El PCB: Pseudopapa Jorge Bergoglio, teólogo de la mujer (la de Apocalipsis 17, 3 s.)

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El jueves 30 de noviembre, el pseudopapa recibió a los miembros de la Comisión Teológica Internacional. Intencionadamente subrayó que no le gustaba el hecho de que entre ellos solo hubiera cinco mujeres, y añadió: «Las mujeres tienen una capacidad diferente de reflexión teológica...».
Bergoglio ha impulsado deliberadamente una feminización perniciosa en los puestos clave de la Iglesia, a pesar de que ya ha dado frutos desastrosos para la sociedad y para las propias mujeres y familias en todo el mundo.
Cita de Bergoglio: «La Iglesia es mujer. Y si no entendemos lo que es una mujer, lo que es la teología de una mujer, nunca entenderemos lo que es la Iglesia».
Bergoglio como falso profeta (Ap 16) presenta un nuevo paradigma para la Iglesia. Dice: «Nunca entenderemos lo que es la Iglesia si no entendemos lo que es una mujer». Pero entonces, ni los apóstoles, ni los profetas, ni los doctores de la Iglesia entendieron en absoluto lo que es la Iglesia. Solo ahora Bergoglio ha entendido la teología de una mujer, la que está sentada sobre la bestia (Ap 17), y así ha entendido la anti-Iglesia, la sinagoga de Satanás. Está mostrando un nuevo camino hacia ella —un camino sinodal— con su consagración a Satanás en Canadá (2022), que sienta un precedente, con su promoción del antievangelio sodomita y su entronización de la mujer Pachamama en la basílica de San Pedro. La teología de esta mujer, que Bergoglio ha entendido, es una apostasía total y manifiesta de Cristo. Bergoglio debe saber que la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, y no una mujer.
Bergoglio tiene un objetivo claro: transformar la Iglesia en una sinagoga de Satanás. Esta es la esencia del falso misticismo de Bergoglio aunado con su pseudorevelación de la teología de una mujer. La Biblia dice de ella: «La mujer estaba vestida de púrpura… Tenía en la mano una copa de oro llena de abominaciones y de las inmundicias de su inmoralidad. … Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los testigos de Jesús» (Ap 17, 3-6).
Cita de Bergoglio: «Uno de los grandes pecados que hemos cometido es “masculinizar” la Iglesia. Y esto no se resuelve por la vía ministerial, esto es otra cosa. Se resuelve por la vía mística, por la vía real».
El falso profeta Bergoglio está inventando nuevos grandes pecados, entre ellos el de masculinizar la Iglesia. Sin embargo, no considera pecado el nefando pecado de la sodomía, e incluso preconiza la bendición de las uniones pecaminosas de los sodomitas. Dice que el llamado pecado de masculinizar la Iglesia se resolverá por la vía mística. De hecho, esta vía sinodal mística LGTBQ es la pérdida de la razón y negación de las leyes y mandamientos de Dios. La llamada vía real de Bergoglio conduce a la condenación eterna. El Evangelio advierte de ella (Mt 7, 13).
Cita de Bergoglio: «A mí me ha dado mucha luz el pensamiento de Balthasar: principio petrino y principio mariano».
¿Qué significan el principio petrino y el principio mariano en el pensamiento herético de Bergoglio? ¿Tiene ya la visión de que en el futuro la sede petrina la ocupará una mujer? El verdadero principio mariano es diametralmente opuesto a la feminización y la propaganda LGTBQ de Bergoglio. La Madre de Jesús se refiere a sí misma como esclava del Señor (la doulé Kyriou) y es un modelo a seguir para toda mujer cristiana en humildad, observancia de los mandamientos de Dios y verdadera piedad. Las feministas, lesbianas y transexuales de hoy, a quienes Bergoglio privilegia y por quienes aboga, no tienen nada que ver con el principio mariano de obediencia a Dios y a Sus mandamientos.
El Apóstol dice: «Que la mujer aprenda calladamente, con toda obediencia. Yo no permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada. Porque Adán fue creado primero, después Eva. Y Adán no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada completamente, cayó en transgresión» (1 Tm 2, 11-14). «Temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestras mentes sean desviadas» (2 Co 11, 3).
Cita de Bergoglio: «... pero los dos principios están ahí. El mariano es más importante que el petrino, porque existe la Iglesia esposa, la Iglesia mujer, sin masculinizarla».
El profeta Isaías evaluaría las declaraciones pseudomísticas de Bergoglio diciendo: «Murmullo tras murmullo, balbuceo tras balbuceo; ahora aquí, después allá» (Is 28, 10). A Bergoglio le gusta crear tal caos. En medio de ese caos, utiliza la manipulación psicológica para conseguir lo que quiere, ahora la ordenación de mujeres. Su objetivo es provocar una perturbación interna de la Iglesia.
