2023/12/01 “Cuál es el vestido que debe tener tu matrimonio?” Edificando Matrimonios

RESUMEN
TEMA Y DESCRIPCIÓN
El tema principal del programa es “El vestido que debe tener tu matrimonio”, enfocado en cómo las parejas cristianas deben “vestirse” espiritualmente con las virtudes y valores que enseña la Palabra de Dios. El concepto de vestidura se utiliza como una metáfora para representar actitudes, comportamientos y cualidades que deben reflejarse en el matrimonio, como el amor, la paciencia, la misericordia y la humildad. La idea es que esta vestidura espiritual permita a las parejas superar los desafíos, cultivar un hogar lleno de paz, y glorificar a Dios en su relación.

VERSÍCULOS USADOS Y COMENTARIOS
Colosenses 3:12-14:
"Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros, si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestidos de amor, que es el vínculo perfecto."
Comentario: Este pasaje es el eje central del programa. Se destaca que estas virtudes no son sugerencias, sino mandatos de Dios para sus hijos. La "vestidura" aquí simboliza las actitudes y comportamientos que reflejan nuestra relación con Dios y se manifiestan en el trato con nuestro cónyuge. El amor es presentado como el vínculo perfecto que une todas las virtudes mencionadas.

Efesios 4:31-32:
"Dejen de estar tristes y enojados. No griten ni insulten a los demás. Dejen de hacer el mal. Por el contrario, sean buenos y compasivos los unos con los otros y perdónense, así como Dios los perdonó a ustedes por medio de Cristo."
Comentario: Este versículo enfatiza la importancia de desechar el enojo, las palabras hirientes y los malos hábitos, y sustituirlos por bondad y compasión. Se relaciona directamente con cómo los matrimonios pueden sanar y crecer cuando eligen perdonarse y actuar con amor.

1 Pedro 3:21-22:
"El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva, no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios."
Comentario: Este versículo refuerza la idea de que el bautismo simboliza un nuevo comienzo y una transformación espiritual. En el matrimonio, esta transformación implica renovar la mente y el corazón para construir una relación basada en los principios de Dios.

Génesis 3:21:
"Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió."
Comentario: Este pasaje muestra cómo Dios, aun después de la caída del hombre, tuvo cuidado de cubrir su desnudez. Se utiliza como una analogía de cómo Dios cubre nuestras debilidades y nos da una nueva oportunidad en el matrimonio.

Génesis 4:3-5:
"Aconteció, andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín ni a la ofrenda suya; y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante."
Comentario: Este pasaje se utiliza para reflexionar sobre cómo el enojo y la falta de arrepentimiento pueden llevarnos al pecado. En el matrimonio, el resentimiento no resuelto puede destruir la relación.

IDEAS PRINCIPALES Y EXPLICACIÓN
El matrimonio necesita una vestidura espiritual
La metáfora del vestido se aplica a las virtudes cristianas necesarias para un matrimonio saludable. La bondad, la humildad y la paciencia son esenciales para mantener una relación fuerte y centrada en Dios.

El amor es el vínculo perfecto
Todas las virtudes mencionadas en Colosenses 3:12-14 se unen y alcanzan su máximo potencial a través del amor. Sin amor, las demás cualidades pierden su significado y efectividad.

La importancia de desechar el enojo y el resentimiento
El programa subraya que el enojo y el resentimiento no solo dañan la relación, sino que abren la puerta al pecado y a la amargura.

IDEAS SECUNDARIAS Y EXPLICACIÓN
El perdón es clave en el matrimonio
Perdonar no es una opción, sino un mandato divino. Así como Dios nos perdona, debemos perdonar a nuestro cónyuge, sin importar la magnitud del error.

El matrimonio es un proceso de transformación continua
Al igual que en la construcción de un puente, el crecimiento y la madurez en el matrimonio toman tiempo y esfuerzo. Es un trabajo constante en equipo.

La rutina puede ser destructiva si no se renueva la relación
La monotonía en el matrimonio puede causar desgaste emocional y desconexión. Por eso es importante buscar tiempos de calidad y actividades que fortalezcan la relación.

APLICACIÓN Y PRÁCTICA EN LA VIDA CRISTIANA
Vestirse de virtudes diariamente
Practicar intencionalmente la misericordia, la bondad y la paciencia en el trato con el cónyuge, recordando que estas cualidades son un reflejo de nuestra relación con Dios.

