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¿SE ACABÓ LA GUERRA CIVIL?

Por Thomas Sowell
Publicado el 14 de julio de 2015

A raíz de los recientes asesinatos en una iglesia de Carolina del Sur, la esperanza del asesino de iniciar una guerra racial produjo el efecto contrario. Los negros y los blancos de Carolina del Sur se unieron para condenar su acto y el odio racial detrás de él.

Algunos vieron en la decisión de quitar la bandera confederada del frente de la casa estatal un repudio simbólico del pasado racial del viejo Sur y el final de la Guerra Civil. Pero, desafortunadamente, las guerras no terminan hasta que ambos bandos deciden que se acabó.

Los feligreses negros que expresaron su perdón hacia el asesino hicieron más de lo que la mayoría de nosotros podíamos hacer, y los blancos que respondieron con solidaridad hicieron su parte. Nótese cuán rápido se hizo esto, por gente común de buena voluntad, blancos y negros, sin la "ayuda" de activistas raciales como Al Sharpton o Jesse Jackson.

Los estafadores de carreras profesionales no tienen ningún incentivo para ver el final de nuestra actual guerra civil. Ellos ven en este tiroteo solo una oportunidad para escalar sus demandas.

Ahora hay rumores de demandas de que se destruyan las estatuas de Robert E. Lee y otros líderes sureños, y si eso se hace, solo conducirá a nuevas demandas, tal vez para destruir el Jefferson Memorial porque Thomas Jefferson tenía esclavos. Y si eso se hace, sin duda habrá demandas para que se cambie el nombre de la ciudad de Washington, por la misma razón.

En resumen, no hay un punto de parada, solo una lucha sin fin hasta donde alcanza la vista. ¿Y qué logrará eso? En última instancia, podría lograr el sueño del asesino de polarización racial y violencia.

Ni los negros ni los blancos estarán mejor si eso sucede. Con todos los problemas muy reales de esta sociedad, ¿podemos realmente ahorrar el tiempo y la energía desperdiciada de tratar de volver a pelear una Guerra Civil que terminó antes de que nacieran nuestros bisabuelos?

El pasado es irrevocable. No podemos cambiar el más mínimo detalle de lo que unas personas hicieron a otras personas después de que ambas se hayan ido a la tumba.

Mientras tanto, el viejo Sur ya ha cambiado. No hay forma de que el sur de mediados del siglo XX hubiera elegido a una mujer de ascendencia india para ser gobernadora de Carolina del Sur o a un hombre de ascendencia india para ser gobernador de Luisiana, y mucho menos que los estados del sur votaran por un presidente negro. de los Estados Unidos.

Quizás la evidencia más fuerte de los cambios es que las migraciones negras del sur de hace cien años ahora se han invertido, con negros más jóvenes y mejor educados liderando las nuevas migraciones del norte al sur. Cuando la gente vota con los pies, eso nos dice mucho más que cualquier encuesta.

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