Thomas Sowell - Hilary 2 0

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HILLARY 2.0

Por Thomas Sowell
Publicado el 27 de octubre de 2015

Mucha gente puede compartir la queja del senador Bernie Sanders de que estaba cansado de escuchar sobre los correos electrónicos de Hillary Clinton. Pero la controversia se trata de cuestiones mucho más importantes que los correos electrónicos.

Un tema es el desastre total creado por la política exterior de la administración Obama en Libia, llevada a cabo por Hillary Clinton como secretaria de Estado.

Un problema aún mayor es si los altos funcionarios del gobierno pueden ignorar la ley y negarse a presentar pruebas cuando se las cita. Si pueden, entonces toda la separación de poderes, los controles y equilibrios de la Constitución, da paso a un gobierno arbitrario por parte de funcionarios corruptos que no rinden cuentas a nadie.

Esta no es la primera vez que Hillary Clinton desafía la ley para encubrir lo que había hecho. Cuando Bill Clinton era presidente, allá por la década de 1990, tanto él como Hillary desarrollaron la estrategia de responder a los cargos de acciones ilegales de su parte estancando y bloqueando cuando los tribunales o el Congreso intentaban que presentaran documentos relacionados con estos cargos.

Hillary afirmó entonces, como ahora, que los documentos clave habían desaparecido. Su afirmación más reciente de que muchos de sus correos electrónicos habían sido eliminados fue simplemente Hillary 2.0. Solo después de tres años de estancamiento y obstrucciones de su parte, este año finalmente salió a la luz que esos correos electrónicos podrían recuperarse, y ahora lo han sido.

En ese momento, sin embargo, Hillary y sus partidarios usaron las mismas tácticas que ambos Clinton usaron en la década de 1990, a saber, decir que se trataba de noticias viejas, cosas que ya se habían investigado durante demasiado tiempo, que era hora de "seguir adelante". "

Eso fue Hillary 1.0. Más recientemente, Hillary 2.0 dijo, melodramáticamente, "¿Qué diferencia, en este punto, hace?"

Una de las cosas que la exsecretaria de Estado ahora estaba tratando de encubrir era el desastre total de la política exterior de la administración Obama que llevó a cabo en Libia.

Habiendo intervenido en Libia para ayudar a derrocar al gobierno de Muammar Qaddafi, quien no era una amenaza para los intereses de Estados Unidos en el Medio Oriente, la administración Obama se enfrentó al hecho de que el derrocamiento de Qaddafi simplemente sumió al país en tal caos que los terroristas islámicos ahora podían operar libremente en Libia.

Cuán libremente se mostró en septiembre de 2012, cuando los terroristas asaltaron el complejo en Bengasi donde se hospedaba el embajador estadounidense en Libia, Christopher Stevens. Lo asesinaron a él y a otros tres estadounidenses que intentaron defenderlo.

Además, los terroristas ni siquiera tuvieron que esconderse después, y al menos uno de ellos fue entrevistado por periodistas. Así de caótica se había vuelto Libia.

Mientras tanto, hubo una campaña para las elecciones presidenciales estadounidenses en 2012, y Barack Obama se presentó ante los votantes como alguien que había derrotado a Al Qaeda y suprimido la amenaza terrorista en el Medio Oriente.

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