Renovar el compromiso de amor y perdón
Cada día es una oportunidad para demostrar amor y perdonar los errores de nuestro cónyuge, recordando que nosotros también fallamos.

Evitar la crítica y la queja
Sustituir las actitudes negativas por palabras y acciones edificantes que fortalezcan la unidad en el hogar.

NOTAS UTILIZADAS POR EL PASTOR
• Reflexión sobre las vestiduras de Colosenses 3 y su aplicación práctica.
• Ejemplos bíblicos de vestiduras dadas por Dios (Génesis 3:21).
• Enseñanzas sobre el perdón basado en Efesios 4:31-32.
• Analogía del puente para ilustrar el proceso de transformación en el matrimonio.

CONCLUSIÓN
El programa concluye enfatizando que el éxito en el matrimonio no se mide por logros externos, sino por la calidad de la relación con el cónyuge y con Dios. La verdadera prosperidad se encuentra en un hogar donde se vive el amor, la misericordia y la unidad bajo la guía de la palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El matrimonio es una institución divina que requiere esfuerzo, dedicación y, sobre todo, la intervención de Dios para prosperar. Vestirse de amor y virtudes cristianas no solo fortalece la relación con el cónyuge, sino que también glorifica a Dios. Cada día es una nueva oportunidad para renovar este compromiso y construir un hogar lleno de paz y propósito.

TRANSCRIPCION
Henry Becerra
Muy, pero muy buenas tardes, queridos radioescuchas y todos los que están conectados. Estamos contentos, alegres, de estar aquí en Radio La Roca, 106.3 FM, al sur de la Florida, en la costa este de los Estados Unidos de Norteamérica. Los saludamos contentos, alegres. Este programa se llama Edificando Matrimonios. Hermanos, estuvimos un tiempo la semana pasada pasando en familia; muchos viajaron, muchos fueron a los hogares de sus padres, de sus familiares en general. Esta es una celebración muy especial, muy bonita, que se hace en el Día de Acción de Gracias. Así que muchos estuvieron por fuera y ya están volviendo a lo que es la rutina normal.

Así que estamos aquí, mis hermanos. Hoy estamos la plana mayor, aquí, en todo lo que es la radio. Vamos a presentar y saludar a nuestros hermanos Gabriel y Tamara Moshella.

Tamara Moshella
Muy buenas tardes a cada uno. Gracias por estar conectados una vez más con nosotros. ¡Los extrañamos muchísimo! Espero que ustedes también nos hayan extrañado, y queremos volver con un tema que los va a poner a pensar y a buscar más de la presencia de Dios. Así que compartan este programa. ¡Amén!

Gabriel Moshella
Dios me los bendiga grandemente a cada uno. Gracias por estar conectados. Esperamos que puedan compartir, que puedan extender esta invitación a más personas y que cada vez podamos ser más y más compartiendo la palabra de Dios en los hogares. ¡Amén!

Sandra Becerra
Amén, bendiciones para todos, hermanos. ¡Extrañándolos también! Qué bueno que pudimos otra vez empezar a edificarnos todos con la palabra del Señor y con estos temas que son tan importantes para que podamos tener matrimonios sólidos, matrimonios llenos de fe, llenos de esperanza. Inviten a todos los que puedan, mis hermanos, porque esto va a estar muy bueno. ¡Amén!

Henry Becerra
Saludamos también a Natalia Becerra, que nos ayuda en la parte de producción, cámaras, teclado, pantalla… todo. Ella se mueve en todas las áreas, también con la hermana Tamara. ¡Gloria a Dios! Así que, hermanos, estamos muy felices, muy contentos de estar aquí nuevamente con ustedes, de volver a compartir estos temas tan importantes para nuestra vida y nuestro diario vivir.

Estábamos hablando hace poco sobre algo que se ha vuelto realmente un problema en los matrimonios, y es la rutina. La rutina es algo que mata, que acaba la relación. ¿Por qué? Porque se entra en un método donde ya no se tienen tiempos de calidad ni esos momentos en que la pareja pueda compartir, salir del diario vivir y hacer algo nuevo. Esa rutina puede ser muy tremenda.

Y hablando de todo esto, nos hemos conectado con el tema de hoy, ¡tremendo tema! Hoy vamos a hablar de la moda; hoy vamos a estar hablando de los estilos, de todo lo que es el vestido que debe tener tu matrimonio.

