"No quedan Caballeros en España por culpa del feminismo radical"

-Ya no quedan caballeros en España.

-¿Y a qué te refieres con eso?

-Porque con tanto feminismo radical, las mujeres como yo que buscan un caballero, que te regale una rosa o te abra la puerta, o tenga el más mínimo detalle, y los hombres ya no lo hacen por miedo a que lo tomemos mal. Es culpa de las mujeres que no saben comportarse como damas.

En España, el feminismo radical ha generado una creciente polémica por el modo en que ha impactado a los hombres como colectivo. Este enfoque extremo del feminismo parte de una visión que no solo busca la igualdad de derechos, sino que en muchos casos promueve una narrativa que enfrenta a los géneros, señalando al hombre como culpable por el simple hecho de serlo.

Uno de los efectos más notorios ha sido la estigmatización generalizada de los hombres, especialmente a raíz de leyes y discursos que, aunque buscan proteger a las mujeres frente a la violencia de género, han llegado a presentar al hombre como un potencial agresor por defecto. Esto ha provocado un ambiente de desconfianza en el que muchos hombres sienten que deben justificar su conducta constantemente, aun sin haber cometido ningún delito.

En el ámbito social y personal, numerosos hombres afirman sentirse limitados al momento de interactuar con mujeres por miedo a ser malinterpretados o acusados injustamente. Gestos antes considerados de cortesía —como abrir una puerta o dar un cumplido— ahora son evitados por temor a represalias o críticas.

Este clima ha derivado en un malestar creciente entre muchos sectores masculinos, que perciben que no solo se les niega la presunción de inocencia, sino que también se les criminaliza por su identidad de género. En vez de promover la reconciliación y el entendimiento mutuo, el feminismo radical ha contribuido en ciertos casos a una mayor división y resentimiento entre hombres y mujeres.