Adviento 2024: tiempo de arrepentimiento en EE. UU. /1.ª-2.ª parte/

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Hemos entrado en el tiempo de Adviento, relacionado con la llamada de los profetas, especialmente la de Juan el Bautista, quien predicó en el desierto de Judea: «Arrepentíos —cambiad de mentalidad— porque el reino de los cielos se ha acercado». Si los obispos se arrepienten preparando así el camino para la venida del Salvador a los corazones de los estadounidenses, EE. UU. vivirá una Navidad espiritual. Se cumplirán las palabras pronunciadas por el ángel en el cielo de Belén: «Os ha nacido hoy un Salvador, que es Cristo el Señor».

Estimado obispo de los Estados Unidos de América:
Me dirijo a ti personalmente al comienzo del Adviento. Si quieres permanecer en el camino de la salvación, en el camino estrecho de Cristo, estás obligado a hacer penitencia pública por el crimen contra Cristo que cometiste al aceptar la bochornosa declaración Fiducia supplicans. Con ello, has incurrido en el anatema de Dios. Esto incluye no solo la excomunión latae sententiae, la exclusión de la estructura eclesiástica externa, sino también la exclusión del cuerpo místico de Cristo. ¿Eres consciente de esto? Si no te arrepientes y mueres, serás condenado eternamente. Te has dejado manipular por un grupo de traidores activos a Cristo que manejan la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. Te han arrastrado a una traición pública a Cristo, es decir, a la apostasía. Has elegido bendecir el pecado nefando de la homosexualidad, junto con la aceptación de todo tipo de perversiones morales englobadas bajo el término LGTBQ.
La letra «T» corresponde a las llamadas personas transexuales. La transexualidad está directamente vinculada a la reasignación de género. Viene precedida de la manipulación psicológica de los niños en las escuelas y de la imposición de terapias hormonales a ellos, cuyo fin es la operación de cambio de sexo, es decir, la mutilación irreversible y de por vida. Estimado obispo, estás aprobando este proceso malvado abusando de tu autoridad apostólica. ¿Te das cuenta de lo que estás haciendo debido a tu ceguera espiritual y cobardía? Si afirmas que la transexualidad es querida por Dios, eres un engañador, un criminal y un servidor del Anticristo. Deberías haber alzado la voz contra esta inmoralidad y este grave crimen. Ahora, después de las elecciones, corres el riesgo de ser tachado, con justicia, de elemento subversivo, peligroso para la sociedad estadounidense. ¡Avergüénzate y arrepiéntete mientras puedas!
Seguramente sabes qué engloba la letra «Q», es decir, lo que la anti-Iglesia de Bergoglio legaliza, y tú lo has abrazado para tu diócesis y para todo Estados Unidos. Para que quede claro, la letra «Q» comprende perversiones como la pedofilia, es decir, el abuso sexual de niños, la zoofilia, es decir, el coito con animales, e incluso la necrofilia, o sea, el coito con cadáveres. También engloba, entre otras cosas, el sadomasoquismo, es decir, el sadismo relacionado con el asesinato sexual y las orgías. Esto ya está vinculado a graves trastornos psicológicos, así como a la criminalidad y la posesión demoníaca. Esta es la satanización de la Iglesia católica en los EE. UU. Tú has dado el visto bueno públicamente a esta satanización al aceptar Fiducia supplicans. ¿Te das cuenta de eso, Excelencia?
