SOY AMERICA

1 year ago
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Estados Unidos es una nación increíblemente enferma. Hay una enfermedad espiritual que lo impregna todo como una nube sombría. Las personas que dominan todas las instituciones de nuestra nación han ejercido este poder durante al menos sesenta años. Han convertido a la nación en un gran laboratorio social. Han hecho de la familia natural, la base misma de la civilización humana, una institución anticuada y obsoleta que hay que superar. Han mercantilizado toda la vida humana, desarraigando a las personas de sus hogares y familias extendidas, convirtiéndolas en autómatas que sólo buscan conseguir un pequeño salario rápidamente devaluado. Han introducido falsos conflictos raciales y étnicos y, en medio del caos, han socavado activamente el estado de derecho. Sesenta años de control total por parte de estos ingenieros sociales, comunistas y masónicos que venden una utopía ilusoria ha transformado la sociedad más próspera de la historia humana en un infierno terrenal.

Esta transformación no fue un accidente. Estas personas están motivadas por un profundo odio a la humanidad, como el muy decrépito presidente que actualmente ocupa el Despacho Oval que bien los representa. No les importa cuánto sufre la gente. Se podría argüir que los lideres progresistas simplemente están equivocados, engañado por la ideología. Este no es el caso. Han tenido más de sesenta años para ver toda la miseria humana que produce su ideología cuando se aplica a las condiciones más saludables y prósperas. Ellos saben lo que están haciendo.

Pero, ¿qué hay que hacer? Se debe volver a la fe de Cristo. Hay que superar a estos ideólogos de la muerte que dominan a nuestra nación. Se debe recuperar personalmente el mismo espíritu de la América cristiana que hizo de Estados Unidos una gran nación. Se debe hacer todo lo posible, y en la esfera de influencia de cada quien, para reconstruir todo lo que ellos han destruido. Se debe restaurar esas iglesias dominadas por liberales comunistas y conservadores de voluntad débil. Se deben reconstruir barrios y comunidades con la ayuda de individuos que también amen a la nación que irguieron sus tatarabuelos y que quieran adorar al mismo Dios que les dio tanta fuerza. Se debe procurar un mundo donde el temor de Dios impregne la tierra y no la desesperanza y la desesperación. Si se puede tener un mundo donde cosas como tiroteos masivos nunca vuelvan a suceder, pero la vida de uno debe ser una de arrepentimiento, fe y pasión insaciables por las cosas verdaderas, buenas y hermosas que Dios ha brindado.

SOURCE:
The Mass Shooting and Liberal Utopian Society, MAY 27, 2022. by Pastor Andrew Isker
https://news.gab.com/2022/05/27/the-mass-shooting-and-liberal-utopian-society/

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