Sobre la expresiones violentas, amenazantes, incendiarias y además, falsas

𝗦𝗼𝗯𝗿𝗲 𝗹𝗮 𝗲𝘅𝗽𝗿𝗲𝘀𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝘃𝗶𝗼𝗹𝗲𝗻𝘁𝗮𝘀, 𝗮𝗺𝗲𝗻𝗮𝘇𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀, 𝗶𝗻𝗰𝗲𝗻𝗱𝗶𝗮𝗿𝗶𝗮𝘀 𝘆 𝗮𝗱𝗲𝗺𝗮́𝘀, 𝗳𝗮𝗹𝘀𝗮𝘀 que hizo directamente contra mí el exponente de música urbana, Villano Antillano, a través de sus redes sociales, y que fueron reseñadas por el periódico Metro.

Quiero que quede claro, desde el inicio, que el propósito de lo que voy a decir es revelar cómo algunos que se autoproclaman portavoces del amor, del respeto y de la inclusión, actúan de forma totalmente contraria de lo que dicen representar, cuando no se aplaude todo lo que hacen o cuando se plantea una postura distinta a la que ellos promueven. Lo segundo que quiero dejar claro es que soy consciente que muchos miembros de la comunidad LGBT+, no se identifican con las expresiones de Villano Antillano y que, como la mayoría de los puertorriqueños, creen en defender la inocencia de los niños.

En este caso, la controversia ha girado, específicamente, en torno a si pensamos que es propio o impropio que niños participen de una actividad de lectura de cuentos por parte de hombres vestidos de drag queens.

El asunto es sencillo, habrá quienes piensan que este tipo de actividad es apropiada para niños y hay otros que pensamos que no lo es. Y tanto unos como los otros tenemos perfecto derecho a expresar nuestro pensar. Lo que nadie tiene derecho es a faltarle el respeto a la persona con la difiere. Pero, lamentablemente, estamos viviendo en un tiempo en el que el llamado respeto a la diversidad, aparentemente, es solo para los que piensen igual al lobby de la comunidad LGBT+. Todos los demás, según los activistas de la comunidad, aparentemente podemos ser insultados, amenazados, silenciados, atacados infundadamente, etc, etc, etc; todo bajo el argumento sin fundamento de un alegado “discurso de odio”. Sencillamente no se puede diferir de ellos sin que te etiqueten como un odioso. Y en esto caso, ni hablar del feminismos radical que, en complicidad con el lobby LGBT+, defiende la agresión verbal de un hombre hacia una mujer. Y de esta manera, sin ningún tipo de razonamiento y argumentación seria, algunos arremeten contra la dignidad del otro.

Voy a compartir con ustedes, al final de este video, la publicación que hice sobre este asunto y la que publicó Villano Antillano como respuesta a mis expresiones, para que tengan la oportunidad de leer ambas y ver con sus propios ojos cómo la intolerancia al que piensa distinto puede llevar a algunos a utilizar el insulto, la mentira y la amenaza como herramientas para derrotar a quienes ellos perciben como sus oponentes.

De mi parte, defiendo el derecho de todos a expresar sus posturas, me gusten o no me gusten a mí. Pero, de la misma manera, el respeto debe ser en la dirección contraria. Es decir, en ambas direcciones. Somos una sociedad plural y creo incluso que, desde las misma diferencias, pueden surgir oportunidades para el diálogo franco que promuevan el respeto en la verdadera diversidad.

Nunca he recurrido al ataque vicioso para defender mis posturas, pero siempre he sido firme, clara y arrojada al momento de asumir y defender las causas en las que creo. Y lo seguiré siendo. Contra viento y marea, pero sobre todo con la certeza de que las causa nobles se sostendrán por la fuerza de la justicia y la verdad.

Como mujer y madre me sostengo. Dejen a los niños ser niños.