Boicoteas cínicamente las advertencias de la Sagrada Escritura sobre el fuego temporal y eterno por el pecado de sodomía (2 Pe 2, 6 y Judas 7). No solo te juegas y te arriesgas a provocar una catástrofe global nuclear u otra por tu crimen, sino que, lo que es peor, conduces a los católicos bajo falsa obediencia por el ancho camino de la perdición eterna.
¿Cómo es que los obispos estadounidenses, al adherirse por unanimidad a Fiducia supplicans, se han levantado contra Dios y han dejado de lado sus leyes y mandamientos? ¡La herejía escondida y sutil de la papolatría fue la fuerza impulsora de este crimen! ¿Cuál es la esencia de esta herejía? Afirma de manera falsa y manipuladora que el papa puede derogar todos los dogmas, puede cometer los peores crímenes morales, puede incluso consagrarse a Satanás, puede promulgar leyes completamente contrarias al Evangelio de Cristo, puede oponerse a Dios y blasfemar contra Él «bendiciendo» el grave pecado de la sodomía. La papolatría sostiene que, a pesar de todo esto, ¡sigue siendo el representante visible de Cristo en la tierra! Sin embargo, esta herejía de la papolatría ya ha sido condenada por la propia Sagrada Escritura, que dice: «Si alguien, incluso un ángel del cielo, predica un evangelio diferente, sea anatema» (Ga 1, 8-9).
Bergoglio no solo predica, sino que, al mismo tiempo, introduce un antievangelio sodomítico, climático y de otro tipo en toda la Iglesia amparándose en la autoridad papal. Por lo tanto, queda maldito por Dios y excomulgado de la Iglesia. Esto lo confirma claramente la bula dogmática Cum ex apostolatus officio de 1559. Condenaron la herejía de la papolatría también padres de la Iglesia como san Cipriano, san Jerónimo, san Agustín, y doctores de la Iglesia como san Roberto Belarmino, san Alfonso María de Ligorio, san Francisco de Sales y otros. Todos ellos coinciden en una verdad, que el cardenal san Belarmino expresa con sencillez: «Un papa que se manifieste hereje, por ese mismo hecho cesa de ser papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser un cristiano y miembro del cuerpo de la Iglesia». Los papólatras, sin embargo, ocultan o distorsionan deliberadamente esta verdad. Su objetivo oculto es utilizar la autoridad suprema para destruir totalmente a toda la Iglesia. ¡Debe quedar claro para todos que Jorge Bergoglio no es un papa legítimo!
Es lógico que un hombre que se consagró públicamente a Satanás en Canadá en 2022 y promueve abiertamente la satanización de la Iglesia ¡no pueda ser el vicario de Cristo en la tierra! Y si algún obispo, sacerdote o creyente todavía afirma que Bergoglio es un verdadero papa, está pecando contra el Espíritu Santo. El nombre del papa ilegítimo ha de ser borrado de los textos litúrgicos y nadie debe someterse a él. Quienes se someten a él dejan en claro que renuncian públicamente a Cristo. Al hacerlo, renuncian tanto al Evangelio de Cristo como a su camino de salvación. En cambio, aceptan el falso camino que conduce a la condenación eterna, y ese es el camino sinodal de Bergoglio.
