¿LE ENSEÑAS A TU HIJO? – Proverbios 22:6 - 2023 - Carmen Camino

9 months ago
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Los padres están “más propensos” a darles a sus hijos “todo” … menos lo que más necesitan… ¡que es darles de su tiempo! Tiempo para escuchar, tiempo para entender, tiempo para ayudar, y tiempo para enseñar.

Proverbios 22:6 dice, Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él. Hay una gran diferencia entre “decirle a una criatura” y “enseñarle a una criatura.” Un proverbio danés, dice, “Lo que el niño aprende, la edad no lo olvida.”

El trabajo de enseñarles a los niños debe comenzar cuando son chiquitos. Después de los 7 años, su carácter ya ha sido formado, sus convicciones ya han sido grabadas, y su rumbo ya ha sido fijado. ¡La enseñanza del niño debe ser completa y firme!

Hay cuatro áreas “en la vida de un niño”, que deben ser alcanzadas y gobernadas: la mente, el corazón, la voluntad, y la consciencia. La primera área es la mente. Todo el sistema educativo de nuestra sociedad tiende a enfocar “la mente” en las prioridades del mundo, las filosofías, los placeres, la prosperidad, principios y elogios.

La meta de la educación secular es de preparar a los niños para tener éxito en este mundo solamente. La meta de los padres cristianos debe ser diferente. Ellos le deben enseñar a sus hijos “a fijar su vista” en el mundo por venir.

La segunda área que debemos alcanzar y gobernar es el corazón. Las emociones del niño deben enfocarse en Cristo. Jesús debe estar en el trono del niño desde un principio.
Cada niño viene equipado con la capacidad de amar, odiar, reír, llorar, desear, tener miedo, y tener esperanza. Los padres deben inculcar a sus hijos el miedo al pecado, inculcar el amor a Jesús, y satisfacer sus necesidades emocionales. Jesús es el amigo de los niños, y en nuestro deseo de alcanzar sus corazones, debemos estar llenas del Espíritu Santo.

La tercera área que debemos alcanzar y gobernar es la voluntad. Más que nada, los padres deben enseñarles a sus hijos la obediencia. Los padres deben exigir respeto, y obediencia desde muy niños, ya que los padres ocupan “el lugar de Dios” en las vidas de sus hijos.

Esa voluntad “tan terca e infantil” debe aprender a obedecer sin argumentar, ni tener una pataleta cada vez que se le dice “no”. Los niños, que no aprenden a respetar la autoridad de sus padres, aprenderán a desafiar toda autoridad.

Y la cuarta área que debemos alcanzar y gobernar es la consciencia. La consciencia es el conocimiento innato de lo bueno y lo malo, “dado por Dios” para regir el alma humana. Por si sola, la consciencia es un aguijón, en vez de ser una guía. Por eso es vital que la “consciencia” esté unida a la Palabra de Dios.

Los padres deben sentar “una buena base moral” al principio de la vida del niño o niña, enseñándoles los preceptos de la Biblia.

No hay mejor ejemplo “de esta verdad” que la vieja historia del hijo pródigo, que se encuentra en el libro de Lucas 15. Lo interesante del título “de esta parábola” es que Jesús contó toda esta historia, “no acerca del hijo”, sino más bien del papá. Esta parábola es, realmente, acerca del papá.

El papá parece tener el lugar central en el drama de sus dos hijos -- uno en su rebelión, y el otro en su autocompasión. La historia comienza en Lucas 15:11, cuando Jesús dice, Un hombre tenía dos hijos. El padre es el tema en esta parábola. Jesús pone “aquí” al padre en el papel principal… ¡no al hijo! ¡Así que! ¡Aprendamos de él!

Lucas 15:12-13 dice, Y el menor [de los hijos] le dijo a su padre: “Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde.” Entonces el padre les repartió los bienes. 13Unos días después, el hijo menor juntó todas sus cosas y se fue lejos, a una provincia apartada, y allí dilapidó sus bienes llevando una vida disipada.

Este papá “fue lo suficientemente sabio” para saber que la manera de conservar a su hijo era de ser generoso… ¡y dejarlo ir! Aquí está el papá, preparado a defender la verdad “que él le había enseñado a su hijo” desde muy niño.

Aquí podemos ver la verdad de Proverbios 22:6 en todo su esplendor, Enseña al niño a seguir fielmente su camino, y aunque llegue a anciano no se apartará de él. Algunos padres se aferran “tan desesperadamente” a sus hijos … ¡que los pierden!

Este papá fue lo suficientemente sabio para saber” que hay momentos” en que hay que abrir la mano, y dejar que el hijo se vaya. En toda generación, hay siempre “algunos hijos pródigos” que deciden aprender las lecciones de la vida… ¡a la mala!

20-24 Y así, [el hijo] se levantó y regresó con su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y tuvo compasión de él. Corrió entonces, se echó sobre su cuello, y lo besó. 21Y el hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y no soy digno ya de ser llamado tu hijo.”

22 Pero el padre les dijo a sus siervos: “Traigan la mejor ropa, y vístanlo. Pónganle también un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23Vayan luego a buscar el becerro gordo,

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