Polonia y Hungría hacen retroceder a la ideología globalista de la cultura de la muerte.

La presencia de gobernantes y parlamentarios que ejercen sus funciones en Polonia y en Hungría, representando a sus respectivos países poniendo en primer lugar a los intereses de la nación, sin dejar de tomar en cuenta los valores cristianos y católicos en las políticas de Estado; es lo que los promotores de la ideología globalista de la cultura de la muerte no toleran en aceptar. La soberanía y el reinado de Jesucristo tiene que hacerse presente en todas las áreas de las realidades humanas y en toda la sociedad en su conjunto.