Hay 66 versículos en la Biblia que hablan del vestir, sobre cómo debemos vestirnos. Y este vestido del que hablamos hoy es uno que cubre no solo a la persona, sino al matrimonio, al hogar, y a la familia. Porque lo que haga el matrimonio es lo que va a desarrollar la familia, es lo que genera la familia, lo que recibe la familia. El hogar se compone de esa pareja, y esa pareja es la que se encarga de darle el sentido al hogar.

Si hay un hogar donde solo hay maltratos, donde hay caos, es porque la pareja lo ha vivido así. Si hay un hogar donde, aunque enfrentaron situaciones difíciles, se han restaurado, han luchado, han seguido adelante y están en victoria, es porque la pareja ha puesto ese esfuerzo.

Todo depende de las decisiones que la pareja tome para el hogar, para la familia, y para lo que se desarrolla en las generaciones. Así que, mis hermanos, vamos a tocar este tema y comencemos con un versículo.

Tamara Moshella
Amén. Realmente, cuando hablamos del vestido en el plano natural, siempre queremos vestirnos de una manera en que nos sintamos bien, donde nuestro cónyuge también se sienta cómodo. Incluso, muchas veces decimos: “Vamos a ver si entre tú y yo compaginamos con lo que nos vamos a poner”. ¿Por qué? Porque, como matrimonio, siempre queremos mostrar lo mejor de nosotros.

En el plano espiritual, pasa lo mismo. Dios nos enseña, a través de su palabra, cómo debemos vestirnos. Y eso es lo que vamos a leer ahora.

Gabriel Moshella
Claro, vayamos a Colosenses 3:12-14, que dice:
"Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros, si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto."

Sandra Becerra
¡Qué tremendo, hermanos! Este versículo nos está dando un mandato claro. Aquí no es algo que Dios dice: “Si ustedes quieren”. No. Él está diciendo: Vestíos. Es una afirmación, una orden. Es algo que Él está demandando de su pueblo escogido.

Henry Becerra
Amén. Y es interesante cómo el Señor nos dice que debemos vestirnos como escogidos de Dios. Esto no solo se refleja en nuestra apariencia exterior, sino también en nuestras actitudes, en nuestras acciones. Como escogidos de Dios, necesitamos comenzar a vivir conforme a esto, porque eso es lo que nos hace verdaderos representantes de Cristo, especialmente como matrimonios.
Sandra Becerra
Amén. Inclusive, cuando meditamos en este versículo, nos damos cuenta de cuánto nos falta para vestirnos de la manera correcta que Dios demanda. Muchas veces no nos damos cuenta de nuestras actitudes cotidianas, de nuestra falta de paciencia, de misericordia, o de mansedumbre con nuestro cónyuge. Creo que este versículo lo hemos leído muchas veces, pero no lo hemos profundizado ni aplicado en nuestro matrimonio.

Decimos: “Ah, sí, esto es como la armadura de Dios”, pero lo pasamos por alto. Tal vez minutos después de leerlo, ya estamos enfadados con nuestro cónyuge o nuestros hijos, y actuamos de manera contraria a lo que dice este versículo.

Tamara Moshella
Exacto. Esta vestidura de la que habla Dios es lo que Él está requiriendo de nosotros. No es opcional; es lo que Él espera de su pueblo escogido. Necesitamos reflejarlo en nuestras actitudes, doblegando nuestra carne y nuestra voluntad a la de Cristo. Porque no se trata de decir: “Bueno, voy a ser amable, gentil, amorosa porque lo leí”. No. Esto requiere un proceso. Primero, necesitamos doblegar nuestra carne, porque nuestra carne no quiere hacer eso. Si entendemos lo que Dios nos pide y nos sometemos a su voluntad, Él nos respalda y nos ayuda.

Gabriel Moshella
Exacto. Dios no lo hará por nosotros. Él nos da la fortaleza, pero nos deja la decisión. Es nuestra responsabilidad actuar. Cuando se manifiesta el Espíritu Santo en nosotros y hablamos en nuevas lenguas, eso está perfecto. Pero no es todo. ¿Por qué? Porque necesitamos reflejar su amor. Hablar en lenguas no significa que estamos reflejando el amor. Reflejamos el amor cuando obedecemos la palabra de Dios, cuando practicamos la bondad, la misericordia y el amor hacia nuestro prójimo. Y si necesitamos practicarlo con todos, ¿cuánto más con nuestro cónyuge? ¿Cuánto más con nuestros hijos?

