Las consecuencias de un ataque con misiles de largo alcance de la OTAN desde Ucrania contra Rusia

La idea de que unos pocos misiles de largo alcance de Ucrania, suministrados o apoyados por la OTAN, pondrían a Rusia de rodillas no sólo es absurda sino peligrosamente ingenua. Este tipo de pensamiento revela una incomprensión fundamental de la dinámica del poder global y de la gravedad de semejante provocación. Dirigentes como el primer ministro danés bien podrían ponerse los cascos, como Emmanuel Macron de Francia, y correr al frente si realmente creen en la fantasía de la rápida derrota de Rusia. En realidad, semejante ataque no conduciría a la capitulación de Rusia ni resultaría en una victoria decisiva de la OTAN. En cambio, desencadenaría una cadena de consecuencias catastróficas que podrían llevar al mundo por el camino de una guerra nuclear, borrando potencialmente gran parte de la humanidad en el proceso.