Thomas Sowell - Invertir en capital humano

1 year ago
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CAPITAL HUMANO

Mientras que el capital humano puede tomar muchas formas, existe una tendencia a equipararlo con la educación formal. Sin embargo, no sólo muchas otras formas valiosas de capital humano suelen ser ignoradas, también el valor de la educación formal suele exagerarse, y las consecuencias contraproducentes de esto rara vez son comprendidas. La revolución industrial no fue llevada a cabo por gente muy culta,
sino por personas con experiencia industrial práctica. El aeroplano fue inventado por un par de mecánicos de bicicletas que nunca habían ido a la universidad. La electricidad y muchos de los inventos que utilizaban electricidad se convirtieron en piezas centrales del mundo moderno gracias a un hombre que sólo contaba con tres meses de educación formal: Thomas Edison. Aun así, todas estas personas tenían ideas y conocimientos enormemente valiosos—capital humano— que habían adquirido gracias a la experiencia, y no en un aula.

La educación, obviamente, también ha hecho contribuciones vitales al desarrollo económico. Pero esto no quiere decir que todas las formas de educación lo hayan hecho. Desde un punto de vista económico, algunos tipos de educación han tenido mucho valor, otros no han tenido valor alguno y hay casos, incluso, que han tenido un valor negativo. Mientras que es fácil comprender el inmenso valor de ciertas habilidades específicas en la ciencia médica y la ingeniería, por ejemplo, o las bases más generales que proveen las matemáticas o el dominio del inglés para un gran número de profesiones, otras materias, como la literatura, no pretenden, de ninguna manera, producir habilidades comerciales, pero están disponibles para lo que puedan contribuir en otros campos.

En un país donde la educación o los altos niveles de educación son algo nuevo o poco común, aquellos que obtienen diplomas o títulos pueden sentir que ciertos tipos de trabajo están por debajo de ellos. En este tipo de sociedades, puede que incluso los ingenieros prefieran sentarse detrás de un escritorio a tener que ir a una obra y meterse en el lodo con botas de trabajo. Dependiendo de lo que hayan estudiado, puede que los recién licenciados tengan unas expectativas más altas que sus niveles de habilidad para crear la riqueza a través de la que puedan cumplir dichas expectativas. En el Tercer Mundo en particular, aquellos que son los primeros miembros de la familia en obtener educación superior, por lo general no estudian carreras difíciles o que requieran mucho sacrificio, como una ciencia, medicina o ingeniería, sino que tienden a estudiar algo más fácil y menos especializado que les provea de unas pocas habilidades comerciales con las que poder crear prosperidad para ellos o sus países.

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