Tamara Moshella
Así es. La Real Academia Española define vestirse como “cubrirse el cuerpo con ropa” o “llevar un traje distintivo”. En el plano espiritual, así como debemos mostrar al mundo nuestra vestidura externa como creyentes —que la gente nos vea y diga: “Esa persona es cristiana, esa persona es pentecostal, esa persona se viste diferente”— también necesitamos marcar una diferencia dentro del hogar. Nuestro carácter y comportamiento deben ser testimonio.

Henry Becerra
Es como cuando vemos a un policía, a un bombero, a una enfermera, o a un trabajador de la construcción. Podemos identificarlos por su vestimenta. Cada vestidura tiene un significado. Y eso es lo que este versículo nos invita a reflexionar: ¿Qué estás reflejando en tu vida? ¿Qué dice tu vestidura sobre quién eres?
Primero, debemos distinguirnos en nuestro hogar. Porque de ahí sale todo. Podemos aparentar bondad y amor en el exterior, pero ¿qué estamos haciendo en casa? ¿Qué vestimos dentro del hogar? A veces usamos las mejores vestiduras fuera y, en casa, actuamos de forma contraria.

Sandra Becerra
Amén. La verdadera vestidura espiritual debe ser constante, debe cubrirnos todo el tiempo. No es algo que colgamos al llegar a casa y cambiamos por otra actitud. Lo que sembramos en el hogar, lo que mostramos en nuestro matrimonio, se reflejará en todo lugar.

Tamara Moshella
Muchas personas dicen: “Eso es muy difícil de lograr”. Claro, venimos con temperamentos, con maletas cargadas de vivencias pasadas que arrastramos al matrimonio. Pero un matrimonio cristiano necesita una nueva conciencia, como lo dice 1 Pedro 3:21-22: “El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva, no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios.” Dios nos da esperanza y la oportunidad de comenzar de nuevo. Pero muchas veces somos tercos y decimos: “Yo soy así, nadie me va a cambiar”. Necesitamos permitir que Dios nos moldee y nos vista con esa vestidura que nos ha preparado.

Henry Becerra
El cambio no ocurre de la noche a la mañana. Es un proceso. Como decía Gabriel, no basta con emocionarnos un día y cambiar por dos o tres días. Un cambio real es gradual, es permanente, y se refleja en nuestras acciones. Es como construir un puente hacia el otro lado de un río. Puede tomar tiempo y esfuerzo, pero el proceso nos enseña a valorar lo que Dios está haciendo en nuestras vidas y en nuestro matrimonio.

Sandra Becerra
Quiero leer Efesios 4:31-32:
"Dejen de estar tristes y enojados. No griten ni insulten a los demás. Dejen de hacer el mal. Por el contrario, sean buenos y compasivos los unos con los otros y perdónense, así como Dios los perdonó a ustedes por medio de Cristo.” Este versículo nos recuerda que debemos tomar la decisión de dejar de hacer el mal. Para eso, necesitamos fe. Muchas veces nos preguntamos: “¿Cómo cruzo este río? ¿Cómo llego al otro lado?” La respuesta está en confiar en que Dios nos respalda durante el proceso, aunque haya tormentas o conflictos.

Tamara Moshella
Amén. Leer este versículo nos lleva a reflexionar sobre la entrañable misericordia que menciona Colosenses 3. Esto significa que debemos compadecernos el uno del otro. Tal vez tu cónyuge no esté en el mismo nivel espiritual o emocional que tú. En lugar de exigir que esté a tu nivel, necesitamos ser misericordiosos y pacientes, ayudándolo a crecer.

Gabriel Moshella
Muchas veces queremos que nuestro cónyuge sea perfecto, pero olvidamos que nosotros también fallamos. Este proceso de complementarnos, de ayudarnos mutuamente, es lo que construye un matrimonio sólido. No se trata de criticar o quejarnos, sino de levantarnos juntos.

Sandra Becerra
Amén. La queja viene de un enojo acumulado. Necesitamos identificar de dónde proviene ese enojo y cómo podemos sanarlo. En Génesis 4:3-5, vemos un ejemplo claro. Caín se queja con Dios porque su ofrenda no fue aceptada. Su enojo lo llevó a cometer un pecado grave. Cuando nos dejamos dominar por el enojo, abrimos la puerta al pecado, y esto afecta directamente nuestro matrimonio.

