PRECAUCION CON LAS REVELACIÓN PRIVADAS

La Iglesia Católica utiliza un proceso cuidadoso y riguroso para evaluar la autenticidad de las revelaciones privadas. Los criterios principales son los siguientes:

1. **Conformidad con la fe y la moral**: El contenido de la revelación debe estar en completa armonía con la doctrina católica y no puede contradecir las Escrituras o la Tradición. Cualquier desviación doctrinal sería motivo de rechazo.

2. **Frutos espirituales positivos**: Se analiza si la revelación fomenta la fe, la esperanza, la caridad y otras virtudes cristianas en los fieles. Un auténtico mensaje de origen divino debe dar frutos buenos y edificantes.

3. **Credibilidad del vidente**: Se evalúa la vida del individuo que recibe la revelación, incluyendo su carácter, sinceridad, humildad, obediencia a la Iglesia y estado psicológico. Una vida ejemplar fortalece la autenticidad del mensaje.

4. **Ausencia de explicaciones naturales**: Se investiga si los eventos asociados con la revelación pueden explicarse mediante causas naturales o fenómenos psicológicos. Si no hay una explicación científica plausible, esto puede apuntar a su origen sobrenatural.

5. **Juicio de contenido y mensaje**: El mensaje debe estar libre de errores, exageraciones o contradicciones internas. Además, debe reflejar la sabiduría y santidad propia de un mensaje divino.

El proceso de evaluación es supervisado por el obispo local y, en algunos casos, por la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano. Aunque la Iglesia puede aprobar ciertas revelaciones privadas como dignas de fe, no obliga a los fieles a aceptarlas, ya que no son parte del depósito de la fe.

Las revelaciones privadas y la doctrina oficial de la Iglesia Católica se diferencian en varios aspectos fundamentales:

1. **Naturaleza y autoridad**:
- La **doctrina oficial** forma parte del depósito de la fe, compuesto por las Sagradas Escrituras y la Tradición, y es vinculante para todos los fieles. Estas enseñanzas son definitivas y esenciales para la salvación.
- Las **revelaciones privadas**, por otro lado, no forman parte del depósito de la fe. Aunque pueden ser reconocidas como auténticas por la Iglesia, su aceptación es opcional y no obligatoria para los fieles.

2. **Objetivo**:
- La **doctrina oficial** tiene un alcance universal y atemporal, dirigida a toda la Iglesia en cualquier época. Define los principios fundamentales de la fe y la moral.
- Las **revelaciones privadas** suelen tener un propósito más limitado, como inspirar conversión, fortalecer la fe en contextos específicos o dar directrices prácticas para un momento particular en la historia.

3. **Carácter de la revelación**:
- La **revelación pública**, que sustenta la doctrina oficial, terminó con la muerte del último apóstol. Es completa, definitiva y suficiente para la salvación.
- Las **revelaciones privadas** ocurren después de la era apostólica y se consideran ayudas que no añaden nada nuevo a la revelación pública, sino que llaman la atención sobre aspectos ya contenidos en ella.

4. **Discernimiento**:
- La **doctrina oficial** se establece a través del Magisterio de la Iglesia, bajo la guía del Papa y los obispos, con un consenso claro y autorizado.
- Las **revelaciones privadas** requieren un proceso de discernimiento por parte de la Iglesia, pero incluso si son aprobadas, no tienen el mismo peso doctrinal.

En resumen, la doctrina oficial es esencial y universal, mientras que las revelaciones privadas son complementarias y de carácter opcional. Ambas, sin embargo, pueden guiar y enriquecer la vida de los fieles en distintos niveles.
La autenticidad de las revelaciones privadas se determina a través de un proceso riguroso de discernimiento, llevado a cabo por la Iglesia Católica. Este proceso está diseñado para evaluar si una revelación es de origen divino o si puede explicarse por otras causas, como fenómenos psicológicos o naturales. Los pasos clave incluyen:

1. **Investigación inicial por el obispo local**: El proceso comienza con el obispo de la diócesis donde ocurrió la revelación. Él designa una comisión de expertos en teología, psicología y ciencias afines para estudiar el caso.

2. **Criterios doctrinales**:
- Se analiza si el contenido de la revelación está en perfecta armonía con las enseñanzas de la Iglesia Católica. Cualquier contradicción doctrinal la descalifica automáticamente.
- Se revisa si la revelación enriquece la fe y lleva a un mayor compromiso con la doctrina oficial.

3. **Vida del vidente**:
- El carácter y la vida del vidente son evaluados cuidadosamente. Se considera su sinceridad, humildad, obediencia a la Iglesia y su salud mental, para garantizar que no exista fraude o influencias externas.
- Una vida marcada por virtudes cristianas refuerza la credibilidad del vidente.

4. **Evidencias sobrenaturales**:
- Si la revelación incluye milagros, como curaciones inexplicables, deben ser científicamente verificables e inexplicables por medios naturales.
- Los signos de carácter sobrenatural, como la coherencia con mensajes previos reconocidos o su impacto positivo en la fe de las personas, son cuidadosamente evaluados.

5. **Frutos espirituales**: Se observa si la revelación produce frutos positivos, como mayor devoción, conversiones, vocaciones al sacerdocio o actos de caridad.

6. **Revisión por la Santa Sede (si es necesario)**: En casos de mayor trascendencia, la Congregación para la Doctrina de la Fe puede involucrarse para emitir un juicio final. Esto asegura que el discernimiento se realice con el mayor cuidado.

Aunque una revelación privada sea considerada auténtica, su aceptación sigue siendo opcional para los fieles. No tiene el mismo peso que la revelación pública contenida en las Escrituras y la Tradición.

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