¡GRACIAS, MI DIOS! Salmo 105:1-4 - 2023 - Carmen Camino

1 year ago
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El buen rey de España, conocido como Alfonso XIX se enteró que los muchachos, que servían en su corte, se estaban olvidando de orar antes de las comidas. Así que decidió enseñarles una lección. El rey dio un gran banquete e invitó a los muchachos a que asistieran.

A mitad de la cena entró un mendigo todo andrajoso, se sentó, y comenzó a comer vorazmente. Cuando terminó de comer, se levantó, y se fue sin decir ni media palabra. Los muchachos gritaron, “Ese desdichado “malagradecido” debiera ser azotado. ¡Él comió la comida del rey y nunca demostró gratitud!”

El rey se puso de pie. Hubo un gran silencio. Les dijo a los muchachos, “Todos los días ustedes han recibido “las ricas bendiciones de la vida” de la mano de su Padre Celestial.

Ustedes han gozado de Su luz del sol, han respirado Su aire, han comido Su comida “que Él proveyó”, y no se han tomado la molestia de decir ‘GRACIAS’ por nada de eso. ¡Ustedes son más malagradecidos que ese mendigo”!

El Salmo 105:1-4 dice, ¡Alaben al Señor, invoquen su nombre! ¡Que los pueblos reconozcan sus obras! 2 ¡Canten, sí, cántenle salmos! ¡Proclamen todas sus maravillas! 3 ¡Regocíjense en su santo nombre! ¡Alégrense de corazón los que buscan al Señor! 4 ¡Busquen el poder del Señor! ¡Busquen siempre a Dios!

Alguien definió el hogar… “como el lugar donde mejor nos tratan, ¡y donde más nos quejamos!” ¡Eso es tan cierto! © Una vez un muchacho, me dijo, “Mi papá nunca me habla, a menos que quiera gritarme, o preguntarme acerca de mis calificaciones del colegio. ¡Una palabra de aliento ‘de vez en cuando’ no estaría del todo mal!”
Los consejeros matrimoniales nos dicen, que una de las causas “principales” de los problemas matrimoniales es “el de no valorarse el uno al otro.” Estar agradecidos a Dios “el uno por el otro” es el secreto de un hogar feliz, y es el Espíritu Santo quien nos da el deseo de ser agradecidos.

Nosotros sabemos, tanto por la Escritura, como por los impulsos de nuestros corazones, que debemos ser agradecidas a Dios. Me encanta lo que Enrique Ward dijo, “La gratitud es la flor “más hermosa” que brota del alma”.

No podemos entender las implicaciones “profundas” de la gracia de Dios -- y tener una actitud desagradecida… al mismo tiempo. A decir verdad, el apóstol Pablo conecta la gratitud con el verdadero conocimiento de Dios… ¡y el deseo de glorificarlo! ¡Es un principio inviolable de las escrituras! ¡Reconocer lo que Dios “ha hecho” es ser agradecida!

¿Qué significa todo esto para nosotras? ¿Es simplemente una actitud del corazón? Aunque comienza ahí, nosotros sabemos que tiene que haber algo más. Cuando estamos realmente agradecidas “por lo que otra persona ha hecho por nosotras”, queremos hacer algo por él o por ella… ¿No es cierto? © ¿Tenemos nosotras el mismo deseo por Dios?

Nuestra gratitud hace que tengamos “un gran deseo” de ofrecerle a Dios alguna ofrenda, ¡cómo un acto de devoción! Si es así, este Salmo nos da “por lo menos” una respuesta natural a Su gracia… ¡PODEMOS HACER A DIOS CONOCIDO! La gracia de Dios es profundamente personal… ¡pero no es privada!

Muchas veces, la Escritura dice que Dios desea ser conocido entre las familias, los pueblos y las naciones. Desde las multitudes pasando a través del Mar Rojo, a los que se beneficiaron de los milagros de Jesús, la respuesta natural a la misericordia de Dios -- ha sido siempre -- un deseo profundo de contársela a todo el mundo.

La visión que la Biblia nos da “de la gratitud” … ¡es una proclamación de la bondad de Dios! Si no tenemos ningún deseo de proclamarlo, a lo mejor no tenemos una conciencia profunda de Sus Palabras. ¡La bondad de Dios es demasiado buena para no compartirla!
¿Tienes el deseo de que otros sepan cuan bueno es tu Dios? ¡Dios es digno de la máxima reputación que puedas proclamar! Colosenses 3:15 dice, Que en el corazón de ustedes gobierne la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.

Empieza tu día con un corazón agradecido. Tu vida cambiará “radicalmente” cuando tu gratitud es más grande que tus quejas.

¡A nadie le gusta no ser apreciada! Esto aplica “en todo momento” y a toda la gente. Pero especialmente, aplica a aquellos que han hecho grandes sacrificios por otros. Así que, imagínense como se siente Dios, cuando la gente “no hace otra cosa que quejarse de todo… hasta de los detalles más triviales de nuestras vidas.

Si no hay paz… ¡es que falta un espíritu de gratitud! Y si falta un espíritu de gratitud, también falta un reconocimiento de las misericordias de Dios. Pero cuando comprendemos Su misericordia… ¡el resultado es el agradecimiento! El agradecimiento produce paz y descanso. ¡Un corazón alterado está ignorando la bondad de Dios!

Aquel que formó nuestros corazones “sabe muy bien” que cuando estamos preocupadas por los problemas de la vida, es que hemos agrandado nuestros problemas… ¡haciéndolos más grandes que Dios! ¡Y Dios quiere arreglar las cosas! ¡Él es más grande que los problemas!

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