Manchin y Sinema enfrentan mayor presión de colegas demócratas para deshacerse del obstruccionismo

Si desean apoyarnos, pueden hacerlo a través de:
https://donorbox.org/factor-sopresa

En Luisiana, una estudiante de 18 años murió días antes de graduarse. Hailey Deickman ingirió media pastilla que se vende como Percocet recetado, pero probablemente era una falsificación que contenía fentanilo.
Hailey era una estudiante del cuadro de honor con excelentes calificaciones. Ya había sido aceptada en la Universidad de New Orleans para el otoño. A Hailey le encantaba la escuela, el trabajo y pasar tiempo con amigos y familiares. Pero la noche del 14 de mayo la brillante vida que tenía por delante cambió irreversiblemente... Hailey y su amiga tomaron una decisión devastadora. Fueron a comprar lo que pensaban que era una pastilla de Percocet de $30 en la calle y la iban a compartir. Luego ambas no respondían. Mientras su amiga sobrevivió, Hailey murió días después.
Solíamos pensar que los adolescentes que se sienten atraídos por las drogas probablemente tengan malas calificaciones; se juntan con otros consumidores y probablemente provengan de un hogar roto. Este no fue el caso de Hailey y probablemente no sea el caso de muchas otras sobredosis de drogas para adolescentes. Estas tragedias cada vez son más frecuentes ya que hoy en día es más fácil para los jóvenes acceder a los opioides ilícitos. Para comprender mejor el problema, tenemos que comenzar con la epidemia de opioides del país.
Los opioides son algunos de los medicamentos más eficaces para tratar los niveles altos de dolor, tanto crónicos como graves. El peligro de los opioides radica en el hecho de que están hechos a partir del opio de las plantas de amapola; y el opio es extremadamente adictivo. Los opioides matan el dolor al trabajar por parte del cerebro que se encarga de regular el dolor y la recompensa, o euforia.
En 2019, aproximadamente 70,000 personas murieron por sobredosis de drogas en los Estados Unidos. El 68% de estas muertes fueron por sobredosis de opioides sintéticos.
Más de 10 millones de personas abusaron de los opioides recetados, 1,6 millones tenían un trastorno por consumo de opioides y otro 1,6 millones de personas abusaron de los analgésicos recetados por primera vez.