Cacería de brujas de la izquierda que traería peligro al país. La libertad nunca fue tan atacada

Hasta el día de ayer 12 de enero, el número de personas infectadas por el coronavirus (virus CCP) superó los 91 millones en todo el mundo, con al menos 1,95 millones de muertes. Todavía recuerdo como al comienzo del brote del año pasado, los expertos médicos advirtieron que el coronavirus sería adquirido por cientos de millones de personas en todo el mundo. Hasta el momento, algunas personas se mantienen escépticas al respecto.
Sin embargo, esto ya sucedió. Aunque el número de infecciones que nos muestran no es una cifra real ya que el Partido Comunista Chino, así como Irán y otros regímenes han ocultado la información verdadera sobre las muertes por el virus del pcch, especialmente el Partido Comunista Chino, que ha informado una pequeña fracción de la cifra real. Por lo tanto, el número real de infecciones es mayor que los 91 millones actuales.
Desde la aparición de una variante del coronavirus en el Reino Unido, también ha surgido una variante en Sudáfrica.
The Associated Press informó la semana pasada que documentos internos del Partido Comunista Chino mostraban que la administración de Xi Jinping había ordenado un control estricto sobre todas las investigaciones sobre el coronavirus. Al mismo tiempo, los medios chinos de comunicación dan gran publicidad a que el virus se originó en el extranjero. La prensa británica cree que eliminando masivamente documentos del Instituto es otro ejemplo de la obstrucción del Partido Comunista Chino a las investigaciones sobre el origen del virus.
El presidente Trump también señaló que el problema real era que algunos políticos están blanqueando la violencia de grupos de extrema izquierda, como Antifa y Black Lives Matters. De hecho, en el verano de 2020, los activistas de extrema izquierda aplastaron y quemaron Washington DC, la ciudad de Nueva York, Portland, etc. Pero los políticos izquierdistas eran extremadamente parciales y los protegieron. Los izquierdistas incluso convirtieron el centro de DC en un mar de fuego. Quemaron iglesias históricas e incluso intentaron asaltar la Casa Blanca. En tal situación, el Alcalde de DC no hizo nada. Al final, fue el presidente Trump quien encomendó a la Guardia Nacional que fuera allí y mantuviera el orden.