“EL EJERCITO INVISIBLE” 11/24/2024 PASTOR RYAN CROSSLEY

8 hours ago
11

RESUMEN
TEMA
La protección y guía sobrenatural de Dios a través de su ejército de ángeles invisibles.
La prédica se centra en la realidad de los ángeles como espíritus ministradores enviados por Dios para proteger, guiar y pelear en favor de los creyentes. A través de experiencias personales y referencias bíblicas, el pastor muestra cómo el ejército invisible de Dios trabaja en medio de las adversidades, dándonos la seguridad de que no estamos solos en nuestras batallas.

VERSICULOS USADOS
2 Reyes 6:8-17
"No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos."
Comentario: Este pasaje es el núcleo de la prédica, mostrando cómo Eliseo, confiado en la protección divina, ora para que su siervo vea el ejército de ángeles que los rodea. Esto resalta la importancia de confiar en lo invisible, sabiendo que Dios siempre tiene un plan para sus hijos.

Hebreos 1:14
"¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?"
Comentario: Este versículo establece la función de los ángeles como servidores de Dios para los creyentes, reforzando la idea de que están siempre activos en nuestra vida espiritual.

Isaías 40:31
"Levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."
Comentario: El pastor enfatizó que el orden de Isaías (volar, correr, caminar) refleja el proceso cristiano de perseverancia y constancia en la fe, aprendiendo a confiar en Dios en cada etapa de la vida.

Efesios 6:12
"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes."
Comentario: Este versículo subraya que nuestras batallas no son físicas, sino espirituales, y que necesitamos depender del ejército invisible de Dios para vencer.

Salmo 34:7
"El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende."
Comentario: Aquí se asegura la constante protección divina sobre los creyentes que confían en Él, recordando que los ángeles están activamente cuidándonos.

IDEAS PRINCIPALES
Los ángeles como espíritus ministradores.
Los ángeles son enviados por Dios para proteger y guiar a los creyentes en momentos de necesidad. Esta intervención divina no siempre es visible, pero su impacto es real y poderoso.

La importancia de confiar en lo invisible.
Aunque no podamos ver el ejército de Dios, su protección es constante. Nuestra fe debe estar en lo que no vemos, pero sabemos que existe.

Las batallas espirituales no se pelean con fuerza humana.
En lugar de depender de nuestras capacidades, debemos acudir a Dios y permitir que Él luche por nosotros a través de su ejército celestial.

IDEAS SECUNDARIAS
Dios utiliza las adversidades para fortalecer nuestra fe.
Las pruebas y ataques que enfrentamos nos llevan a una mayor dependencia de Dios y a una oración más ferviente.

El perdón y la reconciliación son claves en las relaciones del Reino.
El pastor compartió una experiencia personal de reconciliación que muestra cómo Dios puede obrar incluso en medio de conflictos, transformando corazones y restaurando relaciones.

El crecimiento espiritual es un proceso continuo.
El camino cristiano no siempre es rápido ni fácil; implica volar en momentos de victoria, correr en tiempos de esfuerzo y caminar con perseverancia en la vida diaria.

APLICACIÓN Y PRACTICA EN LA VIDA CRISTIANA
Orar con fe y pedir intervención divina.
Los creyentes deben aprender a clamar a Dios en medio de las batallas espirituales, confiando en que Él enviará su ayuda sobrenatural.

Confiar en el plan de Dios incluso cuando no entendemos.
Saber que Dios siempre tiene un ejército invisible trabajando a nuestro favor nos da paz y fortaleza.

Practicar el perdón y la reconciliación.
Seguir el ejemplo del pastor al buscar restaurar relaciones rotas, entendiendo que esto es parte del testimonio cristiano.

NOTAS
• Experiencias personales de ataque ministerial y cómo Dios intervino sobrenaturalmente.
• Ejemplos bíblicos de intervención angelical (Eliseo, Pedro, María, Daniel).
• Datos sobre los ángeles: más de 300 referencias en la Biblia; su papel como mensajeros, protectores, guerreros y guías.

