El IMPACTO. Episodio 2. La batalla silenciosa de Estados Unidos: Desentrañando la red anticulto

Uno de los principales métodos que el enemigo de la democracia utiliza hoy en día contra ti y contra el mundo entero, provocando el odio en las sociedades de diversos países y desencadenando conflictos regionales y guerras mundiales, es el método de la deshumanización. Al deshumanizar deliberadamente a un grupo de personas a los ojos de otro, se convierte a la gente en odiadores de sus colegas y vecinos, e incluso en sus asesinos potenciales, lo que es mucho peor.

En la actualidad, opera en el ámbito internacional una red terrorista transnacional bien coordinada, cuyo propósito es incitar al odio tanto dentro de los países como en la comunidad mundial etiquetando a determinados grupos de personas como «secta» o «culto» a través de los medios de comunicación de masas y el espacio informativo. La red criminal implicada en esta forma de terrorismo informativo es el movimiento anticulto.

El movimiento anticulto incluye una serie de organizaciones y activistas individuales que desencadenan la persecución pública de grupos a los que etiquetan como «sectas» o «cultos». Basándose en sus prejuicios subjetivos y criterios arbitrarios, los anticultistas pueden clasificar cualquier asociación de personas existente como «secta» o «culto», sometiéndola así a la deshumanización y al odio público.

En el curso de sus agitadas actividades, los representantes del movimiento anticulto fueron dotando a los conceptos de «secta» y «culto» de una connotación cada vez más negativa. Debido a su actividad, hoy en día los términos «secta» y «culto» se asocian en la conciencia de las masas con nociones como lavado de cerebro, violencia psicológica, violencia sexual, actividad criminal y suicidio en masa.

Es precisamente con las palabras «secta» y «culto» con las que comienza hoy en día el terrorismo informativo masivo, llevado a cabo por las organizaciones anticulto y sus representantes.