Thomas Sowell - Inversiones Financieras

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INVERSIONES FINANCIERAS

Aunque normalmente las inversiones se perciben como inversiones de dinero, ya hemos visto en otros contextos que el dinero es simplemente una herramienta artificial para hacer que cosas reales sucedan. Cuando millones de personas invierten dinero, lo que están haciendo es dejar de utilizar los bienes y servicios a los que podrían tener acceso en el presente, con la esperanza de que recibirán más dinero en un futuro; en otras palabras: tendrán acceso a una mayor cantidad de bienes y servicios en el futuro. Desde el punto de vista de la economía en su conjunto, las inversiones implican que muchos recursos que de otra manera se hubiesen utilizado en producir bienes de consumo en el presente, tales como vestidos, muebles o pizzas, ahora se utilizarán en la producción de fábricas, barcos o centros comerciales que proveerán bienes y servicios en el futuro. El dinero total utilizado nos puede dar una idea sobre la magnitud de estas inversiones, pero éstas, en sí, son finalmente adiciones al capital real del país, ya sea capital físico o capital humano.

Las inversiones pueden ser realizadas de forma directa, por individuos que compran acciones societarias, por ejemplo, otorgando dinero a las sociedades anónimas a cambio de una porción del valor adicional que en un futuro se espera producirán estas sociedades al usar el dinero de forma productiva. Sin embargo, gran parte de las inversiones son realizadas por instituciones como bancos, empresas de seguros y fondos de pensiones.

Las instituciones financieras de todo el mundo son dueñas de 26 billones de dólares en inversiones, de las que las estadounidenses son dueñas de la mitad.

Estas asombrosas cantidades de dinero, de las que son dueñas las numerosas instituciones de inversión, por lo general son el resultado de la suma de modestas aportaciones individuales, hechas por millones de personas, que son accionistas de sociedades anónimas gigantescas, depositantes en bancos de ahorro, o trabajadores que pagan cantidades modestas pero regulares a fondos de pensiones. Lo que esto quiere decir es que hay más cantidades de personas que, a través de intermediarios financieros son dueñas de corporaciones gigantescas que compradores individuales de acciones societarias. Hacia finales del siglo XX, un poco más de la mitad de la población estadounidense era dueña de acciones, ya sea en forma directa o a través de sus fondos de pensiones, cuentas bancarias u otros intermediarios financieros.

Las instituciones financieras permiten que una enorme cantidad de individuos, sin posibilidad de conocerse personalmente, puedan utilizar su dinero conjuntamente a través de una institución intermediaria que asuma la responsabilidad de evaluar riesgos, tomar precauciones para reducirlos, y hacer transferencias a través de
préstamos a individuos o a instituciones mediante inversiones en negocios, bienes raíces u otras empresas. Los intermediarios financieros no sólo permiten la creación de fondos entre innumerables individuos para financiar gigantescas iniciativas empresariales, sino que también permiten redistribuir el consumo individual en el tiempo. Los prestatarios utilizan ingresos futuros para pagar sus compras presentes, abonando un interés por esta comodidad. A la inversa, los depositantes posponen sus compras para un tiempo futuro, recibiendo intereses por el aplazamiento.

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