CONCLUSION
El Pastor Ryan Crossley cerró su mensaje enfatizando que los creyentes no están solos en sus luchas. Dios tiene un ejército invisible de ángeles que pelea por ellos, guiándolos y protegiéndolos en cada momento. La clave está en depender de Dios, confiar en su plan y abrir nuestros ojos espirituales para reconocer su obra.

REFLEXION
Esta prédica nos recuerda que nuestra confianza no debe estar en lo que vemos, sino en el Dios que trabaja en lo invisible. En momentos de dificultad, cuando sentimos que estamos solos, debemos recordar que Dios ha enviado a sus ángeles para ministrarnos y pelear nuestras batallas. Así como el criado de Eliseo tuvo que abrir sus ojos para ver el ejército de Dios, nosotros también debemos pedirle al Señor que nos dé una visión espiritual para reconocer su constante protección y guía.
TRANSCRIPCION
Mi familia se olvidó que había estado aquí conmigo. Todos de pie. Solo quiero decir que, algunas veces, cuando uno lleva muchos años en una iglesia, puede sentirse como que no hay tanta atención hacia uno. Es como una familia. Tengo cuatro hijos, y los que han estado más tiempo ya son una parte tan intrínseca de la familia que son los que ayudan a mover la familia adelante. Pero cuando viene un nuevo bebé, toda la atención va hacia ese nuevo bebé. Algunas veces, lo que pasa en familias es que los hermanos mayores se vuelven celosos de los hermanos menores porque mamá y papá están poniendo toda la atención sobre los menores.
Y en una iglesia, algunas veces, cuando uno ha estado tantos años, déjeme decirle algo: es que el pastor puede confiar tanto en la firmeza y la fidelidad de ustedes que no son una carga para el pastor; son pilares sobre los cuales se edifica la iglesia. Y yo los aprecio con todo mi corazón. Gracias, thank you, por ser fieles. Gracias, thank you. Amén. En los desiertos, en tiempos donde esta iglesia fue sacudida, en tiempos donde otros se fueron, usted permaneció. Y todos los que están llegando, usted le debe dar gracias a Dios por santos fieles, amén, que ayudan a edificar una gran iglesia.
Yo doy gracias a Dios. Amén. Esta iglesia va a cumplir 20 años. En marzo del 2025 vamos a cumplir 20 años de aniversario como iglesia y como pastores de esta iglesia. Amén. Y yo le puedo decir esto: lo que Dios ha hecho aquí en 20 años, y no solo aquí, sino que ha usado esta iglesia para plantar otras iglesias que también están creciendo. Pocos, pocos lugares he visto donde Dios ha favorecido una congregación de esta manera. No somos mejores que nadie, simplemente tenemos que darle gracias a Dios por su favor y su bendición.
Y si Dios le ha traído aquí, yo creo con todo mi corazón que cuando Dios trae una familia a esta iglesia hay dos razones: porque esa familia necesita lo que esta iglesia tiene, y esta iglesia necesita lo que esa familia puede hacer para ella. Eso es lo que yo creo con todo mi corazón. No sé, estoy simplemente tan agradecido. Tuve que ir y abrazar a algunos de los miembros ancianos. No en edad, pero ancianos en los años que llevan. Este mes estaba mirando al hermano Juan Méndez. Juan, usted fue uno de los primeritos, creo que a pocas semanas realmente de comenzar la iglesia.
... en Pick Up for a Ride. Después, Dios los bendijo en gran manera. Amén. Y él ha pasado sus valles. Hermano Juan ha estado a punto de muerte en su salud varias veces, pero aquí estás parado en la presencia del Señor Jesucristo. Dios te ha guardado. Dios ha sido fiel. Si yo pusiera fotos del centro de comunidad donde comenzamos, mi esposa y yo de vez en cuando miramos esas fotos. Mi familia, tan fieles. Tantos que estoy hablando de los primeros uno o dos años, yo sé que hay muchos más.
Simplemente les quiero decir como pastor: gracias por estar conmigo en este día. Y sabe que hasta que Dios venga, aquí vamos a estar trabajando. Yo no vivo para otra cosa, yo vivo para la iglesia. Gracias a Dios por el día que te trajo aquí. Tres células teníamos. ¡Ay, qué vergüenza! Y él trajo ese corazón, él comenzó a decir: "Vamos a tener 500 células" cuando teníamos 10. Pero aquí estamos, más cerca que yo, ¿no?
