¡DÉJALO EN MANOS DE DIOS! Isaias 53 - 2023 - Carmen Camino

9 months ago
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¡Te han malentendido! ¡Te han criticado! ¡Han mentido acerca de ti! Algo está pasando… ¡pero no es verdad! ¿Qué es lo que decides hacer? ¡Defenderte! ¡SI! Tú te dices a ti misma, “Yo tengo que dar una explicación. Ellos tienen que entenderme.”

Y ahí vas para arreglar las cosas, “para manejar la situación”, y hacer que la gente te entienda. Y de repente, Dios se cae del trono de tu vida, y tú gateas para tomar el lugar que te corresponde. A gritos dices, “¡Me quiero salir de aquí!”

Ya es tiempo de aprender la lección de Jesús, y volver por el buen camino. ¡Escúchame! Jesús no tuvo la costumbre de explicarlo todo… ¡cuando Él caminó por la tierra! Casi inimaginable, Jesús dejó los malentendidos para que se corrigieran por sí mismos.

Es decir, los dejó en las manos de Dios “para que fuera Él” quien obrara en las vidas de la gente que lo malentendió, que mintió acerca de Él, y que, generalmente… ¡hasta lo odió! ¿No es Su ejemplo “lo suficientemente bueno” para ti? ¿Estás dispuesta a imitar a Jesús?

Claro que no va a ser fácil… ¡pero la santidad raramente lo es! Mientras estés buscando la forma de defenderte “a los ojos de otros seres humanos”, tú vas a estar completamente distraída de Dios. Y esa distracción afectará tu corazón, tu mente, y tu cuerpo.

Lo que la gente piense o diga “no tiene nada que ver” con la eternidad. No le des más poder sobre ti, sino escoge invertir en lo eterno, y deja que el Rey… ¡resuelva lo temporal!
Isaías 53:7 dice, Se verá angustiado y afligido, pero jamás emitirá una queja; será llevado al matadero, como un cordero; y como oveja delante de sus trasquiladores se callará y no abrirá su boca.

¡EL CORDERO FUE LLEVADO AL MATADERO! ¡Él nunca abrió la boca! Más bien, Él mostró dignidad y majestad en Su semblante. ¡Él había vivido para este momento! No había necesidad de defensas legales, argumentos hirientes, o declaraciones de inocencia. Él simplemente declaró quien era Él, y dejó que las consecuencias surgieran en contra Suya.

En todo lo que hizo – y en lo que escogió decir – Jesús demostró el carácter del reino de Dios. ¿Por qué no contraatacó Jesús? ¿Por qué no llamó “a los ejércitos de los ángeles” a Su defensa… ¡como Él insistía que podía hacerlo? ¿Por qué no probó Su divinidad, haciendo una cantidad de milagros increíbles, qué silenciarían a Sus atacantes?

¿Por qué se quedó callado? Porque en Su silencio, Jesús expuso la verdadera batalla entre un mundo depravado… ¡y un Dios justo! Jesús demostró humildad ante el orgullo, sabiduría ante los poderes terrenales, y la verdad y el amor ante la distorsión y el odio. Esto no se volvería en una batalla de ingenio o en un intercambio de ideas.

¡NO! ¡Fue más profundo! Este fue un conflicto entre reinos espirituales: de la luz contra las tinieblas, del Reino de Dios contra sus antiguos rebeldes, y del antídoto a una pandemia de orgullo. En este caso… ¡EL SILENCIO FUE EL ARGUMENTO GANADOR!

Si quieres saber “cómo portarte en este mundo”, observa el comportamiento de Jesús en su momento más intenso de conflicto. Nuestra misión “de reconciliación” no es bien servida por una guerra de palabras. Hay un momento para palabras, ¡SI! pero solo cuando están respaldadas por la dignidad, el carácter, y la paz.

Nosotros somos “mucho más efectivas” cuando vivimos “como Dios manda” que cuando discutimos. Niégate a avivar las llamas “de los fuegos que rugen” contra los propósitos de Dios. Tú mejor argumento es, muchas veces, lo que no se dice.

3-4 Será despreciado y desechado por la humanidad entera. Será el hombre más sufrido, el más experimentado en el sufrimiento. ¡Y nosotros no le daremos la cara! ¡Será menospreciado! ¡No lo apreciaremos!

4 Con todo, él llevará sobre sí nuestros males, y sufrirá nuestros dolores, mientras nosotros creeremos que Dios lo ha azotado, lo ha herido y humillado.

Isaías 53 es la profecía más detallada “del Antiguo Testamento” que trata con el sufrimiento del Mesías. ¡Cada frase y cada palabra requiere nuestra cuidadosa atención!

El pecado más grande -- que los líderes de Israel, y la gente misma cometieron -- fue el de no reconocer a su Mesías… ¡cuando Él vino! Cuando Jesús nació, la gente de Israel estaba endurecida a la Palabra de Dios. No hay ningún récord de que Dios le hubiera hablado “a Su gente” por cuatrocientos años.

Los líderes religiosos “en la época de Jesús” habían estudiado y memorizado las escrituras, pero las palabras no tenían vida para ellos. Ellos se habían vuelto tan hostiles a la verdad, que “cuando el Hijo de Dios fue a ellos” … ¡LO MATARON! Sin embargo, a pesar del odio de la gente, Jesús vino “a traerle vida” a todos aquellos que creyeran en Él.

Jesús es capaz de darle vida a cualquier persona, sociedad o cultura sin importar cuan endurecidas u hostiles se hayan vuelto al evangelio. Hasta el pecador más insensible “descubrirá” que Jesús sabe cómo penetrar el corazón, para dar vida donde solo hay amargura.

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