Bergoglio hace estas estúpidas declaraciones ya después de haber publicado su motu proprio «Ad theologiam promovendam», en el que dejó claro que su principal preocupación es un cambio de paradigma.
Al final del motu proprio Bergoglio escribió: «Todo lo que he decretado en esta Carta apostólica en forma de motu proprio, ordeno que tenga valor estable y duradero, a pesar de cualquier disposición en contrario».
Con esta afirmación, prácticamente echa por tierra todas las enseñanzas anteriores de la Iglesia basadas en el Evangelio y la Tradición.
Finalmente, el pseudopapa concluyó su discurso improvisado diciendo: «Y os preguntaréis: ¿a dónde lleva este discurso? Desmasculinizad la Iglesia».
Bergoglio respondió a su propia pregunta; se trata de promover a feministas, lesbianas y transexuales a puestos clave de la Iglesia.
Jesús confió el oficio pastoral a sus doce apóstoles, no a mujeres. Asimismo, nombró a Pedro, un hombre, no una mujer, como cabeza de la Iglesia. Bergoglio quiere imponer en su anti-Iglesia el dominio de la ramera apocalíptica (Ap 17). Utiliza tres medios principales para transformar la Iglesia católica en una sinagoga de Satanás con el espíritu del anticristo:
El primero es la abolición de la estructura jerárquica de la Iglesia
Bergoglio pretende abolir la autoridad episcopal introduciendo los llamados consejos sinodales (pastorales), a los que se les otorga las máximas competencias, como ya vemos en Alemania. El poder en la Iglesia lo toman principalmente sodomitas, lesbianas, transexuales y similares. Emplearán términos y clichés religiosos y obligarán a cada sacerdote y hasta el ultimísimo creyente a transformar la enseñanza de la salvación de Cristo en el llamado «camino sinodal» vinculado con antileyes y el espíritu del anticristo. Este es el camino a la perdición eterna.
¡Pero la mayor tragedia no es Bergoglio con el programa del suicidio de la Iglesia, sino los obispos y sacerdotes que son incapaces de separarse de este archihereje y dejar de mencionar su nombre en la liturgia! Repiten ciegamente como un mantra: no podemos romper la unidad porque nos tomarían por cismáticos y heterodoxos. Esta es una traición a Cristo y a la Iglesia que conduce a la autodestrucción del oficio petrino. De hecho, actualmente la Iglesia no tiene papa; se encuentra en estado de sede vacante, porque una persona que se ha excluido a sí misma de la Iglesia no puede ser su cabeza. Ésta es la enseñanza de San Roberto Belarmino y de otros doctores y padres de la Iglesia.
El segundo medio es la legalización de la sodomía relacionada con la bendición de las uniones sodomitas. ¡Esto es apostasía y rebelión pública contra Dios!
El tercer medio es la ordenación de las mujeres. Esto acaba con el sacramento del orden y con la santa liturgia.
Bergoglio no retrocederá; descaradamente y por etapas incorpora sus herejías a la Iglesia. Utiliza el truco del que habla el cardenal Müller. Pone en práctica herejías refiriéndose hipócritamente a la pastoral. No contesta a objeciones graves. Una vez que las herejías están implantadas y no se puede hacer nada al respecto, promulga un documento herético vinculante para toda la Iglesia. Luego esta rebelión criminal contra Dios la deben aceptar todos en falsa obediencia. Bergoglio puede cometer estos fraudes porque los obispos no cumplen con su deber fundamental, que es el de ser corresponsables de toda la Iglesia. Descuidan la defensa de las enseñanzas de Cristo contra el hereje. Hoy día, la respuesta adecuada es separarse a sí mismos y a sus diócesis del herético camino sinodal LGTBQ.
Las instrucciones para la restauración de la Iglesia católica son simples:
1) El obispo y su diócesis se separan del archihereje Bergoglio y su secta. Éste es el deber sagrado del obispo.
2) Los sacerdotes establecen un sistema de discipulado. Deberían dedicar un día y medio cada semana a la oración, la palabra de Dios y la comunión fraterna en grupos de cuatro a siete sacerdotes. Al cabo de cierto tiempo, que elijan entre 4 y 7 hombres de su parroquia con quienes orarán durante dos horas una vez a la semana. A continuación, durante aproximadamente una hora, compartirán con ellos su experiencia actual de la lucha espiritual. Estos discípulos suyos serán los pilares de la parroquia y harán otros discípulos.
Éste es el camino hacia la renovación interna y externa de la Iglesia.

+ Elías
Patriarca del Patriarcado católico bizantino

+ Metodio OSBMr + Timoteo OSBMr
obispos secretarios

18 de diciembre de 2023