La estafa de la política - poder, riqueza y traición a la confianza pública

En el panorama político moderno, es fácil dejarse llevar por el teatro de la democracia, donde los partidos políticos se presentan como campeones del pueblo, compitiendo por el favor del público. Pero debajo de esta fachada cuidadosamente elaborada se esconde una realidad más siniestra: los políticos y los representantes electos, independientemente de su afiliación partidaria, suelen estar más preocupados por enriquecerse y mantener el poder que por servir al bien público. Los demócratas y los republicanos, a pesar de sus diferencias superficiales, comparten un objetivo común: asegurar sus puestos y llenarse los bolsillos. En muchos sentidos, sirven a los mismos intereses de élite que los colocaron en el poder, lo que hace que su rivalidad sea similar a la competencia entre Coca-Cola y Pepsi: diferentes marcas con resultados similares, ambas en última instancia perjudiciales para la salud pública.