Gracias a Dios. Sabe que usted tiene que aprender en Dios, simplemente. Esto es un camino. En Isaías dice que levantarán alas como las águilas, caminarán y no se fatigarán. Nosotros pensamos que el orden debería ser este en nuestra vida cristiana: caminar, correr, volar. Pero en Isaías no es caminar, correr y volar. En Isaías es volar, correr, caminar. Dice "flying, running, walking," porque todos entran a la iglesia y algunos, después de tres o cuatro meses, vuelan para afuera. Hay algunos que vuelan y después aprenden. No, esto es de largo plazo. Como dice hebreos, a ver con paciencia esta carrera. Después hay otros que se dan cuenta: "Ah, no, esto es de toda la vida. Así que voy a estar en este camino, no me voy a desviar para la izquierda ni para la derecha, y voy a simplemente avanzar."
Denle un fuerte aplauso al Rey de reyes, Señor de señores. Mientras usted busca en 2 Reyes 6, quiero decir que es un gozo tener a Rosa aquí y a Nazaret Téllez con nosotros, amén, desde Nicaragua. ¿Dónde están esta mañana? Amén. Un fuerte aplauso para ellos. Tenemos varias familias desde Nicaragua aquí también. Kleiber y Oswali están con nosotros desde Venezuela. ¿Dónde están? Un fuerte aplauso para ellos. Que Dios les bendiga ricamente. Amén. A todos los venezolanos digan "¡Amén!" Amén. ¿Dónde están mis arepas de reina pepiada? Bello pueblo.
Sabe que Dios está usando a los venezolanos alrededor del mundo. Yo sé que algunas veces el caos en un país nos hace preguntarnos el porqué, pero Dios está usando a la iglesia pentecostal de Venezuela. Ha sido por muchos años la más grande de Sudamérica y han ido miles alrededor del mundo, y Dios los está usando para avivamiento en lugares donde no había avivamiento. Solo Dios sabe lo que era. Y sabe que, en la Biblia, algunas veces hubo dispersión, hubo persecución, pero no para juzgar a la iglesia, sino para que se desparrame y alcance al mundo. Amén.
2 Reyes 6, versículo 8: "Tenía el rey de Siria guerra contra Israel, y consultando con sus siervos, dijo: En tal y tal lugar estará mi campamento. Y el varón de Dios envió a decir al rey de Israel: Mira que no pases por tal lugar, porque los sirios van allí. Entonces el rey de Israel envió a aquel lugar que el varón de Dios había dicho; y así lo hizo una y otra vez con el fin de cuidarse."
El corazón del rey de Siria se turbó por esto. Llamando a sus siervos, les dijo: "¿No me declararéis vosotros quién de los nuestros es el rey de Israel?" Entonces uno de los siervos dijo: "No, rey, señor mío, sino que el profeta Eliseo está en Israel, el cual declarará al rey de Israel las palabras que tú hablas en tu cámara más secreta." Y él dijo: "Id, mirad dónde está, para que yo envíe a prenderlo." Y le fue dicho: "He aquí que él está en Dotán."
Entonces envió el rey gente de a caballo y carros y un gran ejército, los cuales vinieron de noche y sitiaron la ciudad. Se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: "¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos?" Y él le dijo: "No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos."
Eliseo oró y dijo: "Te ruego, Jehová, que abras sus ojos para que vea." Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo y de carros de fuego alrededor de Eliseo. ¡Aleluya!
Quiero predicar esta mañana sobre El Ejército Invisible.
Señor Jesús, te damos gracias por tu fidelidad, tu bondad, tu amor por nosotros. Gracias por esta iglesia. Gracias por los santos y las familias que se están levantando aquí. Te doy gracias de antemano, Señor, por todo lo que vas a hacer en este lugar, en cada mente, cada corazón. En el nombre de Cristo Jesús. Amén. ¿Cuántos pueden tomar su lugar? Aleluya.
