Marcelo Gullo: España y Occidente están enfermos de ENDOFOBIA

Marcelo Gullo Diagnostica a España y Occidente: Enfermos de ENDOFOBIA, el Odio a las Propias Raíces

El politólogo e historiador argentino Marcelo Gullo ha puesto el dedo en la llaga de la crisis más profunda que atenaza a Occidente: la endofobia. En un análisis incisivo y valiente, Gullo define este mal como la enfermedad que lleva a un pueblo a odiar sus propias raíces, su cultura, su idioma, su religión y sus costumbres. España, según el autor, es un caso paradigmático de este padecimiento, donde una parte significativa de su clase política, intelectuales, periodistas y estudiantes universitarios han internalizado una visión falsa y denigrante de su propia historia, conocida como la Leyenda Negra, hasta el punto de repudiar la herencia que los constituye. Este fenómeno no se limita a la Península Ibérica; es un cáncer metastásico que corroe a toda la civilización occidental, llevando a las naciones europeas y a sus derivados a un auto-odio patológico que las debilita frente a culturas foráneas que, por el contrario, se aferran con orgullo y fervor a su identidad.

La endofobia, explica Gullo, es especialmente perniciosa en aquellos sectores que deberían ser guardianes del legado cultural: las universidades y las facultades. El relato del intento de impedir la presentación de su libro "Lepanto" en una Facultad de Derecho es emblemático. En el mismo recinto donde se supone que se enseña a respetar las normas y la ley, activistas enfermos de endofobia intentaron silenciar una conferencia que simplemente buscaba reivindicar un hecho histórico: cómo España salvó a Europa en una batalla crucial. Este episodio demuestra que el virus no es solo desprecio por el pasado, sino un impulso totalitario por controlar el presente y el futuro, censurando cualquier narrativa que no se alinee con su relato de culpa, vergüenza y decadencia autoinfligida. La educación, lejos de ser un faro de conocimiento, se ha convertido en muchos casos en el vector principal de esta enfermedad.

El diagnóstico de Gullo es crucial porque va más allá de la crítica política superficial. No se trata de izquierda versus derecha, sino de salud civilizacional versus suicidio cultural. La endofobia conduce a una parálisis existencial: una sociedad que odia lo que es, no puede defender lo que tiene ni proyectar lo que quiere ser. Pierde la voluntad de perpetuarse, de proteger sus fronteras, de transmitir sus valores a las nuevas generaciones. Mientras el islam, China o incluso Rusia proyectan una seguridad inquebrantable en su identidad y misión histórica, Occidente, enfermo de endofobia, se disculpa por su historia, desmantela sus estatuas, renuncia a su soberanía y cuestiona los principios mismos —como la libertad de expresión o la fe cristiana— que lo hicieron grande.

La cura, insinúa Gullo, no vendrá de las élites actuales, contaminadas por el virus. Debe surgir de un pueblo que redescubra el amor por lo propio. Esto implica una reeducación histórica que desmonte la Leyenda Negra y muestre la contribución netamente positiva de España y Occidente al mundo: el Derecho, la ciencia, los derechos humanos, el arte. Requiere recuperar el orgullo por la lengua, las tradiciones y la fe, no como herramientas de exclusión, sino como pilares de cohesión y propósito. Implica, como él mismo hizo frente a los "jóvenes imberbes", tener el coraje de enfrentar a los censores con la verdad y el humor, sin miedo. La batalla por Occidente no se ganará en un campo exterior, sino en la mente y el corazón de sus ciudadanos, sanando la endofobia y recuperando el amor sano por la casa común.

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