Thomas Sowell - Tiempo de participación

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TIEMPO DE PARTICIPACIÓN

Por Thomas Sowell

Publicado el 26 de octubre de 2016

Algunos de nosotros este año electoral ni siquiera queremos decir las palabras "Clinton" o "Trump", y con razón. Sin embargo, hay una palabra que debemos tener en cuenta: "Participación".

Si nos sentamos en casa disgustados el día de las elecciones, perdemos el derecho y el deber de elegir un Congreso que pueda evitar que cualquiera de estas peligrosas personas cause un daño permanente a este país y al futuro de esta generación, y de las generaciones que aún no han nacido…

El control del Congreso probablemente nunca ha importado más que en esta elección, simplemente por dos personas fuera de control, una de las cuales se convertirá en presidente de los Estados Unidos.

Necesitamos un Congreso que pueda bloquear propuestas legislativas peligrosas provenientes de la Casa Blanca y bloquear nominados peligrosos a los tribunales federales, incluida especialmente la Corte Suprema. Más que eso, necesitamos un Congreso que pueda destituir a un presidente peligroso que ignora la ley y comete delitos imputables. En teoría, cualquier Congreso puede hacerlo, ya que la Cámara de Representantes tiene el poder de acusar y el Senado luego vota si se debe destituir al presidente de su cargo.

Sin embargo, como hemos visto en los últimos siete años, ese poder teórico no significa nada, si ninguna de las Cámaras del Congreso tiene los incentivos y las agallas para usar el poder que tiene.

Barack Obama se ha excedido repetidamente en los poderes de su cargo, haciendo caso omiso de las leyes aprobadas por el Congreso y haciendo efectivo un tratado unilateral con Irán, eximiéndolo de las sanciones estadounidenses por construir bombas nucleares.

Simplemente al no llamarlo un tratado, Obama ha ignorado el requisito de la Constitución de que todos los tratados se celebren solo con la aprobación del Senado. Sin embargo, nunca ha habido un tratado con consecuencias de mayor alcance y potencialmente fatales que este acuerdo presidencial unilateral con un país extranjero.

Sin embargo, ¿quién iba a acusar al "primer presidente negro", con los medios listos para enloquecer si lo intentaban?

Sin una amenaza creíble de juicio político, ninguno de los candidatos a presidente de este año tendrá ningún impedimento para complacer su ya demostrado desprecio testarudo de nada más que sus propios intereses y sus propios egos.

Esto no solo significa que tenemos el deber de votar por el Congreso, incluso si no tenemos el estómago para votar por ninguno de los candidatos presidenciales, sino que también significa que debemos decidir qué tipo de Congreso queremos, a la luz de las Altas estacas.

Necesitamos preguntar cuál de nuestros candidatos locales para la Cámara de Representantes, y cuál de nuestros candidatos estatales para el Senado, es alguien con el carácter y las agallas para destituir a un presidente de su cargo.

No intentes esconderte detrás de la pobre excusa de que "Todos son iguales".

No olvidemos que el presidente Richard Nixon renunció por una razón. Esa razón fue que el senador Barry Goldwater encabezó una delegación de senadores republicanos a la Casa Blanca para informar al presidente republicano Nixon que no lo apoyarían en el Senado si la Cámara de Representantes lo acusaba.

Sabemos que se puede hacer, porque ya se ha hecho.

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