No fue Al Assad, fue el nuevo gobierno quien asesinó a mis padres

No Fue Al Assad: El Nuevo Gobierno de Siria Asesinó a Mis Padres

La brutalidad y el caos continúan azotando a Siria, pero esta vez no es el régimen de Bashar al-Assad el responsable de la masacre, sino el nuevo gobierno que se ha instaurado tras la guerra civil. Anoche, una familia más fue víctima de esta violencia desenfrenada. Un testimonio desgarrador revela cómo fuerzas del nuevo régimen ingresaron a un hogar con la excusa de realizar un registro y asesinaron a sangre fría a dos personas inocentes.

En la ciudad de Sahal, un hijo que vive en el extranjero se enfrenta al horror de haber perdido a sus padres en un ataque perpetrado por quienes se supone que traerían estabilidad y paz. “Entraron a nuestra casa con la excusa de hacer un registro y mataron a mi padre y a mi madre, que estaban solos en casa, ya que tanto yo como mi hermano vivimos en el extranjero”, relata el testigo. Sus palabras son una denuncia directa contra el nuevo gobierno, desmintiendo la narrativa que intenta culpar al antiguo régimen de Assad.

La propaganda mediática ha intentado encubrir los crímenes del nuevo gobierno sirio, insistiendo en que los remanentes del régimen anterior son los responsables de la violencia. Sin embargo, los hechos desmienten esta versión. “Les digo a todos aquellos que dicen que los restos del régimen de Al Assad fueron quienes los mataron: No fue el régimen. El régimen no tiene extranjeros en sus filas. Y sabemos muy bien cómo son ellos…”. Esta afirmación es contundente y expone una realidad que los medios occidentales prefieren ignorar.

El sufrimiento de esta familia es solo una muestra del caos que persiste en Siria, donde la supuesta “liberación” ha traído más violencia, ejecuciones arbitrarias y una total falta de respeto por la vida humana. El hijo de las víctimas también revela un detalle estremecedor: los cuerpos de sus padres aún yacen en la casa, sin haber sido enterrados. “Sus cadáveres siguen en la casa; siguen en sus charcos de sangre en casa”, expresa con impotencia. Este nivel de barbarie es una muestra más de que el nuevo régimen no es mejor que el anterior; simplemente ha cambiado la cara de la represión.

Este testimonio pone en jaque la narrativa globalista que vendió la idea de que el cambio de gobierno en Siria traería democracia y estabilidad. En realidad, lo que se ha instalado es un nuevo régimen, igual o más sanguinario, que está ejecutando a civiles inocentes sin el menor escrúpulo. Las potencias que promovieron este cambio y financiaron a los grupos insurgentes hoy guardan silencio ante las atrocidades cometidas por sus aliados.

El mundo no puede seguir ignorando lo que ocurre en Siria. La violencia no ha cesado, y los nuevos actores en el poder han demostrado ser tan despiadados como los que los precedieron. Las familias siguen siendo separadas, los inocentes siguen muriendo y la sangre sigue corriendo por las calles de un país que nunca ha conocido la verdadera paz.