamente al espíritu de sinodalidad inmoral y herética y, en consecuencia, también durante un mes, debería hacer penitencia adecuada para ser liberado de esta maldición. Es necesario sobre todo orar, leer la Sagrada Escritura y la vida de los santos mártires durante este período de penitencia.
De hecho, un verdadero sínodo debería abordar ante todo las necesidades de la época y centrarse en la restauración espiritual. Se debe enfatizar el sentido y propósito de la vida humana, que es salvar la propia alma inmortal. Debería señalar los problemas que impiden al hombre de hoy llegar a conocer las verdades más elementales de la fe, y luego resaltar formas de proteger e implementar estas verdades. Actualmente, especialmente los jóvenes se ven amenazados por el homosexualismo por lo que deben familiarizarse con la Palabra de Dios, que revela las raíces de la homosexualidad. A los jóvenes se les debe presentar el ideal de pureza, vinculado a una vida moral y a la observancia de los mandamientos de Dios. La impureza moral conduce al cinismo y a diversas adicciones. Les incapacita a los jóvenes para la vida matrimonial y les lleva a la delincuencia.
Es necesario que un católico de hoy establezca una rutina diaria de oración y santifique el domingo de modo que dedique prácticamente todo el domingo a Dios, a su alma, al beneficio espiritual de su familia y al tiempo en comunión fraterna. El Espíritu de Dios actúa a través de personas que lo hacen. Si otros escuchan a tal hombre o mujer de Dios, sus ojos se abrirán y ellos también recibirán el Espíritu de Dios. Entonces podrán separarse del espíritu del mundo, del espíritu de mentira y de muerte. Precisamente lo contrario es el sínodo LGTBQ y sus moderadores, encabezados por Bergoglio y su lacayo Ambongo Besungu del Congo (Kinshasa) y otros verdugos de la Iglesia y violadores de las leyes de Dios.
Queridos obispos verdaderamente católicos, apartaos, junto con vuestras diócesis, de la obediencia al pseudopapa mientras hay tiempo. Es un hombre consagrado a Satanás, que promueve la inmoralidad LGTBQ autodestructiva. Jorge Bergoglio está en abierta rebelión contra Dios, Sus leyes y mandamientos. Habiéndose entregado a Satanás, no es ni puede ser el vicario de Jesucristo. Infesta la Iglesia del espíritu del anticristo y expulsa al Espíritu Santo, el Espíritu de verdad. Por eso, estimados obispos, salid de la Babilonia bergogliana antes de que sea demasiado tarde. Aceptad al papa católico ortodoxo, en aras de la salvación, para que pueda frenar el avance del desastre.
¡Christus vincit! ¡Christus regnat! Cristo imperat!