Thomas Sowell - El fraude de la 'diversidad'

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EL FRAUDE DE LA 'DIVERSIDAD'

Por Thomas Sowell

Nada personifica mejor la credulidad políticamente correcta de nuestro tiempo que la palabra mágica "diversidad". Las maravillas de la diversidad son proclamadas desde los medios, ensalzadas en la academia y confirmadas en las augustas salas de la Corte Suprema de los Estados Unidos. Pero, ¿alguna vez ha visto una mota de evidencia sólida para respaldar las elevadas afirmaciones?

Aunque la diversidad se ha convertido en una de las principales palabras de moda de nuestro tiempo, tiene una historia que se remonta a varias generaciones. A principios del siglo XX, se utilizó el principio de diversidad geográfica para ocultar prejuicios contra los judíos en la admisión de estudiantes a Harvard y otras instituciones académicas líderes.

Debido a que la población judía estaba concentrada en Nueva York y otras comunidades de la costa este en ese momento, los límites de cuota sobre la cantidad de estudiantes judíos que serían admitidos se ocultaron diciendo que Harvard quería un cuerpo estudiantil diverso, formado por estudiantes de todo el país.

Por lo tanto, algunos solicitantes judíos altamente calificados podrían pasarse por alto a favor de solicitantes menos calificados del medio oeste u otras regiones del país.

Mi primer encuentro con la idea de la diversidad geográfica ocurrió hace más de medio siglo, cuando era estudiante de Harvard y trabajaba como fotógrafo para la oficina de noticias de la universidad para ayudar a pagar las cuentas.

Las instrucciones que me dieron fueron concentrarme en tomar fotos de estudiantes de otras partes del país, en lugar de la costa este, de la que Harvard ya recibió más que suficientes candidatos. La idea era fomentar las solicitudes de lugares que producirían un alumnado geográficamente diverso.

Me pareció una idea extraña en ese momento, pero me pagaban por tomar fotografías, no por hacer política universitaria. Además, no tenía idea de cómo se había originado tal política y, en la década de 1950, podría haber continuado por inercia, por lo que sé. Mientras tanto, podía disfrutar viendo las fotos publicitarias que tomé para aparecer en los periódicos de Chicago y en otros lugares más allá de la costa este.

Avance rápido hasta hoy. Es común, en colegios y universidades de todo el país, que los puntajes de las pruebas de los estudiantes asiático-americanos que han sido admitidos en una determinada universidad sean más altos que los puntajes de las pruebas de los blancos, los negros o los hispanos.

Eso puede no parecer extraño, ya que eso es cierto para los puntajes de las pruebas en general. Pero, en cualquier institución dada, aplicando los mismos estándares a todos, los puntajes de las pruebas de los estudiantes en una institución en particular tenderían a ser similares. Sin embargo, más estadounidenses asiáticos serían admitidos en colegios y universidades de mayor rango si se aplicaran los mismos estándares a todos.

En resumen, algo muy parecido a los límites de cuota que se aplicaron a los judíos en el pasado ahora se aplican a los estadounidenses de origen asiático y, una vez más, se justifican por la diversidad.

Pero, ¿qué justifica la diversidad? Nada más que afirmaciones sin fundamento, repetidas sin cesar, piadosamente y en voz alta.

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