POLÉMICA: Paris homenajea a los pandilleros del CECOT generando indignación internacional

POLÉMICA: Paris homenajea a los pandilleros del CECOT generando indignación internacional

Durante la reciente edición de la Semana de la Moda de París, uno de los eventos más prestigiosos del calendario cultural europeo, la pasarela fue opacada por una polémica que trasciende el mundo del diseño. Un diseñador francés, cuya identidad ha sido ampliamente difundida en redes sociales, presentó una colección «en honor» a los inmigrantes y reclusos detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), en El Salvador.

La colección, cargada de simbolismos y referencias visuales al estilo carcelario salvadoreño, buscaba —según el propio autor— «dar visibilidad a las condiciones de reclusión y reclamar por los derechos humanos». Sin embargo, la realidad es que estas “víctimas” a las que rinde homenaje no son otra cosa que peligrosos pandilleros responsables de crímenes, extorsiones y asesinatos que por años mantuvieron en jaque a la sociedad salvadoreña.

La respuesta del presidente Nayib Bukele no se hizo esperar. A través de sus redes sociales, Bukele ironizó con contundencia: «Estamos listos para enviar a todos los pandilleros a París tan pronto como obtengamos luz verde del gobierno francés». Esta afirmación, celebrada por millones en toda América Latina, no solo desmonta el espectáculo moral del diseñador, sino que pone en evidencia la desconexión entre las élites culturales europeas y la realidad que enfrentan las naciones que sí han tenido el valor de combatir el crimen organizado de manera frontal.

Es preocupante que espacios como la Semana de la Moda, que deberían ser plataformas de creatividad y expresión cultural, se estén utilizando como escenarios para glorificar a delincuentes. Lejos de hablar por los derechos humanos, este tipo de actos son una falta de respeto a las víctimas reales: las madres que perdieron hijos, los comerciantes arruinados por extorsiones, y las comunidades enteras que vivieron bajo el terror de las maras.

La izquierda globalista, una vez más, intenta reescribir la historia y vestirla de alta costura. Se apropian del lenguaje de los derechos humanos para defender a quienes jamás los respetaron. Y mientras tanto, quienes luchan por restaurar el orden y la seguridad, como el presidente Bukele, son sistemáticamente atacados por organismos internacionales, ONGs y medios progresistas.

No es coincidencia que estas provocaciones surjan justo cuando el modelo de seguridad de El Salvador comienza a generar resultados concretos: reducción drástica de homicidios, recuperación de territorios antes dominados por pandillas y un aumento en la confianza ciudadana. Para los enemigos del orden, cualquier éxito conservador debe ser ridiculizado y atacado desde todos los frentes, incluso desde una pasarela en París.

La moda no debería ser un arma ideológica. Tampoco un vehículo para justificar el crimen. Hoy más que nunca, los conservadores debemos alzar la voz frente a esta ofensiva cultural que pretende blanquear a los violentos y criminalizar a quienes hacen cumplir la ley.

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