Diablo IV Un Hechizo Diabólico

11 months ago
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Antes de elaborar detalles con respecto a Diablo 4, Discurramos acerca de aquellos que en los glosarios infernales se denominan los 'cinco generales', quintaesencias maléficas que residen un grado por debajo de la soberanía de Satanás. Según el gran exorcista, teólogo, y autor, el Padre Chad Ripperger, los cinco Generales infernales Son los titiriteros que movilizan los macabros designios de su señor. Se les conoce también bajo el eufemismo ‘The Table', una forma de describir la parcelación de sus respectivas incumbencias.

El más notable entre ellos es Baal. Si bien el propio Lucifer personifica la impureza, Baal se erige como un demonio singular de la inmundicia. Su misión es inducir a las culturas a precipitarse en el abismo de la degeneración moral, por antonomasia a través de la fornicación. Una vez que el pecado de la fornicación se torna ordinario, la sociedad empieza a desdibujar el propósito original del acto conyugal: la procreación de la vida. De este modo, el acto sexual es reducido a una mera distracción hedonista, utilizada solamente para el placer. Así, Baal siembra la semilla de la decadencia, como hemos atestiguado en nuestras propias tierras mediante el fenómeno conocido como 'amor libre'.

Con tal degradación en marcha, Baal ansía más. En nuestra civilización occidental, ha logrado una proeza insólita. Tal como lo enunciara el apóstol Pablo, Dios entrega a los hombres a sus deseos, conduciéndolos a los hombres a codiciar a otros hombres y a las mujeres a desear a otras mujeres. Esto desvela que una vez que el espíritu de la fornicación se infiltra en la sociedad; los subsiguientes tres demonios toman su lugar.
Primero, está Asmodeo, el demonio encargado de la homosexualidad en los hombres. Después, surge Leviatán, que representa una forma masculina de homosexualidad en las mujeres, personificada por aquellas a las que con cierta precipitación denominamos 'butch'. Finalmente, aparece Lilith, el espíritu de una homosexualidad femenina de tipo más seductor.
Una vez que estos entes se afirman en una cultura, y esta progresión se ha documentado a lo largo de la historia, no solo en nuestra sociedad, el resultado es invariable: la fornicación, seguida de la anticoncepción, luego la homosexualidad y, en última instancia, el aborto. El último demonio en este correlato es Baphomet, el demonio del sacrificio infantil o, como lo conocemos en nuestra época, el aborto.
Meditemos en lo siguiente: nuestra sociedad derogó las leyes contra la fornicación, entregándose a Baal. Luego vino el fallo Roe contra Wade, entregándonos a Baphomet. Por último, la aceptación del matrimonio homosexual nos situó en las garras de estos demonios. Como resultado, nuestra nación se halla hoy día atrapada políticamente por los cinco demonios más poderosos, apenas subordinados a Satanás. Nos hemos entregado a sus designios, delineando un lúgubre panorama de nuestra condición actual.
Actualmente, lo que se ve promovido en la sociedad no es sino la perpetuación de este avance demoníaco sobre las civilizaciones occidentales, entregadas al pecado humano y, por ende, a estos cinco generales. El lanzamiento del videojuego Diablo 4 es una estratagema para consolidar la figura del demonio Lilith, que como se dijo, es esa representación de un aspecto de la homosexualidad femenina seductora. El propósito que se oculta tras esta presunta promoción sería mantener a los jugadores sumergidos en un universo donde se siga propagando y acentuando una visión corrupta y degenerada de la sexualidad.
Es indudable que, en el ámbito de los jugadores de videojuegos, donde predominan hombres adultos y jóvenes, a veces se puede advertir un deleite en observar interacciones íntimas entre mujeres. Esta es una tendencia que, para nuestra desdicha, es común entre muchos hombres. La conjetura es que el juego intenta explotar esta preferencia introduciendo al demonio Lilith para injertar en la conciencia masculina, a través de imágenes, melodías y diversos efectos considerados hipnóticos y hechiceros en el marco del juego, un estilo de vida que se desvía de la concepción tradicional de la sexualidad, donde la intimidad está reservada exclusivamente para el matrimonio, la unión de los consortes y la procreación de hijos, aspectos que Jesús consideró como medios para la glorificación de Dios.
De esta forma, el juego, en este particular campo de promoción de la intimidad lésbica y la predilección de muchos jugadores por este tipo de contenido, representa un insidioso intento de desviar a los hombres de una vida en la que las mujeres son valoradas por su esencia y no como meros objetos de deseo, lo cual puede dar lugar a prácticas explotadoras y comportamientos egoístas.

El otro aspecto que el demonio Lilith busca destacar y fomentar entre algunas jóvenes que se adentran en este juego, es el de sumirlas en un sortilegio de influencia demoníaca para que no puedan desarrollar ninguna intimidad o atracción hacia el sexo masculino. Así, se fomentan estilos de vida que, como consecuencia, pueden llevar a una existencia sin matrimonio legítimo, sin hijos y sin legado, sumergiendo a estas mujeres en la soledad, el desengaño y, finalmente, la desesperación. Se trata de convertirlas en la figura de “ THE CAT LADY o la dama de los gatos", una mujer de mediana edad que se queja de todo y que, en lugar de tener hijos, tiene muchos gatos.

En última instancia, este juego y otros similares actúan como verdaderos instrumentos satánicos, que perpetúan y refuerzan la trágica decadencia moral que estamos observando en la sociedad contemporánea y que es consecuencia de renunciar a la fé de Jesú Cristo y su Iglesia Católica, que es fundamento y baluarte de la tradición de Occidente.

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