Alessa Polga -Sobre los Medios de comunicación Canadienses

4 months ago
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Alessa Polga denuncia el control del gobierno liberal sobre los medios en Canadá

En un valiente pronunciamiento que ha generado eco más allá de las fronteras canadienses, Alessa Polga ha sacado a la luz un aspecto oscuro del periodismo en el norte del continente: la sumisión de los medios de comunicación canadienses al gobierno liberal. A través de declaraciones contundentes, Polga explicó cómo la mayoría de las noticias que se consumen sobre Canadá, tanto dentro como fuera del país, no provienen de fuentes independientes, sino que son producidas por agencias alineadas al poder político vigente.

Polga advierte que muchos medios estadounidenses y europeos no cuentan con corresponsales en Canadá. En su lugar, compran contenido de agencias como The Canadian Press o canales de televisión locales que, según sus palabras, dependen en un 87% de su presupuesto del gobierno federal canadiense. Esta dependencia convierte a dichos medios en lo que ella denomina «el brazo comunicacional del gobierno liberal», una situación que no es nueva y que fue documentada en un proyecto de ley presentado en 2018, el cual fue prácticamente ignorado por los grandes consorcios internacionales.

Este fenómeno no es exclusivo de Canadá. Polga lo compara con lo que sucede en medios abiertamente estatales como Russia Today, Venezolana de Televisión o Telesur, donde el contenido no es informativo en el sentido estricto del periodismo, sino que responde a una narrativa oficialista que busca moldear la opinión pública a conveniencia del régimen. El paralelismo es claro: cuando los medios se financian con fondos estatales y su subsistencia depende del gobierno, dejan de ser fiscalizadores del poder y se convierten en sus propagandistas.

El caso canadiense es aún más preocupante porque ocurre bajo el disfraz de democracia y libertad de prensa, mientras que en otras latitudes el control mediático es abiertamente reconocido como parte de sistemas autoritarios. En Canadá, los medios estatales todavía gozan de una reputación inmerecida de independencia, lo que hace más peligroso su papel en la manipulación de la información.

La periodista y activista subraya que esta situación se vuelve más grave cuando se observa cómo la narrativa que emana desde estos canales termina siendo la única voz que llega al extranjero, dado que medios como CNN, BBC o medios europeos suelen repetir sus reportes sin verificación alguna. En otras palabras, el relato oficial canadiense se impone globalmente, aunque esté profundamente sesgado.

El control mediático, advierte Polga, no sólo tiene implicaciones en el ámbito informativo, sino también en la toma de decisiones políticas, el proceso electoral y la percepción pública de los ciudadanos. Si la única fuente de información disponible responde al gobierno, entonces la democracia se ve erosionada desde sus cimientos.

Muchos ciudadanos canadienses ya han comenzado a despertar ante esta realidad, buscando fuentes alternativas, medios independientes y plataformas digitales donde contrastar los hechos. Pero los obstáculos son muchos: desde campañas de desinformación oficial hasta intentos legislativos para censurar medios disidentes bajo la excusa de «luchar contra el discurso de odio».

La denuncia de Alessa Polga debe servir como advertencia para todas las naciones libres. Si Canadá, un país que se presenta ante el mundo como modelo de pluralidad, está cayendo en las redes del control mediático estatal, entonces ninguna democracia está a salvo. Es hora de defender la libertad de prensa auténtica y exigir transparencia en el financiamiento de los medios.

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