Thomas Sowell - Discriminación laboral

2 years ago
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DISCRIMINACIÓN LABORAL

Las diferencias salariales por lo general reflejan diferencias en las habilidades, la experiencia o la disposición de hacer trabajo duro o peligroso, pero estas diferencias pueden también reflejar discriminación contra grupos particulares de la sociedad, como las minorías étnicas, las mujeres, las castas inferiores u otros grupos. Sin embargo, para determinar si hay discriminación y cómo de grave es, primero necesitamos definir qué entendemos por «discriminación».

La discriminación suele definirse como la aplicación de estándares diferentes a individuos de distintos grupos a la hora de la contratación, la retribución o los ascensos. En su forma más radical, puede llegar a significar la negativa de contratar a alguien. A finales del siglo XIX y principios del XX, la frase «No se emplea a los irlandeses» era típica en los anuncios para los mejores trabajos. Antes de la segunda guerra mundial, muchos hospitales en Estados Unidos no contrataban a médicos negros ni a judíos, y muchos bufetes de abogados prestigiosos no contrataban a nadie que no fuese blanco, protestante y de las clases altas. En otros casos, algunas personas de otros grupos sí eran contratadas, pero eran asignadas a trabajos diferentes. Nada de esto era algo exclusivo de Estados Unidos o de la era moderna.

Por el contrario, los miembros de los distintos grupos han sido tratados de manera distinta por el derecho y la práctica en todo el mundo y durante miles de años de historia documentada. La idea de tratar a todos los individuos por igual, independientemente del grupo del que provengan, es relativamente reciente en la
historia.

Imbricadas con la discriminación, y muchas veces confundidas con ésta, están las diferencias de empleo basadas en diferencias sustanciales en cuanto a habilidades, experiencia, hábitos laborales y patrones de comportamiento de uno y otro grupo. Los indios mohawk, por ejemplo, han sido tradicionalmente requeridos para la construcción de rascacielos en Estados Unidos, ya que podían trabajar y caminar sobre las vigas de acero a gran altitud sin miedo o distracción aparente. En el pasado, los trabajadores chinos en las plantaciones de caucho, en la colonial península de Malaca, tenían la capacidad de recolectar el doble de savia de los árboles de caucho que un trabajador malayo en el mismo tiempo. Durante la industrialización de la Unión Soviética, en las décadas de 1920 y 1930, una gran cantidad de alemanes, estadounidenses y otros trabajadores, técnicos e ingenieros extranjeros, fueron importados con salarios atractivos. Por ejemplo, más de 10.000 estadounidenses fueron a trabajar a la Unión Soviética por períodos de un año a inicios de la década de los años 1920.

Mientras las preferencias por un grupo y el rechazo o falta de disposición contra otros suelen ser descrito como resultado de «prejuicios», «sesgos» o «estereotipos», no resulta tan fácil para un observador imparcial rechazar el conocimiento de primera mano de aquellos que respaldan sus creencias arriesgando su propio dinero. Si aplicásemos los mismos criterios de empleo a grupos distintos, incluso en total
ausencia de creencias distintas sobre éstos, podría resultar que porcentajes muy diferentes de estos grupos acaben siendo contratados, despedidos o ascendidos. Como principio, es importantísimo distinguir entre la discriminación y las meras diferencias de capacidades y desempeño. Sin embargo, en la práctica, realizar esta distinción resulta muy difícil. Muy rara vez los datos estadísticos contienen información suficientemente detallada sobre habilidades, experiencia, desempeño o absentismo, menos aún sobre hábitos y actitudes laborales. Esto hace que sea muy difícil realizar comparaciones entre individuos que provienen de distintos grupos.

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