Thomas Sowell - El cuadro político

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EL CUADRO POLÍTICO

Por Thomas Sowell
Publicado el 2 de agosto de 2016
La buena noticia es que ambas convenciones políticas quedaron atrás. La mala noticia es que las elecciones están por delante.

Nadie sabe cómo resultará esta elección, pero, dados los terribles candidatos presidenciales de ambos partidos, el peor de los casos puede ser solo marginalmente peor que el mejor de los casos. Las encuestas nacionales pueden sugerir una elección reñida por delante, pero las elecciones presidenciales no las decide quién tiene la mayoría del voto popular. En un país ya dividido, si no polarizado, un candidato puede ganar el voto popular y el otro candidato ganar el voto del Colegio Electoral, que es el que decide quién va a la Casa Blanca. Eso podría polarizarnos más que nunca.

Todo puede depender de lo que suceda en los estados de campo de batalla donde ninguna de las partes tiene una ventaja decisiva. Hasta hace poco, Hillary Clinton parecía tener una clara ventaja en esos estados. Pero esa diferencia se ha reducido al margen de error en algunas encuestas estatales.

La participación es el comodín, en esta elección más que en la mayoría. Hubo abucheos en ambas convenciones, y hay otras señales de que los que perdieron no lo están tomando con amabilidad. La forma en que voten los perdedores o se queden en casa el día de las elecciones puede determinar quién será el ganador.

Si los demócratas pierden esta elección y Trump vence a Hillary, puede que no sea más que perder una elección determinada, como sucede con regularidad, y los demócratas pueden simplemente reagruparse para la próxima elección.

Pero si los republicanos pierden, puede ser mucho más grave para ellos y para el país. Si Hillary Clinton inspira desconfianza, Donald Trump inspira asco, incluso entre muchos republicanos. Si Trump cae derrotado, podría contaminar a todo el partido republicano, costándoles el Senado ahora y futuras elecciones más adelante.

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Incluso si Trump desaparece de la escena política después de la derrota, sus palabras imprudentes, feas e infantiles vivirán en innumerables videos que pueden usarse en los años venideros para manchar a los republicanos como el partido que eligió a un ególatra tan superficial como su candidato a presidente. de los Estados Unidos.

Un presidente Trump, por supuesto, podría crear un estigma más duradero. Sin embargo, posiblemente esté sobrio por las responsabilidades de la presidencia. Pero alguien que no ha madurado en 70 años parece poco probable que crezca en los próximos 4 años.

Con Hillary Clinton como presidenta y los demócratas en control del Senado, puede nombrar jueces de la Corte Suprema con tanto desprecio por la ley como ella misma ha demostrado, y los demócratas del Senado aprobarían sus elecciones.

Los demócratas ya han mostrado su deseo de sofocar los derechos de libertad de expresión de las personas que no están de acuerdo con ellos sobre el calentamiento global y otros temas. Hillary Clinton no ha ocultado su deseo de que la Corte Suprema revoque su decisión de que tanto las corporaciones como los sindicatos tienen derecho a la libertad de expresión.

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