Cuando alguien comienza a hablar de alguna experiencia sobrenatural, no sé por qué nuestra primera reacción es ser sospechosos o dudosos de que lo que las personas nos están diciendo realmente aconteció o no. Es interesante, en mi opinión. Nosotros leemos el Nuevo Testamento, y parece que la presencia de ángeles era algo evidente, visible y presente en la vida de esa iglesia del Nuevo Testamento. Vemos que era algo, si lo puedo decir así, común que los ángeles intervinieran en una situación. Hasta cuando vemos ciertos milagros y liberaciones de personas en la cárcel, vemos que aun los discípulos reaccionan de una manera donde no están asustados.
Por ejemplo, cuando estaban en el mar y veían a Jesús caminando sobre el agua, uno de ellos dijo que parecía un fantasma. Pero en otras situaciones, como cuando el ángel libera a Pedro de la cárcel, camina con él, las puertas se abren, Pedro no está atónito, sino que simplemente está siendo ayudado por el ángel. Cuando sale a la calle y el ángel lo deja, considera lo acontecido, cuenta lo que ha ocurrido, y va a la casa de la madre de Juan Marcos, donde encuentra a la iglesia orando por su liberación.
Vemos que hay interacción de ángeles en la tumba de Jesús. Cuando vienen buscándolo, los ángeles están ahí presentes para darles un mensaje a los seguidores de Jesús. Ángeles aparecen a Elizabeth para contarle que ella iba a tener un bebé. Un ángel se le aparece a María para darle el mismo mensaje: que ella iba a tener un bebé, el Salvador llamado Jesús. Vemos ángeles desde muy temprano en la Palabra de Dios. Y hermanos, el libro de Apocalipsis está repleto de referencias a ángeles. Hay más de 300 referencias a ángeles en la Biblia; en solamente 34 libros de la Biblia se mencionan más de 300 veces los ángeles.
Pero ¿qué pasa hoy? Si nosotros hoy hablamos de ángeles, ¿será que el enemigo nos quiere robar la oportunidad de reconocer su presencia? No sé si me están entendiendo, pero el mismo enemigo desea que nosotros peleemos nuestras batallas solamente con nuestras fuerzas, con nuestra carne.
Les voy a contar una historia. Hace unos cuantos años atrás, por un periodo de un año entero, viví una de las experiencias más difíciles de mi ministerio. Varias cosas estaban ocurriendo. Una, sufrimos una pequeña división en la iglesia. En ese tiempo, se fueron unas 57 personas. Eso en sí fue un golpe fuerte, especialmente considerando que habíamos entrado recién en un nuevo edificio, y nuestro alquiler había triplicado. Ahora, no bajamos en números porque seguíamos ganando, entonces, aunque personas se fueron, gracias a Dios, Dios trajo otras familias. Honestamente, esas familias que llegaron se convirtieron en algunas de las familias que más almas trajeron a La Roca.
Pero en ese momento tú no sabes cómo va a terminar todo eso. Solo te toca vivir esa experiencia. La segunda cosa que vivíamos al mismo tiempo era que estábamos tratando de levantar una iglesia en la ciudad de Homestead. Habíamos estado en Homestead por unos dos años, haciendo células de manera insegura. Eso creció, pero no había con quién multiplicarlo. Decidimos tomar un paso más, como un estilo de punto de predicación. Teníamos célula entre semana y comenzamos a tener servicios los viernes.
Por dos años estuvimos haciendo eso sin ningún problema. Pero aconteció que había una iglesia cerca de allí. Ellos sabían que estábamos ahí, estábamos comunicados, nunca había existido un problema. Pero después de esos dos años, cuando decidimos oficializarlo un poco más, comenzaron los ataques. Perdón que lo diga tan francamente, pero fueron mentiras. Fueron ataques hacia nosotros. No querían que tengamos una iglesia ahí. Teníamos más de 38 bautizados en el nombre de Jesús, cantidad de personas llenas del Espíritu Santo. Nunca nos había llegado nadie de otra iglesia alrededor. Todas eran almas nuevas que habían llegado a los grupos. Pero los ataques comenzaron, y lo único que querían era que cerremos esa iglesia.