Hoy en día, la herejía de la papolatría está llevando a los católicos a tal grado de estupidez que ya están tomando parte en la destrucción de la Iglesia desde sus mismos cimientos. ¿Eres consciente de esta absurda realidad, tú que te llamas apóstol de Cristo? Obedeces a un hereje manifiesto que está derribando los pilares fundamentales de nuestra salvación, pero desprecias a Dios y a sus leyes. ¿Por qué obedeces al usurpador del papado? Porque no te preocupas por tu salvación ni por la de las almas humanas, sino por la deificación de tu ego y por tu carrera eclesiástica. En la raíz está tu cobardía y la negativa a hacer el sacrificio pastoral, que implica proteger la doctrina y a las ovejas indefensas de las herejías y de lobos rapaces que están destruyendo la Iglesia desde dentro y desde fuera. A san Juan Crisóstomo lo desterraron siete veces por salvaguardar las verdades de Dios, y murió como resultado. San Atanasio también defendió la ortodoxia. Varias veces los herejes lo expulsaron de su cargo y procuraron quitarle la vida.
¿Qué haces por Cristo? ¿Qué haces para defender la doctrina ortodoxa? ¿Qué haces para defender las leyes de Dios y los mandamientos de Cristo? ¿Cuántas aflicciones padeces por defender la moral cristiana? Si al menos no hicieras nada... Pero apruebas el camino suicida de Fiducia supplicans, que, al bendecir blasfemamente el pecado, niega el Decálogo y el Credo y transforma a la Iglesia en una sinagoga de Satanás. Tienes mucha culpa de este crimen ante Dios, ante tu diócesis y ante todo el pueblo estadounidense. ¡La herejía de la papolatría no te servirá de coartada ni ante Dios ni ante los hombres! Te sientes cómodo conformándote al espíritu de este mundo para no meterte en problemas. «Eres tibio; ni eres frío ni caliente». Y Jesús te dice hoy: Si permaneces así y no te arrepientes, «te vomitaré de mi boca» (cf. Ap 3, 15-16).
En cuanto al verdadero arrepentimiento, para ti como obispo significa darte cuenta de que ha llegado el momento de decir la verdad sobre el Vaticano II. El camino liberal de la apostasía se pavimentó con el lema «el espíritu del Vaticano II». Bergoglio afirma con razón que solo está implementando el Concilio Vaticano II. Dirigieron el Concilio en secreto los seguidores del modernismo, que el papa san Pío X condenó como la cloaca de todas las herejías. Tras el Concilio, el espíritu modernista ocupó todas las facultades de teología. Es más, este Concilio herético, con la declaración Nostra aetate, abrió la puerta a la afluencia del paganismo, vinculado al satanismo. El uso del término ambiguo «respeto a otras religiones», de hecho a cultos paganos, ha dado lugar a la promoción del culto a los demonios. Es por eso por lo que Bergoglio, en el espíritu del Vaticano II, puede incluso entronizar al demonio Pachamama y defender públicamente la herejía de que la muerte redentora de Cristo en la cruz y los «caminos» paganos que rinden culto a Satanás son caminos equivalentes de salvación. Esto es la máxima herejía. Él se burla de todos los mártires de los primeros siglos que prefirieron sufrir las torturas y la muerte más crueles antes que arrojar un solo grano de incienso ante los ídolos y demonios paganos.

