Hoy los jóvenes se preguntan, ¿Cuál es el sentido de la vida?¿Para que vivir? Padre Luis Toro.

1 year ago
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Lectura de la Palabra de Dios

El Papa invita a los
jóvenes a formarse
mejor

nos damos cuenta del conocimiento que María tenía de la Palabra de Dios (...).

Para que también vosotros, jóvenes, podáis cantar un Magníficat totalmente vuestro y hacer de vuestra vida un don para toda la humanidad, es fundamental que conectéis con la tradición histórica y la oración de aquellos que os han precedido.

De ahí la importancia de conocer bien la Biblia, la Palabra de Dios, de leerla cada día confrontándola con vuestra vida, interpretando los acontecimientos cotidianos a la luz de cuánto el Señor os dice en las Sagradas Escrituras..

El Papa invita a los jóvenes a formarse mejor.

Generosidad con la propia vida, vivir para los demás, ser feliz sin buscar una seguridad absoluta en el futuro.

"Quien quiere tener su vida para sí,
vivir sólo para él mismo, tener todo
en puño y explotar todas sus
posibilidades, éste es precisamente
quien pierde la vida. Ésta se vuelve

tediosa y vacía. Solamente en el
abandono de sí mismo, en la entrega
desinteresada del yo en favor del tú,
en el "sí" a la vida más grande, la vida
de Dios, nuestra vida se ensancha y
engrandece".
· "El amor significa dejarse a sí
mismo, entregarse, no querer
poseerse a sí mismo, sino liberarse de
sí: no replegarse sobre sí mismo -
¡qué será de mí! - sino mirar
adelante, hacia el otro, hacia Dios y
hacia los hombres que Él pone a mi
lado.
· "Tal vez sea relativamente fácil
aceptar esto como gran visión
fundamental de la vida. Pero, en la
realidad concreta, no se trata
simplemente de reconocer un
principio, sino de vivir su verdad, la
verdad de la cruz y la resurrección. Y
por ello, una vez más, no basta una
única gran decisión. Indudablemente,
es importante, esencial, lanzarse a la
gran decisión fundamental, al gran
"sí" que el Señor nos pide en un
determinado momento de nuestra

vida. Pero el gran "sí" del momento
decisivo en nuestra vida - el "sí" a la
verdad que el Señor nos pone delante
- ha de ser después reconquistado
cotidianamente en las situaciones de
todos los días en las que, una y otra
vez, hemos de abandonar nuestro yo,
ponernos a disposición, aun cuando
en el fondo quisiéramos más bien
aferrarnos a nuestro yo".
· "Quien promete una vida sin este
continuo y renovado don de sí
mismo, engaña a la gente. Sin
sacrificio, no existe una vida lograda.
Si echo una mirada retrospectiva
sobre mi vida personal, tengo que
decir que precisamente los
momentos en que he dicho "sí" a una
renuncia han sido los momentos
grandes e importantes de mi vida".
· "También nosotros podemos
lamentarnos ante el Señor, como Job,
presentarle todas las nuestras
peticiones que surgen en nosotros
frente a la injusticia en el mundo y
las trabas de nuestro propio yo. Ante
Él, no hemos de refugiarnos en frases

piadosas, en un mundo ficticio. Orar
siempre significa luchar también con
Dios y, como Jacob, podemos decirle:
"no te soltaré hasta que me bendigas"
(Gn 32,27). Pero luego viene la
segunda petición de Jesús: "Glorifica
tu nombre" (Jn 12,28). En los
sinópticos, este ruego se expresa así:
"No se haga mi voluntad, sino la tuya"
(Lc 22,42). Al final, la gloria de Dios,
su señoría, su voluntad, es siempre
más importante y más verdadera que
mi pensamiento y mi voluntad. Y esto
es lo esencial en nuestra oración y en
nuestra vida: aprender este orden
justo de la realidad, aceptarlo
íntimamente; confiar en Dios y creer
que Él está haciendo lo que es justo;
que su voluntad es la verdad y el
amor; que mi vida se hace buena si
aprendo a ajustarme a este orden.
Vida, muerte y resurrección de Jesús,
son para nosotros la garantía de que
verdaderamente podemos fiarnos de
Dios".

· "Queridos jóvenes, Cristo se ha
entregado por cada uno de vosotros y
os ama de modo único y personal.
Responded vosotros al amor de Cristo
ofreciéndole vuestra vida con amor.
· "Os invito, pues, a formaros en la
fe que da sentido a vuestra vida y a
fortalecer vuestras convicciones,
para poder así permanecer firmes en
las dificultades de cada día. Os
exhorto, además, a que, en el camino
hacia Cristo, sepáis atraer a vuestros
jóvenes amigos, compañeros de
estudio y de trabajo, para que
también ellos lo conozcan y lo
confiesen como Señor de sus vidas".
· "Quien ama a Cristo, ama a la Iglesia
con una misma pasión, pues ella nos
permite vivir en una relación
estrecha con el Señor. Por ello,
cultivad las iniciativas que permitan
a los jóvenes sentirse miembros de la
Iglesia, en plena comunión con sus
pastores y con el Sucesor de Pedro.
Orad en común, abriendo las puertas

de vuestras parroquias, asociaciones
y movimientos para que todos
puedan sentirse en la Iglesia como en
su propia casa, en la que son amados
con el mismo amor de Dios".
· "Llevad mi afectuoso saludo a
vuestras familias y a los amigos y
compañeros que no han podido venir
hoy, y a los que también bendigo de
corazón".

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