Yo no soy una persona rebelde o desobediente, pero también creo en pararme por mis principios. Yo no iba a abandonar a esas 38 personas y decirles que se fueran a otro lugar solo porque alguien no nos quería ahí, sin ninguna razón. Al pararme en mis principios, los ataques se intensificaron.
Los ataques se intensificaron al punto de que yo me convertí en la "oveja negra" del sector. Esto lo viví solo, cargando todo. Hubo reuniones donde tenía que defender lo que estábamos haciendo. Personas que nunca habían experimentado un gran avivamiento nos estaban atacando por tenerlo nosotros.
Le doy gracias a Dios por ese año, porque fue un año donde aprendí a orar como nunca antes. Me di cuenta de que nuestras batallas no se pelean en carne y sangre. Nunca peleé contra las personas que me atacaban, ni me defendí contra los hombres. Yo entendí que debía dejar que Dios fuera mi defensa. Y vengo a decirles a ustedes esta mañana: hay un ejército invisible. Los ataques pueden ser fuertes, pero abra sus ojos y mire alrededor. Hay un ejército de espíritus ministradores que están listos para intervenir si nos alineamos al Espíritu de Dios.
Llegó un punto donde esto escaló tanto que me llevaron ante la junta directiva. Yo había llamado al pastor específico que estaba enojado conmigo por seis meses, dos veces por semana. Nunca me contestó ni quiso hablar conmigo. Le dejaba mensajes diciéndole: "Hermano, lo amo. Somos hombres cristianos. Llámeme, podemos hablar, vamos a comer." Pero nunca me devolvió las llamadas. Finalmente, tenía una reunión programada para sentarme delante de la junta directiva, donde él explicaría su punto de vista, y yo el mío.
Yo había determinado en mi espíritu que lo que dijeran las autoridades, yo lo haría. Si ellos me decían que cerrara todo, esa sangre no estaría sobre mis manos. Yo obedecería. Pero le decía al Señor: "Señor, necesito tu guía. Necesito saber qué debo hacer." Fue un tiempo muy difícil. Me sentía completamente solo. Hasta aquellos que deberían haberme entendido y apoyado no estaban ahí. Eso me hizo cuestionar muchas cosas en mi vida. Me arrodillaba a orar y le decía al Señor: "Perdóname si he sido desobediente o rebelde. Perdóname si he causado problemas." Pero cuando oraba así, sentía un silencio total del cielo. Era como si Dios cerrara el cielo y no me escuchara.
Después de unos veinte minutos de orar así, le decía: "Señor, no siento que estoy mal. Ayúdame. Toca mi mente y ayúdame a no amargarme, a no enojarme. Ayúdame a depender de ti." Y cuando oraba de esa manera, sentía la presencia de Dios cubriéndome. Fue una batalla espiritual intensa.
Dos semanas antes de la reunión con la junta directiva, llegó mi hora de oración en el lugar que llamábamos "La Sede." Era un pequeño espacio que alquilábamos porque no teníamos otro lugar para nuestras actividades. Ahí hacíamos una cadena de oración de 24 horas cada martes, donde cada persona oraba por una hora. Me tocó mi turno. Estaba tan cargado que comencé a caminar mientras oraba.
Mientras caminaba, sentí pasos detrás de mí. Eran como un eco de los míos, pero con un ligero retraso. Pensé que tal vez alguien más había llegado al lugar para orar y no me había dado cuenta. Pero al mirar, no había nadie. Seguí caminando, y esos pasos seguían. Entonces comencé a darme cuenta de que esto no era normal. Me detuve y los pasos se detuvieron. Volví a caminar, y los pasos continuaron.
Le pregunté al Señor: "¿Has enviado tu ángel?" Y en ese momento, sentí un abrazo físico, como si una presencia poderosa me rodeara. Fue algo que no puedo describir completamente con palabras, pero supe en mi espíritu que Dios había enviado un ángel para ministrarme. Sentí una paz que no había sentido en meses.
Ese momento fue un parteaguas en mi vida. Supe que no estaba solo, que el Señor estaba conmigo, y que había enviado un ángel para darme fuerzas. Esa experiencia me llenó de una seguridad sobrenatural. Salí de ese lugar fortalecido y listo para enfrentar lo que viniera.
