Pablo Muñoz Iturrieta:MADURO UTILIZA EL TREN DE ARAGUA PARA DESESTABILIZAR A LOS PAISES DE LA REGIÓN

Pablo Muñoz Iturrieta analiza la denuncia del Presidente Trump, de que el régimen de Nicolás Maduro está utilizando al Tren de Aragua como una herramienta de desestabilización en toda la región, incluyendo a Estados Unidos. Esta organización criminal, nacida en las cárceles venezolanas, se ha expandido de manera alarmante, infiltrando a países vecinos y extendiendo su influencia en el territorio estadounidense bajo la administración Biden.

Donald Trump ha tomado medidas drásticas y ha declarado al Tren de Aragua como una organización terrorista extranjera. Según Trump, esta agrupación criminal, con miles de miembros, está librando una guerra irregular contra Estados Unidos, ejecutando acciones hostiles para socavar la seguridad pública, amenazar la vida de los ciudadanos estadounidenses y servir a los intereses de Maduro para desestabilizar las democracias de América.

El Tren de Aragua creció significativamente durante la gobernación de Tareck El Aissami en el estado Aragua, en 2012. Poco después, el Departamento del Tesoro de EE.UU. designó a El Aissami como un narcotraficante especialmente designado. Hoy en día, este individuo es un fugitivo de la justicia estadounidense, enfrentando cargos por violar sanciones impuestas por EE.UU.

Al igual que El Aissami, Nicolás Maduro mantiene vínculos estrechos con grupos narcoterroristas patrocinados por su régimen. Bajo su mandato, el Cartel de los Soles ha logrado consolidarse como una organización delictiva internacional, utilizando al Tren de Aragua y a otras bandas criminales como extensiones de su operación para inundar Estados Unidos con drogas ilegales. La estrategia de Maduro es clara: socavar la estabilidad de Estados Unidos mediante el caos, el narcotráfico y el crimen organizado.

Desde su origen en la cárcel de Tocorón, en Venezuela, el Tren de Aragua ha operado como un brazo delictivo del chavismo, obteniendo apoyo y protección por parte del régimen. Durante años, esta banda ha aterrorizado a ciudadanos en toda América Latina, imponiendo extorsiones, secuestros, trata de personas y asesinatos a sangre fría. Ahora, su presencia en Estados Unidos es una realidad innegable.

Trump ha dejado claro que su administración no permitirá que estas organizaciones criminales sigan operando con impunidad. Al invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una legislación que no se utilizaba desde la Segunda Guerra Mundial, Trump busca deportar a los miembros del Tren de Aragua y erradicar su presencia de suelo estadounidense. Su determinación es evidente: la seguridad de Estados Unidos es una prioridad y no se permitirá que criminales extranjeros continúen su reinado de terror en el país.

La pregunta que queda en el aire es: ¿Qué hará la administración Biden? ¿Seguirá ignorando la amenaza o finalmente actuará para detener esta crisis de seguridad nacional?

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