3ª Introducción. EL LIBRO PERDIDO DE ENKI

5 months ago
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En los dominios asiáticos de Alejandro Magno, -despues de su muerte- , donde el cetro cayó en manos del general Seleucos y de sus sucesores, también tuvo lugar un empeño similar al que se hizo en Egipto por medio del sacerdote Manetón. Esta vez lo hizo el sacerdote Beroso. Encajando muchos detalles, ambos sacerdotes hicieron entrega de relatos de una raza de personas llegados de otro planeta a los cuales los terrestres llamaron de "dioses"; llegaron en busca de oro, un metal muy escaso en su planeta pero muy abundante en la Tierra, necesario para ellos crear un escudo que preservara la cada vez más tenue atmósfera de su planeta Nibiru, en la cual se había abierto un agujero que amenazaba con dejar escapar la atmósfera y acabar con todo tipo de vida.

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