Dos semanas después, llegó el día de la reunión con la junta directiva. Entré a esa sala junto al acusador, el pastor que había levantado todo esto contra mí. Se le habían unido otros que, honestamente, estaban celosos de nuestro crecimiento. Es triste, pero a veces en el Reino de Dios, en lugar de regocijarnos por el avivamiento en otras iglesias, dejamos que los celos y la envidia nos consuman. Pero hermanos, si otra iglesia tiene avivamiento y crece a mil personas, ¡gloria a Dios! Hay millones de almas que alcanzar, no hay razón para los celos.
En esa reunión, ambos dimos nuestras versiones. La junta directiva nos pidió que saliéramos mientras ellos discutían. Yo estaba listo para aceptar lo que decidieran, incluso si eso significaba cerrar la iglesia en Homestead. Cuando salimos de la sala, me acerqué al pastor y le dije: "Hermano, quiero que sepas algo. Yo te amo. No tengo nada en contra de ti. No sé si te causé incomodidad o si algo te molestó, pero quiero que sepas que pase lo que pase, no guardaré nada en mi corazón. Estamos trabajando para el Reino de Dios."
Para mi sorpresa, ese hombre comenzó a llorar. Me miró y dijo: "Pastor, usted no me ha hecho nada. Yo no sé qué me pasa. No sé por qué me ofendí, no sé por qué permití que esta situación creciera en mi vida. Usted no me ha afectado de ninguna manera." Me contó que había estado leyendo un libro titulado La trampa de Satanás, que habla de la ofensa y el perdón. Me dijo: "Pastor, he estado equivocado. Usted no ha hecho nada malo. Yo soy el que ha estado mal."
Casi no lo podía creer. Después de un año de ataques y sufrimiento, ese hombre reconoció su error. Me dijo: "Voy a entrar a la sala y voy a decirle a la junta que usted no ha hecho nada malo, que toda esta situación fue causada por mi ofensa." Entramos juntos, y ese hombre habló delante de todos. Les dijo: "No hay ningún problema aquí. Todo esto fue causado por mi ofensa y mi actitud equivocada. Podemos trabajar juntos para el Reino de Dios."
Los miembros de la junta quedaron en silencio, sin saber qué decir. Finalmente, el superintendente dijo: "Bueno, aquí no hay nada que resolver. Continúen con el trabajo que están haciendo." Sentí como si un peso enorme hubiera sido levantado de mis hombros. Ese hombre y yo salimos de esa reunión reconciliados. Desde entonces, se ha convertido en un amigo cercano y un apoyo en el ministerio.
Hermanos, vengo a decirles esta mañana: hay un ejército invisible que pelea por nosotros. No importa cuán fuertes sean los ataques, no estamos solos. Dios envía a sus ángeles para protegernos, guiarnos y darnos la victoria.
La Palabra de Dios dice que los ángeles son espíritus ministradores enviados para servir a los que heredarán la salvación. Ellos son mensajeros de Dios, protectores del pueblo de Dios, guerreros en batallas espirituales. Están presentes en nuestras vidas, aunque no los podamos ver. Pero recuerde, no adoramos a los ángeles; adoramos a Dios, quien es el Rey de reyes y Señor de señores.
Quiero animar a cada uno de ustedes esta mañana a que confíen en el Señor. No importa lo que estén enfrentando, no están solos. Dios tiene un ejército invisible peleando a su favor. Si están pasando por una batalla, pídanle al Señor que abra sus ojos espirituales, como lo hizo con el criado de Eliseo, para que puedan ver que más son los que están con nosotros que los que están contra nosotros.
Levanten sus manos al cielo y vamos a orar juntos. "Señor Jesús, gracias por tu fidelidad y tu amor. Gracias por los ángeles que envías para protegernos y guiarnos. Abre nuestros ojos espirituales para que podamos ver tu ejército invisible. Fortalece nuestra fe y ayúdanos a confiar en ti en todo momento. Pelea nuestras batallas, Señor, y danos la victoria. En el nombre de Jesús. Amén."

Loading comments...