Ahora que Sánchez viaja a Ucrania, no esperen que les diga que él paga las bombas que manda Rusia

El presidente de VOX, Santiago Abascal, ha vuelto a lanzar una dura crítica contra el jefe de Gobierno español, Pedro Sánchez, en el contexto de su reciente viaje a Ucrania. Abascal, conocido por su postura firme en defensa de la soberanía nacional y contra el globalismo, ha señalado la hipocresía del mandatario socialista, acusándolo de utilizar el conflicto como una oportunidad para lavar su imagen política en medio de su crisis de credibilidad.

El líder de VOX dejó claro que el viaje de Sánchez no es más que un espectáculo mediático, lejos de cualquier intención real de defender la paz o la seguridad europea. En sus declaraciones, Abascal denunció que mientras el Gobierno español se posiciona como defensor de la causa ucraniana, en realidad sigue financiando indirectamente a Rusia con sus políticas energéticas y económicas.

El doble discurso del Gobierno de Sánchez
Para Santiago Abascal, la postura de Pedro Sánchez en la guerra entre Rusia y Ucrania es un claro ejemplo de doble moral. Mientras el Ejecutivo socialista proclama su apoyo a Kiev y envía ayuda militar, al mismo tiempo mantiene acuerdos comerciales y energéticos que benefician a Moscú. "No esperen que les diga que él paga las bombas que manda Rusia", ironizó Abascal, señalando la contradicción en las políticas económicas del Gobierno.

Desde el inicio del conflicto, Sánchez ha buscado proyectar una imagen de compromiso con Ucrania, asistiendo a reuniones internacionales y prometiendo apoyo militar. Sin embargo, Abascal subraya que la realidad es otra: España sigue dependiendo del gas ruso y contribuyendo a la financiación de la maquinaria bélica de Putin a través de la compra de recursos energéticos y el comercio con países aliados del Kremlin.

El uso político de la guerra
El líder de VOX también advirtió que Sánchez utiliza la guerra de Ucrania como una cortina de humo para desviar la atención de los problemas internos que enfrenta España. La crisis económica, el deterioro de la seguridad, el aumento de la inmigración ilegal y los escándalos de corrupción han puesto contra las cuerdas al Gobierno socialista, que ahora busca redirigir la narrativa hacia un escenario internacional para intentar recuperar apoyo político.

"Es el mismo guion de siempre: cuando la situación en casa se desmorona, Sánchez se pone el disfraz de estadista global y se marcha a hacer propaganda en el extranjero", denunció Abascal, criticando la falta de soluciones reales para los problemas que afectan a los españoles.

La hipocresía de la izquierda globalista
Abascal no solo apuntó contra Sánchez, sino contra toda la izquierda globalista que, según él, se ha dedicado a manipular los conflictos internacionales para sus propios intereses. "Nos dicen que están defendiendo la democracia, pero a la vez negocian con regímenes autoritarios y financian a quienes atacan nuestra soberanía", expresó el líder de VOX, mencionando los acuerdos de la Unión Europea con países que mantienen relaciones estrechas con Rusia.

Además, Abascal criticó el servilismo del Gobierno español ante las grandes potencias globalistas, sugiriendo que las decisiones de Sánchez responden más a los intereses de Bruselas y Washington que a los de los ciudadanos españoles. "Estamos gobernados por marionetas que no defienden ni nuestra economía, ni nuestra energía, ni nuestra seguridad", afirmó.

Conclusión: una política exterior basada en la hipocresía
Las declaraciones de Abascal refuerzan la postura de VOX sobre la necesidad de una política exterior basada en la soberanía nacional y la coherencia estratégica. Mientras Sánchez se pasea por Kiev vendiendo una imagen de defensor de la democracia, su Gobierno sigue adoptando políticas que benefician a quienes dice combatir.

Para Abascal y VOX, la prioridad debe ser fortalecer a España, garantizar su independencia energética y económica, y dejar de financiar indirectamente a regímenes que amenazan la estabilidad global. Mientras tanto, la izquierda globalista continuará utilizando la guerra como herramienta de propaganda, intentando ocultar el desastre que han provocado en sus propios países.