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La parábola de la oveja perdida
Luc 15:1 Los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharle.
Luc 15:2 Por esto los fariseos y los maestros de la Ley lo criticaban entre sí: “Este hombre da buena acogida a los pecadores y come con ellos.”
Luc 15:3 Entonces Jesús les dijo esta parábola:
La parábola del hijo pródigo
Luc 15:11 Jesús continuó: “Había un hombre que tenía dos hijos.
Luc 15:12 El menor dijo a su padre: “Dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y el padre repartió sus bienes entre los dos.
Luc 15:13 El hijo menor juntó todos sus haberes, y unos días después se fue a un país lejano. Allí malgastó su dinero llevando una vida desordenada.
Luc 15:14 Cuando ya había gastado todo, sobrevino en aquella región una escasez grande y comenzó a pasar necesidad.
Luc 15:15 Fue a buscar trabajo y se puso al servicio de un habitante del lugar, que lo envió a su campo a cuidar cerdos.
Luc 15:16 Hubiera deseado llenarse el estómago con las bellotas que daban a los cerdos, pero nadie se las daba.
Luc 15:17 Finalmente recapacitó y se dijo: “¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo aquí me muero de hambre!
Luc 15:18 Tengo que hacer algo: volveré donde mi padre y le diré: Padre, he pecado contra Dios y contra ti.
Luc 15:19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno de tus asalariados.”
Luc 15:20 Se levantó, pues, y se fue donde su padre.
Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y sintió compasión; corrió a echarse a su cuello y lo besó.
Luc 15:21 Entonces el hijo le habló: “Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo.”
Luc 15:22 Pero el padre dijo a sus servidores: “¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies.
Luc 15:23 Traigan el ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta,
Luc 15:24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.” Y comenzaron la fiesta.
Luc 15:25 El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercaba a la casa, oyó la orquesta y el baile.
Luc 15:26 Llamó a uno de los muchachos y le preguntó qué significaba todo aquello.
Luc 15:27 El le respondió: “Tu hermano ha regresado a casa, y tu padre mandó matar el ternero gordo por haberlo recobrado sano y salvo.”
Luc 15:28 El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió a suplicarle.
Luc 15:29 Pero él le contestó: “Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos.
Luc 15:30 Pero ahora que vuelve ese hijo tuyo que se ha gastado tu dinero con prostitutas, haces matar para él el ternero gordo.”
Luc 15:31 El padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo.
Luc 15:32 Pero había que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.”

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