Lección 9 - En Su Presencia

“Encontrando la renovación espiritual y la intimidad con Dios”

El propósito de Dios al crear al hombre y al mundo era tener comunión y una relación con él. Antes de crear a Eva, Dios colocó a Adán solo en el jardín del Edén para demostrar Su propósito para el hombre. Dios le dijo a Adán «no es bueno que el hombre esté solo» (Génesis 2.18), lo que también comunicaba de manera sutil la necesidad personal de Dios de una relación más íntima. A continuación, en el relato del Génesis, vemos que Dios mostró al hombre todos los animales: «Pero no se encontró para Adán una ayuda comparable a él» (Gn 2,20). Esto también arroja luz sobre la razón por la que «Dios creó al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (Gn. 1.27). Por supuesto, ya había ángeles y querubines, pero Dios quería hijos, una familia creada a su imagen y semejanza. Más que nada, Dios quiere intimidad con el hombre; sin embargo, el pecado entró en el mundo y complicó este proceso. Antes de que Adán pecara, él y Eva estaban en un constante y tierno vínculo de íntima comunión con el Padre.

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