CUANDO TUS SUEÑOS SE DESVANECEN - Lucas 24:13 - 2023 - Carmen Camino

11 months ago
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Cuando la vida duele y tus sueños se desvanecen, nada te puede ayudar más… como la esperanza.

Lucas 24:13-14, 21 dice, Ese mismo día, dos de ellos iban de camino a una aldea llamada Emaús, que distaba de Jerusalén unos diez kilómetros. 14Iban hablando de todo lo que había sucedido. ¶ 21Nosotros teníamos la esperanza de que él habría de redimir a Israel. Sin embargo, ya van tres días de que todo esto pasó.

Dos seguidores de Jesús caminaban POR EL CAMINO A EMAÚS conversando acerca de los eventos “tan confusos” que acababan de ocurrir. Emaús era una pequeña aldea a 10 kilómetros de Jerusalén.

Ambos hombres se sentían muy desmoralizados… desilusionados. Ellos habían visto a su Maestro y Líder ser arrestado, golpeado, crucificado, y enterrado – todo en el lapso de tres días. Ellos sabían de la tumba vacía, pero no entendían lo que significaba.

Todas sus esperanzas -- de que Israel sería liberada de la tiranía de Roma -- habían muerto en la cruz con Jesús. Si por ellos fuera, hubieran escrito “un guion diferente”. Ellos hubieran traído a Dios para que rescatara a Jesús de la cruz. Ellos hubieran hecho que los ejércitos del cielo “descendieran en Jerusalén”, y expulsaran a los tan odiados romanos.

La victoria hubiera sido de ellos, a lo que Jesús ocupaba el lugar “que le correspondía” en el trono en Jerusalén. ¡Pero nada sucedió como ellos pensaban! Estos dos hombres “vieron la muerte de Jesús” como la muerte de este gran movimiento. Así que empacaron maletas, y se fueron a casa… a Emaús. ¡Estaban desconcertados! ¡No entendían lo que había pasado!
Si tú te sientes hoy -- deprimida y desanimada acerca de la vida -- ¿no será (que como estos hombres) no confías” en la providencia de Dios o en Su poder en este mundo? La depresión es, muchas veces, el resultado de haber recibido “lo que tanto querías”, y darte cuenta, de que no era “la maravilla” que tú pensabas que sería.

O tal vez, que no has recibido lo que quieres” … ¡Y ESTÁS MOLESTA POR ESO! ¿Te das cuenta… ¿qué es todo acerca de ti… y no de Dios?

A menos que estés lidiando con una verdadera condición médica, “como una depresión clínica”, si quieres sentirte bien acerca de la vida, tienes que reevaluar lo que “realmente quieres”.

Solo cuando cambies tu enfoque “de yo quiero lo que yo quiero”, a lo que Dios quiere para ti, ¡solo entonces la depresión comenzará a desaparecer! Cuando tengas la seguridad de que Dios está involucrado” directamente” en la vida de los que lo aman, entonces, no tendrás que estar deprimida, y comenzarás “a ver todo” con nuevos ojos.

Verás la vida – lo bueno, lo malo, y lo feo -- ¡como un regalo de Dios! Aunque todavía no puedas entender lo que está pasando, CONFIARÁS… y algún día lo apreciarás. También, puede que la depresión y el desánimo “acerca de la vida” sean síntomas de una enfermedad espiritual.

Tú puedes cambiar tu actitud, si estás dispuesta a confiar en Dios, y a buscarlo en todo y por todo. ¡No te concentres en lo que tú quieres… o en lo que tú necesitas! Pon tus ojos en buscar a Dios… ¡y encuéntralo en medio de tu desaliento y vacío!

Me da la impresión, que estos dos hombres de Emaús, estaban decepcionados porque Dios “no había hecho” lo que ellos querían que hiciera. Al ver que Jesús había muerto, los que habían tenido la esperanza de que Jesús los liberara de la opresión romana, comenzaron a alejarse de la escena de la crucifixión… “cabizbajos… y llenos de dolor”.
¡Jesús había muerto! Tanto era su desaliento… ¡que lo último que se hubieran imaginado, es que Jesús resucitaría! Al amanecer del tercer día, las mujeres encontraron la tumba vacía. Aun así, ¡nadie sospechaba una resurrección!

No creyeron… aun después de que los ángeles anunciaron que Jesús había resucitado. Y cuando Pedro inspeccionó la tumba vacía, en vez de creer, se fue preguntándose… lo que había pasado.

15 Y mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó y los iba acompañando. 16 Pero ellos no lo reconocieron, y es que parecían tener vendados los ojos. 17Se veían tan tristes que Jesús les preguntó: «¿De qué tanto hablan ustedes?»

18 Uno de ellos, que se llamaba Cleofas, le respondió: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha sucedido en estos días?»

Ellos estaban tan absortos “en su desesperanza y desilusión” que no reconocieron a Jesús, a lo que Él caminaba al lado de ellos. Lo que hacía la situación “aún peor”, era que ellos se estaban yendo en dirección contraria, lejos de Jerusalén y, “del consuelo y apoyo” de los otros creyentes.

Tal vez nos perdamos a Jesús… “y el apoyo de otros”, cuando nos desesperamos por nuestros sueños rotos y nuestros planes frustrados. Solo cuando nos enfocamos en Jesús, podremos experimentar el poder y la ayuda “que Él pueda darnos” por medio del Espíritu Santo, y el compañerismo con otros.

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