Vamos a orar -12- Intercesión en favor de aquellos que están considerando quitarse la vida.

1 year ago
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¿QUÉ SON LAS OBRAS DE MISERICORDIA?

Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia.

Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos).

Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios.

Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales.

Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.

La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos.

Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos.

Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.

CONSOLAR AL TRISTE

El consuelo para el triste, para el que sufre alguna dificultad, es otra obra de misericordia espiritual.

Muchas veces, se complementará con dar un buen consejo, que ayude a superar esas situación de dolor o tristeza.

Acompañar a nuestros hermanos en todos los momentos, pero sobre todo en los más difíciles,
es poner en práctica el comportamiento de Jesús que se compadecía del dolor ajeno.

Un ejemplo viene recogido en el evangelio de Lucas. Se trata de la resurrección del hijo de la viuda de Naím: “Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad.

Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores. Y, acercándose, tocó el féretro.

Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: Joven, a ti te digo: Levántate. El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él se lo dio a su madre."

SUFRIR CON PACIENCIA LOS DEFECTOS DE LOS DEMÁS

La paciencia ante los defectos ajenos es virtud y es una obra de misericordia. Sin embargo, hay un
consejo muy útil: cuando el soportar esos defectos causa más daño que bien, con mucha caridad y suavidad, debe hacerse la advertencia.

ORAR POR VIVOS Y DIFUNTOS

San Pablo recomienda orar por todos, sin distinción, también por gobernantes y personas de
responsabilidad, pues “El quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad". (1Tim 2, 2-3).

Los difuntos que están en el Purgatorio dependen de nuestras oraciones.

Es una buena obra rezar por éstos para que sean libres de sus pecados. (ver 2 Mac. 12, 46).

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