Henry Becerra
Exactamente. El enojo y la queja generan amargura y resentimiento, y eso puede destruir una relación. Por eso es tan importante aprender a perdonar y reconocer nuestras propias fallas antes de señalar las de nuestro cónyuge. Quiero preguntarles a los oyentes: ¿cómo reaccionan cuando su cónyuge comete un error? ¿Cómo lo enfrentan? Porque la forma en que trates a tu cónyuge cuando falla será la misma forma en que desearás que te traten a ti cuando seas tú quien cometa el error.

Gabriel Moshella
Así es. Si hoy es tu cónyuge quien cae, mañana puedes ser tú. Todos fallamos. Por eso es esencial actuar con misericordia y gracia. Si queremos construir un matrimonio sólido, debemos aprender a levantar al otro en lugar de hundirlo con críticas o juicios.

Tamara Moshella
Amén. La Biblia nos dice que debemos perdonarnos y soportarnos unos a otros. Esto significa que, en lugar de enfocarnos en las fallas del otro, debemos buscar formas de complementarnos y ayudarnos mutuamente a crecer. Nadie es perfecto, pero juntos podemos avanzar si tenemos la disposición de amar y perdonar.

Sandra Becerra
Así es. Muchas veces vemos debilidades en nuestro cónyuge, pero en lugar de ayudarle a superarlas, usamos esas debilidades como un arma. Necesitamos entender que el matrimonio es un complemento. Lo que a uno le falta, el otro puede aportar. Pero esto solo sucede si estamos dispuestos a trabajar juntos y a aceptar nuestras diferencias con humildad.

Henry Becerra
Es cierto. El matrimonio es como una lija: a veces las asperezas son necesarias para pulirnos y sacar lo mejor de nosotros. Pero si permitimos que el orgullo o el egoísmo tomen el control, esas asperezas solo causarán heridas. Por eso es crucial vestirnos con las virtudes que menciona Colosenses 3: misericordia, bondad, humildad, paciencia. Estas virtudes son las que nos permiten construir un matrimonio lleno de amor y gracia.

Tamara Moshella
Amén. Quiero compartir algo que dice Génesis 3:21: “Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.” Desde el principio, Dios mostró su amor y cuidado al vestir a Adán y Eva, incluso después de que pecaron. Esto nos recuerda que Dios siempre está dispuesto a cubrir nuestras debilidades y a darnos una nueva oportunidad.

Gabriel Moshella
¡Qué hermoso! Esto muestra la gracia de Dios en nuestras vidas. Aunque cometamos errores, Él siempre está dispuesto a restaurarnos y a vestirnos con su justicia. Pero necesitamos valorar esa vestidura y vivir de acuerdo con ella. No es algo que podamos tomar a la ligera; es un reflejo de nuestra relación con Dios y con nuestro cónyuge.

Henry Becerra
Así es, mis hermanos. Quiero dejarles esta reflexión: ¿qué vestidura están usando en su matrimonio? ¿Es una vestidura de amor, de humildad, de paciencia? Porque, como dice Colosenses 3:14, “Y sobre todas estas cosas, vestidos de amor, que es el vínculo perfecto.”

Sandra Becerra
Amén. Esa vestidura de amor es lo que nos permite superar las pruebas, las diferencias, y los desafíos del matrimonio. Es el vínculo que une todo lo demás. Pero requiere esfuerzo, requiere dedicación y, sobre todo, requiere una relación constante con Dios.

Gabriel Moshella
Mis hermanos, hemos llegado al final del programa. Pero antes de despedirnos, quiero animarlos a que reflexionen sobre este tema y busquen la presencia de Dios en su matrimonio. Él es el único que puede transformar nuestras vidas y darnos la fuerza para amar y perdonar como Él nos ama.

Tamara Moshella
Amén. Recuerden que el matrimonio es un proceso continuo de crecimiento y aprendizaje. Dios nos ha dado la mejor vestidura: su amor. Vistámonos de amor y vivamos conforme a su palabra. ¡Bendiciones, mis hermanos!

Henry Becerra
Gracias, mis hermanos, por acompañarnos en este programa de Edificando Matrimonios. Les esperamos el próximo viernes a las seis de la tarde aquí, en Radio La Roca, 106.3 FM. Que el Señor les bendiga grandemente. ¡Hasta la próxima!