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Una niña resucitada y una mujer sanada
Mat 9:18 Mientras Jesús hablaba, llegó un jefe de los judíos, se postró delante de él y le dijo: “Mi hija acaba de morir, pero ven, pon tu mano sobre ella, y vivirá.”
Mat 9:19 Jesús se levantó y lo siguió junto con sus discípulos.
Mat 9:20 Mientras iba de camino, una mujer que desde hacía doce años padecía hemorragias, se acercó por detrás y tocó el fleco de su manto.
Mat 9:21 Pues ella pensaba: “Con sólo tocar su manto, me salvaré.”
Mat 9:22 Jesús se dio vuelta y, al verla, le dijo: “Ánimo, hija; tu fe te ha salvado.” Y desde aquel momento, la mujer quedó sana.
Mat 9:23 Al llegar Jesús a la casa del jefe, vio a los flautistas y el alboroto de la gente.
Mat 9:24 Entonces les dijo: “Váyanse, la niña no ha muerto sino que está dormida.” Ellos se burlaban de él.
Mat 9:25 Después que echaron a toda la gente, Jesús entró, tomó a la niña por la mano, y la niña se levantó.
Mat 9:26 El hecho se divulgó por toda aquella región.
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