Estallan Arrestos de ICE contra IRANÍES en EEUU

Estallan Arrestos de ICE contra Iraníes en Estados Unidos: Terrorismo, Fronteras y la Sombra de Células Durmientes

Durante el último fin de semana, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) desató una operación nacional que terminó con la detención de 11 ciudadanos iraníes que residían ilegalmente en territorio estadounidense. Pero esto no fue un caso más de inmigración irregular: entre los arrestados se encontraban perfiles extremadamente peligrosos, incluyendo un francotirador del ejército iraní, un exmiembro de la Guardia Revolucionaria Islámica vinculado a Hezbollah y un sospechoso registrado en una lista federal de vigilancia de terrorismo.

Las detenciones se realizaron en al menos ocho estados, abarcando desde Minnesota y Alabama hasta Mississippi, Texas y Virginia. Esta no fue una redada común: según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), los arrestos forman parte de una política activa para cumplir con el mandato del presidente Donald Trump de proteger a las comunidades estadounidenses y eliminar del país a los elementos más peligrosos, incluyendo criminales internacionales e infiltrados enemigos.

Algunos de los arrestados tenían antecedentes penales en suelo norteamericano, que iban desde posesión de armas hasta tráfico de drogas y robos. Pero lo más preocupante para las autoridades es que varios de estos sujetos no solo ingresaron ilegalmente, sino que habrían tenido acceso a redes de comunicación, logística y recursos que apuntan a estructuras organizadas.

Aunque hasta el momento no se ha confirmado que estuvieran planificando atentados concretos, agencias federales han reconocido que este tipo de perfiles coinciden con los de posibles “células durmientes” de Irán, listas para activarse si Teherán decide ejecutar una represalia o una acción hostil dentro del territorio de Estados Unidos.

La noticia ha sacudido al país en un contexto de creciente tensión internacional. Las amenazas recientes del régimen iraní tras las sanciones renovadas y su alianza con grupos como Hamas y Hezbollah colocan a estos arrestos en el centro del debate sobre seguridad nacional. Mientras tanto, la administración Biden guarda silencio, dejando nuevamente al gobierno de Trump y sus aliados la responsabilidad de tomar medidas firmes.

Desde la óptica conservadora, esto es una prueba clara de que la política de “fronteras abiertas” promovida por la izquierda es una receta para el desastre. La permisividad migratoria no solo pone en riesgo el empleo o los servicios públicos, sino que abre la puerta a actores enemigos que ven en Estados Unidos una presa fácil.

El exasesor de seguridad nacional, el general Michael Flynn, declaró que estas capturas “deberían ser una llamada de atención a todos los estadounidenses patriotas. Nuestra nación está infiltrada, y nuestros enemigos saben que ahora es cuando debemos estar más vigilantes”.

En respuesta, activistas proseguridad fronteriza han reiterado su llamado a reforzar el muro, restablecer las políticas de “Permanecer en México” y cerrar rutas de asilo fraudulentas utilizadas por agentes hostiles disfrazados de refugiados.

La amenaza no es imaginaria. Es real, latente y estratégicamente silenciosa. Y sólo una nación con liderazgo firme y políticas claras puede enfrentarse a esta realidad. América debe defender su soberanía no solo con palabras, sino con acciones concretas.

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