La Crónica de Akakor

10 months ago
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Los científicos no son los únicos en lograr grandes hallazgos al explorar lo desconocido. Karl Brugger (nacido en 1942), tras completar sus estudios en historia contemporánea y en sociología, parte para América del Sur como periodista. Allí tuvo noticias de Akakor. Desde 1974, Brugger es asimismo corresponsal de varias emisoras de radio y de televisión de la República federal de Alemania. Está considerado actualmente como un especialista en temas indios. En 1972 conoció en Manaus a Tatunca Nara, el hijo de un caudillo indio. Manaus está situada en la confluencia del Río Solimoes y del río Negro, es decir, en la primera mitad del Amazonas. Tatunca Nara es el jefe de las tribus indias Ugha Mongulala, Dacca y Haisha. Brugger, concienzudo y escéptico investigador, escuchar la historia realmente increíble que el mestizo leer relato. Después de haberla verificado punto por punto, decidió publicar la crónica qué había registrado en cinta magnetofonica.

Personalmente, no me sorprendo con facilidad, ya que estoy habitado a lo fantástico y siempre preparado para lo más extraordinario, pero he de confesar que me sentía extraña mente con movido por la Crónica de Akakor de Brugger. Nos descubre una dimensión que incluso los escépticos vean que lo impensable es a menudo imaginable.

Inicialmente, La Crónica de Akakor se ajusta con precisión a un cuadro qué es familiar para las mitologías de todo el mundo te has bañado. Los dioses vinieron "del cielo" instruyeron a los primeros humanos, dejaron tras de sí algunos misteriosos aparatos y desaparecieron nuevamente "en el cielo". Los devastadores desastres que Tatunca Nara describe pueden relacionarse hasta en sus más mínimos detalles con la obra de Immanuel Velikovsky Worlds in Colisión. La historia del príncipe indio que nunca vio los trabajos de Velikovsky, sus extraordinarias descripciones sobre el curso de una catástrofe global mundial, e incluso la cronología exacta y precisa, son sencillamente asombrosas. Asimismo, la afirmación de que algunas partes de Sudamérica están recorridas por pasadizos subterráneos artificiales no puede sorprender a los expertos. En un libro anterior, yo mismo confirmado haber contemplado tales estructuras subterráneas con mis propios ojos. La Crónica de Akakor proporcionar respuestas a muchas de las cosas que tan solo se suponen en otras obras sobre temas similares.

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