El cumpleaños de lucia Cuentos de colores.jb

6 months ago
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Lucía estaba muy emocionada por su cumpleaños. Había pedido un regalo muy especial: una muñeca que hablaba y cantaba. Sus padres le habían dicho que era muy difícil de conseguir, pero que harían todo lo posible por encontrarla.

Lucía se levantó temprano y corrió al salón, donde había una gran caja envuelta en papel de regalo. La abrió con ilusión, pero se quedó decepcionada al ver que dentro había un libro. No era el regalo que esperaba.

- ¿Qué es esto? -preguntó Lucía con tristeza.

- Es un libro de cuentos, cariño -le explicó su madre-. Tiene historias muy bonitas y divertidas. Te lo hemos comprado con mucho cariño.

- Pero yo quería la muñeca -insistió Lucía-. La que habla y canta.

- Lo sabemos, cielo, pero no la hemos podido encontrar. Está agotada en todas las tiendas. Te pedimos que nos perdones y que le des una oportunidad al libro. Tal vez te guste más de lo que crees.

Lucía no estaba convencida, pero decidió abrir el libro y hojearlo. Para su sorpresa, las páginas estaban llenas de ilustraciones coloridas y llamativas. Cada cuento tenía un título diferente y una imagen que le invitaba a leerlo.

- ¿Qué tal si leemos uno juntos? -le propuso su padre.

- Bueno, vale -aceptó Lucía.

Su padre eligió un cuento al azar y empezó a leerlo en voz alta. Era la historia de una princesa que vivía en un castillo encantado y que tenía que resolver un misterio. Lucía se quedó fascinada por la trama y por los personajes. El cuento era muy entretenido y tenía un final feliz.

- ¿Te ha gustado? -le preguntó su padre al terminar.

- Sí, mucho -admitió Lucía-. ¿Podemos leer otro?

- Claro, el que quieras -le dijo su padre.

Lucía escogió otro cuento y lo leyeron juntos. Era la historia de un niño que viajaba al espacio y que hacía amigos extraterrestres. Lucía se rió mucho con las aventuras y las ocurrencias del protagonista. El cuento era muy divertido y tenía un mensaje de amistad.

- ¿Te ha gustado? -le preguntó su padre al terminar.

- Sí, mucho -repitió Lucía-. ¿Podemos leer otro?

- Claro, el que quieras -le dijo su padre.

Así siguieron leyendo cuentos durante toda la mañana. Lucía se olvidó de la muñeca y se sumergió en el mundo mágico de los libros. Cada cuento le hacía sentir algo diferente: alegría, emoción, curiosidad, ternura... Lucía descubrió que los libros eran un regalo maravilloso, que le abrían las puertas a la imaginación y al conocimiento.

- Gracias, papá, gracias, mamá -dijo Lucía al acabar el último cuento-. Me encanta el libro. Es el mejor regalo que me podíais haber hecho.

- Nos alegramos mucho, cariño -le dijeron sus padres-. Te queremos mucho.

- Y yo a vosotros -les dijo Lucía-. ¿Sabéis qué? Creo que voy a escribir mi propio cuento. ¿Me ayudáis?

- Claro, será un placer -le dijeron sus padres.

Y así, entre cuentos y risas, Lucía celebró su cumpleaños más feliz.

FIN

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