El PCB: El camino sinodal continental versus el camino de salvación de Cristo /1.ª parte/

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Explicación

Del 5 al 12 de febrero de 2023, Praga albergó la llamada asamblea continental del camino sinodal. Muchos participantes, según ellos mismos reconocieron, ni siquiera saben en qué consiste el camino sinodal. No obstante, lo elogian y hablan de él en términos superlativos celebrándolo con gran entusiasmo. La palabra del Señor pronunciada por profeta Isaías se aplica plenamente a la asamblea continental en Praga: «… murmullo tras murmullo, murmullo tras murmullo; balbuceo tras balbuceo, balbuceo tras balbuceo; ahora aquí, ahora allá» (Is 28, 10). El profeta Isaías habla de ello con más detalle: «También éstos están aturdidos por el vino y han divagado por el licor: el sacerdote y el profeta... Todas las mesas están llenas de vómito y suciedad, hasta no quedar lugar limpio. ... Ese mismo murmullo tras murmullo, balbuceo tras balbuceo; ahora aquí, después allá... ¡Oíd ahora la palabra del Señor, burladores que gobernáis a este pueblo! ... Habéis dicho: Hemos hecho un pacto con la muerte, hemos hecho un convenio con el Seol; cuando pase el azote abrumador, no nos alcanzará, porque hemos hecho de la mentira nuestro refugio y en el engaño nos hemos escondido”» (v. Is 28, 7-15).
Si se tratara de murmullo tras murmullo y balbuceo tras balbuceo solo en teoría, tal vez podríamos pasarlo por alto, pero detrás de este murmullo y balbuceo está el proceso encriptado de la transición de la Iglesia a la anti-Iglesia de la Nueva Era: la sinagoga de Satanás. Allí las leyes de Dios serán completamente reemplazadas por crímenes inmorales LGBTQ, por los cuales Dios impone el castigo del fuego temporal y eterno (Judas 1, 7, 2 P 2, 6). El camino sinodal de Bergoglio es la culminación del aggiornamento del Vaticano II con el espíritu de este mundo.
A lo largo de la historia, hasta el Concilio Vaticano II, la Iglesia mantenía la ortodoxia, que la protegía de las herejías. Al mismo tiempo, también se adhería a la ortopraxis relacionada con la observancia de las leyes y mandamientos de Dios. La ortodoxia y la ortopraxis se construyeron sobre la Sagrada Escritura y la Tradición, tanto apostólica como la tradición de los Padres de la Iglesia, mártires y santos. El Concilio (1962-65) provocó un punto de inflexión. Aceptó la herejía del modernismo, y después del Concilio esta herejía dominó todas las escuelas teológicas. Por consiguiente, la ortopraxis se paralizó paulatinamente. El proceso de autodestrucción culmina ahora en el camino sinodal de Bergoglio.
¿Qué hay que hacer para que la Iglesia pueda volver al camino seguro de la salvación, al camino del seguimiento de Cristo? Es necesario restaurar la ortodoxia. Primero, por lo tanto, a la herejía del modernismo con el espíritu del método histórico-crítico se la debe llamar «herejía». A continuación, el Concilio Vaticano II debe ser calificado como lo que es, es decir, herético. Además, al pseudopapa Bergoglio hay que llamarlo por su nombre: impostor religioso y hereje.
¿Cómo practicar la ortopraxis? En primer lugar, debemos ser conscientes de las influencias negativas contemporáneas que entorpecen el camino salvífico del seguimiento de Cristo. Esto se refiere en particular a una fuerte influencia del espíritu del mundo en la Iglesia y en los creyentes individuales. Este espíritu se opone al Espíritu de Dios, al Espíritu de la verdad. En la actualidad, el espíritu del mundo promueve todas las formas de inmoralidad LGBTQ a través de la ideología de género. Los cristianos son manipulados por el espíritu del mundo, principalmente a través de las redes sociales en teléfonos inteligentes, en las que pasan varias horas al día. Si hoy en día siguen este camino ancho hacia la destrucción, ya no tienen el temor salvífico. El camino sinodal lo aprueba y santifica todo a ellos. Incluso hoy, Dios anuncia por medio del profeta: «Curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: “Paz, paz”, ¡pero no hay paz! ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue caerán, dice el Señor» (Jr 6, 14-15).
Y Dios llama a través de su profeta: «¡Ay de los que arrastran la iniquidad con cuerdas de falsedad y el pecado como con coyundas de carretas! ¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! ... Desecharon la ley del Señor de los ejércitos, y despreciaron la palabra del Santo de Israel» (Is 5, 18-24).
El Sínodo sobre la sinodalidad no aborda en absoluto la cuestión más esencial, a saber, la salvación del alma. Por tanto, cada cristiano se enfrenta hoy a una decisión vital: o bien el camino sinodal, que lleva a la condenación del alma en el infierno, o bien el Camino, que es Cristo. Este último está relacionado con la oración, el arrepentimiento y la observancia de los mandamientos de Dios. Cada uno debe tomar su decisión hoy. Si quiere salvar su alma, debe dar un paso radical de conversión y arrepentimiento. Debe apartarse del falso camino sinodal de Bergoglio y del falso papa. Este también es un paso necesario en el camino hacia la renovación de la verdadera enseñanza: la ortodoxia. A continuación debe emprender el camino del seguimiento de Cristo: la ortopraxis.
Gracias al santo papa Pío X por condenar la herejía del modernismo y por hacer todo lo posible para restaurar a todos los creyentes en Cristo. Se esforzaba por revivir la ortopraxis a principios del siglo pasado, lo que estaba relacionado con la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, la práctica de los primeros viernes, rezo del rosario, veneración a Cristo Rey. Recordemos a los mártires en México que morían diciendo: «¡Viva Cristo Rey!».
Es posible revivir la ortopraxis incluso hoy, pero requerirá pasos aún más radicales que en el pasado, especialmente en lo que se refiere a la vida de oración de cada creyente.
La segunda parte resume brevemente la ortopraxis probada y comprobada en las circunstancias actuales.