El PCB: Adviento 2024: tiempo de arrepentimiento en EE. UU.
2.ª parte

Estimados obispos de los Estados Unidos:
Iniciamos el histórico Adviento de 2024. ¿Qué penitencia específica debe hacer cada obispo de los Estados Unidos?
En primer lugar, estáis obligados a quitaros de encima la maldición de Dios, el anatema, que habéis hecho caer sobre vosotros mismos, sobre vuestra diócesis y sobre todo EE. UU. al aceptar la suicida Fiducia supplicans. Por lo tanto, cada obispo debería escribir una carta pastoral a su diócesis rechazando la blasfema Fiducia supplicans y renovando la ortodoxia y la fidelidad a Cristo, a sus enseñanzas y a los mandamientos de Dios. Dicha carta debería ser verdaderamente pastoral y decir claramente «sí, sí» a las enseñanzas de Cristo y «no, no» a las enseñanzas del Anticristo.
Debería decir un claro «no» a la herejía de la papolatría,
un claro «no» a la usurpación del trono papal por parte de Bergoglio,
un claro «no» a sus encíclicas, exhortaciones, declaraciones y motus proprios.
La carta pastoral debería decir un claro «no» a las nulas sanciones y excomuniones contra los católicos ortodoxos decretadas por Bergoglio,
un claro «no» a sus nombramientos nulos de cardenales,
un claro «no» a su apoyo al transexualismo, que mostró al besar los pies a un transexual,
un claro «no» a su legalización eclesiástica del colectivo LGTBQ,
un claro «no» a su bendición de las uniones sodomitas y las parejas queer.
La carta pastoral debería dar un «no» vinculante a la promoción de pseudopandemias con vacunaciones por parte de Bergoglio,
un «no» vinculante a su entrega a Satanás en Canadá que ha sentado un precedente,
un «no» vinculante a su entronización del demonio Pachamama en el Vaticano que ha sentado un precedente,
un «no» vinculante a su introducción de danzas rituales y prácticas paganas en la misa.
La carta pastoral debería dar un «no» vinculante a su ordenación de mujeres como diaconisas y sacerdotisas,
un «no» vinculante a sus herejías sincréticas proclamadas en Abu Dabi, Singapur y otros lugares,
un «no» vinculante a la participación de la Iglesia en la promoción de la Agenda de despoblación 2030,
un «no» vinculante al exterminio de territorios cristianos a través de los llamados «refugiados».
La carta pastoral debería decir un «no» vinculante a mencionar el nombre del pseudopapa en la santa misa,
un «no» vinculante al camino sinodal suicida.
La carta pastoral también debería decir un «no» vinculante al espíritu del Vaticano II,
y, por lo tanto, un «no» vinculante a las herejías modernistas del Vaticano II,
un «no» vinculante a las herejías del Vaticano II sobre el sincretismo con el paganismo,
un «no» vinculante al aggiornamento del Vaticano II, en otras palabras, a la conformidad con el espíritu del mundo,
un «no» vinculante a los términos ambiguos en los documentos del Vaticano II.
La carta pastoral debería decir un «no» vinculante a las tonterías sobre la crisis climática,
un «no» vinculante al transhumanismo,
un «no» vinculante a la reasignación de género en niños y a la ideología de género.
Dios se apiadó de Estados Unidos, y, tras las recientes elecciones, se presentó una oportunidad de renovación espiritual para la nación norteamericana. Pero si tú, como pastor, predicas y preconizas el antievangelio sodomítico bendiciendo el pecado, entonces, en lugar de una bendición, traerás una maldición sobre toda la nación.
Dado que la Conferencia Episcopal de Estados Unidos es la principal culpable de este crimen, debe producirse un cambio de espíritu en su seno. El espíritu de mentira y muerte ha de ser sustituido por el espíritu de la verdad y la vida. De no ser así, esta organización debe ser disuelta, ya que es peligrosa para la Iglesia y la nación.
Benedicto XVI, siendo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dijo: «No debemos olvidar que las conferencias episcopales no forman parte de la estructura imprescindible de la Iglesia tal como la quiso Cristo. Las conferencias no pueden actuar en nombre de todos los obispos. Ninguna conferencia episcopal tiene, en cuanto tal, una misión de enseñanza. La Iglesia católica está basada en una estructura episcopal, no en una especie de federación de Iglesias nacionales».
Queridos obispos, no olvidéis a vuestro ex nuncio apostólico, Carlo Maria Viganò. Ha permanecido fiel a Cristo y a la doctrina ortodoxa incluso a costa de insidiosas persecuciones. Se opuso al tumor canceroso del grupo de presión homosexual tanto en Estados Unidos como en el propio Vaticano. Asimismo se enfrentó valientemente a la mafia apoyada por el cardenal McCarrick y amparada e incluso favorecida por Jorge Bergoglio. Por su postura y fidelidad a las enseñanzas y a la moral católicas, su vida corre peligro. Ojalá sirva de ejemplo para vosotros, queridos obispos estadounidenses, de pastor de Cristo, dispuesto a dar la vida por sus ovejas.
Por la presente, quiero dirigirme a todos los católicos de Estados Unidos para invitarlos a rezar la hora santa en sus familias todos los días durante el Adviento, de ocho a nueve de la noche. No olvidéis rezar el santo rosario. Nuestra Señora intercederá para que este Adviento sea histórico, y se os concederá. Mediante la renuncia de Fiducia supplicans y la aceptación de leyes justas el camino de la muerte quedará sustituido por el camino de la vida. El ángel que anunció la buena noticia a los pastores de Belén anunciará también a Estados Unidos en esta Navidad: «¡Os traigo buenas nuevas de gran gozo! Porque os ha nacido hoy el Salvador, que es Cristo el Señor».

+ Elías
Patriarca del Patriarcado católico bizantino

+ Metodio OSBMr + Timoteo OSBMr
Obispos secretarios

30 de noviembre de 2024